Un usuario de Twitter relató una sorprendente anécdota que vivió cuando salió a correr y se topó con un misterioso desconocido que le entregó una nota inesperada.
El tuitero, que se identifica con el nombre de Adolf Killmister, es docente, dueño de un gimnasio, preparador físico y coach de boxeo, según aclara en su biografía. El pasado domingo decidió cerrar el fin de semana con un poco de ejercicio y se fue a hacer un rato de running.
Precavido, antes de comenzar pasó por un kiosco y se compró un agua mineral para mantenerse hidratado y sortear las altas temperaturas de diciembre. Botella en mano, se puso a trotar hasta que en un momento se dio cuenta de que alguien estaba lo estaba siguiendo.
“Salí a correr, no sin antes comprar un agua en un kiosco. Al rato uno se me pone al lado, yo aceleraba, él también”, relató en su perfil social. Al principio pensó que el hombre lo estaba desafiando a una carrera de velocidad, y no dudó en aceptar: “Nunca me niego a un desafío así que le di con todo un kilómetro”, aseguró.
Salí a correr, no sin antes comprar un agua en un kiosco. Al rato uno se me pone al lado, yo aceleraba, él también. Nunca me niego a un desafío así que le dí con todo un Km. frené, llega con la lengua afuera, no te culpes, hijo, soy entrenador -comenté- y me alcanza este papel pic.twitter.com/RlNbB2o4Xr
— 𝕬𝖉𝖔𝖑𝖋 𝕶𝖎𝖑𝖒𝖎𝖘𝖙𝖊𝖗 (@AdolfKillmister) December 19, 2021
Sin embargo, cuando por fin se detuvo, descubrió lo que verdaderamente estaba pasando. No se trataba de un reto ni tampoco de un extraño que se había puesto a perseguirlo. “Frené, llega con la lengua afuera. No te culpes, hijo, soy entrenador, comenté”, siguió contando el usuario. El misterio se resolvió cuando el hombre, agotado por la corrida, le dio una nota. “Y me alcanza este papel”, escribió Killmister, quien adjuntó una foto.
“Soy sordomudo, mi mamá te dio vuelto de mil y pagaste con 500″, decía el inesperado mensaje. Ahí fue cuando advirtió que la intrigante persecución la había protagonizado el hijo de la dueña del kiosco donde había comprado la botella de agua, porque le había dado mal el vuelto.
El posteo se viralizó rápidamente: cosechó más de dos mil retuits, 60 mil likes y un sinfín de reacciones por parte de otros usuarios. Algunos aportaron sus propias experiencias como vendedores y consumidores: “Recién uno vino a comprar una coca, le di el vuelto y se iba sin su coca, cosas que pasan”, apuntó una mujer.
“No pasa nada, yo pagué en la fiambrera, salí y en la esquina me di cuenta de que no tenía nada en la mano. Me olvidé el fiambre, jajaja”, agregó otro.
“Con los 500 se tomó un taxi”, acotó con humor una usuaria y su respuesta fue una de las más celebradas.
Incluso hubo quienes cuestionaron al autor del tuit. “Igual no entiendo, o sea, compraste un agua pero tenés una botellita cargada en tu mano”, comentó una seguidora. “Compro varias botellas de agua al día para cargar la botella que tengo en la mano”, le respondió Killmister.
“Comprate un bidón, jajaja”, le replicó ella. “Igual, no le veo sentido salir con una botella para agua si no la voy a llenar con agua”, explicó Adolf, y cerró: “Hago lo que quiero con mi plata y francamente prefiero desperdiciar mucho más plástico”.
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