La explosión de minas y municiones abandonadas ha causado la muerte de al menos 66 personas y heridas a otras 75 en distintas regiones de Siria desde el colapso del régimen de Bachar al Assad hace poco más de tres semanas. Así lo informó este miércoles el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con sede en el Reino Unido que mantiene una amplia red de colaboradores en el terreno.
Según el Observatorio, estos explosivos representan un peligro constante para millones de desplazados y refugiados que desean regresar a sus hogares tras años de conflicto. En un comunicado, la organización subrayó que estos «restos de guerra» no solo amenazan vidas, sino que también dificultan la reconstrucción y el retorno a la normalidad en el país.
De los fallecidos, 55 perdieron la vida en Damasco y sus alrededores, incluidas ocho víctimas infantiles y cinco mujeres. Estas cifras resaltan la magnitud del desafío que enfrenta Siria en su intento por avanzar hacia la reconstrucción y la estabilización.
¿Qué pasará con las minas abandonadas en Siria?
El conflicto sirio, que comenzó en 2011 con la represión violenta de las protestas populares por parte de Al Assad, culminó el pasado 8 de diciembre con su derrocamiento. Una coalición insurgente liderada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS) tomó el control del país.
Aunque Ahmed al Sharaa, líder del HTS, ha expresado su intención de avanzar en la reconstrucción y reconciliación nacional, la eliminación de explosivos y minas abandonadas en Siria sigue siendo uno de los principales obstáculos para el retorno seguro de los desplazados.
El subsecretario general para Asuntos Humanitarios de la ONU, Tom Fletcher, advirtió esta semana que garantizar un retorno seguro requiere una estrategia de largo plazo. En especial para retirar los restos explosivos esparcidos por todo el territorio.
Actualmente, más de seis millones de sirios viven como refugiados en el extranjero, mientras que cientos de miles permanecen desplazados dentro del país. El Observatorio renovó su llamado a la comunidad internacional para que intensifique los esfuerzos en la limpieza de estas zonas afectadas por los restos de guerra, destacando la urgencia de proteger vidas humanas y facilitar la reconstrucción del país.