La Cámara de Representantes de Colombia aprobó este jueves la reforma tributaria presentada por el gobierno, lo que supone la luz verde para esta norma con la que se pretende recaudar el año próximo 20 billones de pesos (unos 4.000 millones de dólares) para «la igualdad y la justicia social», en palabras del presidente Gustavo Petro.
El debate en la Cámara Baja, que comenzó el miércoles y se prolongó hasta la noche de este jueves, consiguió salvar el proyecto de ley con algunos cambios al presentado inicialmente y se suma al voto positivo que también dio el miércoles el Senado tras 15 horas de debate.
«Esta reforma tributaria en primer lugar es una gran contribución al cambio que pretende adelantar con fuerza el gobierno nacional», aseguró en el Congreso el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien añadió que la norma garantiza «una política fiscal sólida» y avala que existen «los recursos adicionales para poder impulsar la paz social».
Después de 10 horas de discusión, donde los impuestos a los alimentos ultraprocesados o las sobretasas a las petroleras han sido los temas más delicados, los congresistas aprobaron con 125 votos a favor la «reforma tributaria más justa y social de la historia», en palabras del presidente de la Cámara de Representantes, David Racero.
Cambios tras el debate
En un principio el gobierno buscaba recaudar 25 billones de pesos (unos 5.000 millones de dólares) con la reforma, pero los cambios hechos al proyecto de ley redujeron una quinta parte de esa cifra.
«Aquí tenemos recursos para la reforma social integral de que habla el acuerdo de paz que es un compromiso muy firme de este gobierno, tendremos recursos para la paz, para ampliar programas de salud, educación y vivienda, para acueductos (…) y para impulsar la economía popular que es absolutamente esencial para un cambio profundo», explicó el ministro de Hacienda.
En las últimas semanas y durante los debates algunas de las propuestas iniciales cambiaron. Dos de ellas, por ejemplo, son que ya no se gravarán las pensiones altas y que la sobretasa al petróleo y el carbón se aplicará con base en los precios internacionales de los hidrocarburos.
El texto aprobado en Cámara incluye peculiaridades como un impuesto a los plásticos de un solo uso y a las plataformas digitales o quitarle el IVA a boletas de cine, teatro, eventos deportivos y culturales, pero volvió a enquistarse en la cuestión de las regalías y sobretasas a las petroleras, que tras mucha discusión se quedaron como el proyecto inicial presentado por la coalición gobernante.
Es decir, los petroleros y mineros no podrán deducirse regalías y habrá una sobretasa de 15% como máximo para hidrocarburos y 10% para minería, como ya se fijó el miércoles en el Senado.
El otro punto complicado sobre la mesa era el de tasar los alimentos ultraprocesados y bebidas edulcoradas, un impuesto que quedó aplazado hasta noviembre de 2023, lo que difiere con lo aprobado el miércoles en Senado, que excluyó productos como el pan o algunos lácteos y postergó la aplicación de dicha tasa para bebidas a julio de 2023 y para alimentos a septiembre del año próximo.
El impuesto a las pensiones más altas, considerado por algunos sectores como inconstitucional al considerarlo un derecho adquirido y no una fuente de renta, era uno de los puntos más polémicos de la reforma y finalmente fue eliminado por ambas cámaras.
El texto de la Cámara deberá ser conciliado ahora con el que se aprobó en el Senado, que difiere en tres artículos, lo que se espera para la próxima semana y de ahí podrá pasar a sanción presidencial para que entre en vigor.
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