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Día Mundial de la Lucha contra la Depresión: 300 millones de personas la padecen cada año

por El Nacional El Nacional

En el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, la doctora en conducta humana y sexóloga Jenny Márques alertó que las relaciones interpersonales, especialmente las de pareja, se impactan fuertemente con una persona con depresión a su alrededor. «Las mujeres son las más afectadas con este padecimiento», aseguró.

Aproximadamente 3,8% de la población mundial experimenta depresión. Incluido 5% de los adultos (4% entre los hombres y 6% entre las mujeres) y 5,7% de los adultos mayores de 60 años, según cifras de la OMS.

«Principalmente, la depresión requiere un diagnóstico con un especialista en el área psiquiátrica, una vez identificada se sugiere el abordaje médico farmacológico y, por supuesto, el cognitivo – conductual en acompañamiento terapéutico. Para poder salir adelante se necesitan ambos, la medicación sola no hace milagros, la terapia sola tampoco, necesitamos ayudar a nuestros químicos cerebrales y a la vez trasformar nuestro sistema de pensamientos, funcionamiento y creencias», señaló la doctora.

La depresión es la segunda causa de discapacidad en el mundo actual. Pareciera que estamos en una era dónde más información manejamos pero eso no ha hecho que la depresión disminuya o desaparezca, por el contrario es conocida como la «pandemia silenciosa», la persona con depresión suele irse apagando sin notarlo, se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés continuo por aquellas cosas que le apasionaban o le interesaban.

Sin embargo, la conocida “depresión de alto funcionamiento” puede hacer que la persona siga con su vida con bastante normalidad pero entre los síntomas se caracterizará que al llegar a casa su mente sube el volumen de pensamientos tristes y fatalistas y se derrumba casi por completo cuando nadie le ve.

Unas 300 millones de personas sufren de depresión al año y las cifras van en aumento pospandemia, esto sin contar los casos que no son diagnosticados porque no acuden al médico.

“Muchas personas simplemente se resignan a vivir tristes todo el tiempo, creen que es un estado normal de vivir y no lo es, acudir al psiquiatra para el diagnóstico es fundamental”, agrega.

Afirma que si las personas le tienen miedo a la palabra ‘psiquiatra’ puede acudir a algún terapeuta recomendado. “Háblelo con alguien, a veces solo hablar nos ayuda muchísimo a aliviar la carga y el dolor”, asevera Márques.

Temas de pareja

En la pareja y en las relaciones interpersonales es donde podemos notar la principal afectación, si antes la relación era optima, asertiva, fluida, feliz, ahora con una depresión de base se convierte fácilmente en silente, hostil, rutinaria, conflictiva, sin intimidad ni sexualidad, con ausente o pésima comunicación, se pierde el norte y los objetivos de la relación, se activa un modo supervivencia que solo va consumiéndola lentamente poco a poco.

“Muchas veces no notamos ni identificamos que estamos tristes y nos estamos deprimiendo pero si usted tiene alguno de estos síntomas aquí mencionados levante sus alertas y luche por su vida. Si es su pareja o un familiar que le está reflejando estos cambios, sea humilde y escuche, la depresión mata unas 700.000 personas al año, no se quita sola ni se me va a pasar con alcohol o con cualquier distractor, la depresión es seria pero si te la tomas en serio te mejoras y vuelve tu ilusión de vivir de la mano de los profesionales”, explicó la especialista.

Agregó que a veces son nuestros familiares quienes primero notan que estamos ausentes, desaparecidos, que perdimos el brillo, que algo que nos pasó nos hundió y no hemos podido salir del hueco, que nada nos emociona ni nos ilusiona, que vivimos en automático, que estar en casa o acostados es parte de la rutina más importante o por el contrario nos hemos refugiado en conductas de evasión que ponen en peligro nuestra vida: fiestas, atracones de comida, alcohol, drogas, etc. Y ellos nos dicen, nos invitan a cursos y no prestamos atención.

El paciente con depresión sin diagnóstico por lo general está en negación, asegura que no es nada y que en cualquier momento se sentirá mejor, sus cercanos les comentan cosas sobre su nuevo comportamiento y suelen reaccionar a la defensiva, es duro admitir que estoy mal y muchas veces muy mal, nos da vergüenza, hemos sido criados para fingir que estamos bien e incluso hemos sido enseñados que si alguien está mal es ‘mala vibra’ o es por su propia culpa y hay que alejarse, entonces preferimos mentir antes de que se den cuenta de que estamos realmente mal y mostrarnos vulnerables”, indicó Márques, quien también aborda estos temas en su cuenta de Instagram @drajennymarques.

Recordó que en este caso no importa si no quieres comentarlo con tus cercanos por pena o vergüenza o por no preocuparlos, el médico y el terapeuta guardarán tu secreto médico, pero tendrán el abordaje que necesitas para salir rápido de este dolor, el paciente no debe entregarse ni conformarse, hay opciones para salir adelante.

Múltiples causas

Si hablamos de causas, siguen siendo multifactoriales, pero es importante destacar entre ellas que nuestras adicciones actuales a los teléfonos inteligentes, televisión y todos los dispositivos electrónicos nos alejan de la posibilidad de segregar serotonina, oxitocina y dopamina de la buena que necesitamos, por el contrario, inhiben la producción y nos hacen más propensos a la dependencia, a deprimirnos y a que nuestro cerebro se entrampe en ese bucle de evasión, desilusión, tristeza.

Otros depresores de nuestro organismo son el alcohol, el azúcar, la mala alimentación, alguna enfermedad de base, situaciones estresantes sociales, económicas o de pareja, adicción al trabajo y aislamiento involuntario.

Entre las consecuencias de la depresión no tratada podemos conseguir un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, dolor y enfermedad de Alzheimer. También pueden tener un mayor riesgo de osteoporosis.

“Es importante entender y la ciencia lo ha estado estudiando más a fondo los últimos años, que somos un todo, somos seres integrales interna y externamente hablando, antes se trataba la depresión con un fármaco y adiós y el paciente recaía en breve, ahora se entiende que hay que evaluar cómo vive el paciente, cuáles son sus problemas, cómo fue su crianza y el ambiente dónde creció, cuáles son sus traumas, y un sinfín de elementos para poder atajar la depresión de raíz y eso solo se logra en psicoterapia especializada” indica.

Cuando se dice que somos un todo hablamos de lo emocional, lo físico, lo espiritual, lo económico, lo ambiental, todo lo que rodea a un individuo incide en su salud mental y por su puesto en su depresión y la salida de ella.

“En conjunto con los fármacos y la psicoterapia quisiera agregar el factor fe, nadie puede vivir sin fe aunque el mundo actual nos convenza de que somos todopoderosos, y este tercer eslabón es fundamental en la recuperación de la persona con depresión, si se juntan estos tres elementos la recuperación del paciente estará prácticamente 100% garantizada. Sin importar el credo o la religión que usted practique aférrese también a Dios, a su Dios, a ese ser superior que con certeza le cuida, creer en algo o en alguien nos aferra a la vida y si hay algo que el paciente con depresión necesita es aferrarse a la vida, al sentirse amado y cuidado si no, por sus seres queridos, por Dios que con seguridad estará ahí 24/7”, enfatiza Márques.

Con información de nota de prensa.