En el dinámico ámbito del arte y la filantropía, emerge una figura que irradia luz propia: Ella Fontanals-Cisneros. Su trayectoria es una síntesis de determinación, talento y compromiso con la cultura latinoamericana.
En el universo de Ella Fontanals-Cisneros siempre hay historias por contar. Es una mujer multifacética, auténtica visionaria, nunca descansa. ¿Quién es ella? ¡Una incansable emprendedora! Reconocida por su destacado rol como coleccionista de arte, mecenas y filántropa, ahora nos sorprende con una nueva faceta: es autora de una novela.
La feria de arte Arco Madrid fue el escenario perfecto para la presentación de Ella soy yo, la primera novela donde la autora fusiona realidad e imaginación. Las largas filas para obtener la firma del libro fueron solo un reflejo del entusiasmo que generó su lanzamiento en la capital española.
En esta obra titulada Ella soy yo, Ella Fontanals-Cisneros invita a sumergirse en las décadas que van desde la aurora juvenil hasta el esplendor de la madurez de su protagonista. A través de sus páginas, nos convertimos en testigos de la vida de una mujer que no solo fue una espectadora privilegiada de su época, sino también una destacada protagonista que nos sumerge en un viaje emocional, explorando los matices de sus sentimientos más íntimos.
Nacida en Cuba, en 1959 llegó la Revolución que transformó a su patria. Fue en medio de ese torbellino que su familia decidió buscar un nuevo hogar, emigrando a Venezuela, una tierra llena de oportunidades. Con el tiempo, para Ella, se convirtió en su patria adoptiva.
Su padre falleció cuando ella era una niña en Venezuela y desde una edad temprana mostró un espíritu emprendedor, trabajando como profesora de inglés y natación.
El destino tenía reservadas sorpresas para Ella. En 1968 se cruzó en su camino Oswaldo Cisneros, un destacado empresario venezolano, miembro de una de las familias más influyentes y adineradas de Venezuela, una persona de inmensa sensibilidad y simpatía.
Cupido entró en acción, sonaron campanas de boda de Oswaldo y Ella. Durante los 33 años que compartieron juntos, se podría decir que Oswaldo y Ella eran unos enamorados amigos y socios que se complementaban de manera única.
Su relación trascendió los límites de lo convencional, fundiéndose en una simbiosis perfecta donde el respeto y la admiración eran el pilar fundamental. Una pareja el uno para el otro. Fueron compañeros de vida, enfrentando juntos los desafíos y celebrando los triunfos. Su vida social era tan vibrante como su vida empresarial, navegando entre eventos de gala y reuniones de negocios con elegancia y gracia. Juntos formaban un equipo imparable, respaldándose mutuamente en cada paso del camino.
Su matrimonio marcó una era en su vida, en el año 2001 decidieron tomar caminos separados. La travesía de su romance con quien fue su esposo durante 31 años fue una experiencia profunda.
“No nos separamos porque dejáramos de querernos, sino porque queríamos cosas diferentes: su vida era el trabajo; la mía, descubrir y viajar. Fue una ruptura sin dramas, sin reproches, ni trapos sucios aireados en la prensa. Mi marido fue espectacular: me apoyó en todo y yo a él. Fuimos amigos entrañables hasta el día que murió”, dijo Fontanals-Cisneros.
La libertad de Ella Fontanals-Cisneros
En esta nueva etapa de mujer divorciada representó una libertad ampliada, un horizonte donde el arte y la exploración personal podía florecer sin restricciones, marcando el inicio de un capítulo lleno de autodescubrimiento y plenitud.
Fontanals-Cisneros siempre ha sido una mujer versátil y emprendedora, incursionando en diversas ramas a lo largo de su vida. Desde sus primeras incursiones en el sector librero hasta su participación en negocios inmobiliarios en ciudades como Nueva York o Miami, así como en empresas de transporte, bienes de equipo y exportaciones, demostró una determinación y versatilidad admirables.
Con una mente abierta y accesible, Ella ha cultivado relaciones significativas con personas de todos los ámbitos de la vida. Su capacidad para conectar con los demás, combinada con su pasión por el cambio y la innovación, la ha convertido en una fuerza motriz para el progreso y el desarrollo cultural. Fontanals-Cisneros, reconocida como una figura emblemática del arte y la filantropía, atribuye su formación como coleccionista a su insaciable curiosidad y determinación por descubrir lo más profundo de las cosas.
Ella ha dedicado su vida a impulsar el arte contemporáneo y apoyar a artistas emergentes. Su enfoque hacia el futuro, sin miedo y persistente, la ha llevado a marcar su camino en el mundo del arte y la exploración personal.
Ella Cisneros es imparable, siempre en la vanguardia y muy activa en las redes sociales. No hay quien la detenga en su búsqueda constante de innovación y conexión con su audiencia.
Sus publicaciones actúan como puentes virtuales que conectan comunidades, llevando consigo una dosis de creatividad y motivación a cada rincón de Instagram.
Descubra a través de las páginas de su libro la historia de Ella Fontanals-Cisneros.