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China y EE UU dispuestos a dialogar para calmar guerra comercial

por Avatar AFP

China y Estados Unidos instaron este lunes al diálogo, con la esperanza de frenar la escalada de la guerra comercial. Esto ocurre tres días después de que ambas partes anunciaron alzas recíprocas de aranceles aduaneros que preocupan cada vez más a las empresas y a los mercados.

Una semana antes de que entren en vigor estas sanciones mutuas, Pekín exhortó a la calma y la cooperación, pero su divisa, el yuan, volvió a bajar, lo que generó más presión sobre el comercio de Estados Unidos.

Antes de abandonar Biarritz, Francia, donde participó en la cumbre del G7, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país iba a reanudar muy próximamente sus negociaciones con China.

«China llamó la noche pasada (…). Dijo: ‘Volvamos a la mesa de negociaciones’. Entonces vamos a volver (…). Empezaremos muy próximamente a negociar», señaló, aunque no aclaró fecha.

Geng Shuang, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, aseguró, sin embargo, no estar al tanto de la conversación de la que habla Trump.

Por su parte, el principal negociador chino, Liu He, manifestó que estaba dispuesto a resolver tranquilamente el problema mediante consultas y cooperación, y dijo estar contra la guerra comercial.

Cae otra vez el yuan

La guerra comercial entre las dos primeras potencias económicas mundiales vivió una peligrosa escalada el viernes, cuando China informó sobre su intención de imponer nuevos aranceles a bienes importados de Estados Unidos por 75.000 millones de dólares.

Donald Trump respondió a las pocas horas con medidas de represalia que afectan a importaciones chinas por un valor de 550.000 millones de dólares, y que entrarán en vigor el 1 de septiembre y luego el 15 del mismo mes.

Trump aterrorizó, además, a los medios empresariales de Estados Unidos al instarlos a dejar de hacer negocios con China, aunque esa amenaza fue atenuada luego por altos responsables de su gobierno. En aparente reacción, Liu aseguró que China desea acoger a los inversionistas del mundo entero, incluidos los de Estados Unidos.

La Cámara de Comercio de Estados Unidos en Shanghái aseguró que las empresas norteamericanas no podían retirarse del inmenso mercado chino, pues ello penalizaría a la propia economía de Estados Unidos. «El coste económico (de la guerra comercial) ya es considerable», declaró la Cámara en un comunicado.

Para mayor preocupación de los empresarios norteamericanos, el yuan volvió a devaluarse el lunes, perdiendo 0,74%, hasta 7,1481 yuanes por dólar, su nivel más bajo desde 2008. Esta caída hace más baratas las exportaciones chinas, pero encarece, en cambio, los productos estadounidenses destinados al mercado interno del país asiático.

La divisa de Pekín había caído a principios de agosto después de que Trump anunciara una ampliación de los derechos de aduana norteamericanos a la casi totalidad de los productos chinos.

El yuan no es totalmente convertible y está estrechamente controlado por el gobierno chino, por lo que Washington acusó de manera oficial a Pekín de manipular su moneda para, así, beneficiar a sus exportaciones.

Guantes de boxeo

«Ambas partes han sacado los guantes de boxeo, y en este contexto, la depreciación del yuan mitiga los efectos de la subida de aranceles de Estados Unidos», observa Mitul Kotecha, economista en el banco Toronto-Dominion.

«Mientras que esta depreciación se mantenga bajo control y no genere una fuga de capitales, podemos seguir esperando una nueva caída de la divisa china”, declaró Kotecha a la agencia financiera Bloomberg.

Entretanto, las plazas bursátiles chinas seguían mostrándose nerviosas este lunes: Hong Kong perdió cerca de 2% y Shanghái, más de 1%.