Ni gritos, ni miedo, ni personas huyendo despavoridas. La reacción de una familia norteamericana al encuentro cercano con un oso que se les unió en mitad de un picnic se hizo viral por la calma y la naturalidad con la que se tomaron el asunto.
La insólita escena tuvo lugar en Deep Creek, Maryland, el pasado 6 de agosto. Hasta allí se trasladaron unos días Kaitlyn Nesbit, de 29 años de edad, junto con otros miembros de su familia para acudir a una boda.
Aquel día, Kaitlyn, Patrick, Slade, Cassidy, Matt y Sean decidieron comer al aire libre y se instalaron en una mesa de picnic sin imaginarse lo que estaba a punto de suceder.
En cuestión de minutos se unió al picnic un personaje no invitado: un oso negro que tomó asiento y se puso a comer como si nada.
El grupo se limitó a observar al animal comer como si fuera uno más de la familia. Nadie se asustó, ni salió corriendo. Es más, hubo tiempo para hacerse algunos selfies.