Un detalle recientemente descubierto del David revela que Miguel Ángel conocía el funcionamiento del sistema circulatorio un siglo antes de que los médicos lo describieran. Se trata de la prominente vena yugular en el cuello de la escultura, que está exhibida en Florencia, Italia.
La distensión o hinchazón de la vena yugular puede ser una reacción a enfermedades, como insuficiencia cardíaca o presiones intracardíacas. Sin embargo, en el caso de un hombre joven con buen estado físico, eso solo ocurriría temporalmente si se está en un estado de excitación.
Tal estado como el que debe haber sentido el héroe bíblico antes de luchar contra el gigante Goliat. En la obra de Miguel Ángel es posible advertir que la vena está hinchada encima de la clavícula de David. Se trata de una característica anatómicamente realista.
Resulta fascinante que el maestro del Renacimiento haya asociado una yugular hinchada con la excitación física 124 años antes de que se documentara por la ciencia médica. Fue el cardiólogo Daniel Gelfman, del Marian University College of Osteopathic Medicine, en Indianápolis, quien detectó que el artista había hecho esa conexión.
“Estoy asombrado de su capacidad para reconocer este hallazgo y expresarlo en su obra de arte”, expresó el experto.
“Miguel Ángel, al igual que otros contemporáneos artísticos, tenía una formación anatómica”, escribió Gelfman en su estudio.
El experto añadió: “Me di cuenta de que Miguel Ángel debe haber notado una distensión venosa yugular temporal en individuos sanos que están emocionados”. Además, subrayó: “En el momento en que se creó David, en 1504, William Harvey aún tenía que describir la verdadera mecánica del sistema circulatorio, y eso no ocurrió hasta 1628”.