Miles de personas volvieron a salir a las calles de toda Bielorrusia. Las protestas se desarrollan contra los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto.
Los comicios otorgaron la victoria al presidente Alexandr Lukashenko, quien gobierna esa antigua república soviética desde 1994. Sin embargo, no hubo presencia de observadores internacionales y son pocas las garantías de que no hubo manipulación. Su principal rival, Svetlana Tikhanovskaya, se negó a aceptar el resultado.
Las primeras jornadas de las protestas contra los resultados de las elecciones en Bielorrusia tuvieron más de 7.000 detenidos y decenas de desaparecidos.
En redes sociales se publicaron videos de miles de personas tomando las calles para protestar nuevamente.
La oposición en Bielorrusia
La candidata presidencial y principal líder opositora de Bielorrusia, Svetlana Tijanóvskaya, lo tiene claro: si los ciudadanos de su país no “resisten” en las calles, se convertirán en “esclavos”.
En su primera entrevista con un medio extranjero desde que se exilió, Tijanóvskaya aseguró que el movimiento de protesta “resistirá hasta el final”.
Miles de ciudadanos han salido a las calles en una oleada de protestas. Diversos analistas e historiadores consideran que son las mayores en el país desde la caída de la Unión Soviética y que aún continúan.
Los líderes de la UE y el gobierno de Estados Unidos ven la victoria de Lukashenko como fraudulenta y apoyan la demanda de la oposición de repetir las elecciones.
Entre tanto, Amnistía Internacional dijo haber recopilado denuncias de torturas y asegura que los agrupados alrededor de los centros de detención llegan a escuchar los gritos de las víctimas desde fuera, algo de lo que hay incluso videos.