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¿Cómo explicarles a los hijos el coronavirus sin causar pánico?

por Avatar GDA | El Comercio | Perú

Ha pasado poco más de una semana desde que comenzó la etapa de cuarentena y todavía los padres no saben cómo explicarle a sus hijos el coronavirus sin causar pánico. Con las clases en colegios y las  universidades postergadas y los centros de esparcimiento cerrados, los hijos han puesto en pausa su desenvolvimiento social.

Aunque esta convivencia en el hogar parezca natural, para muchos estas circunstancias pueden conllevar a un desequilibrio emocional. De acuerdo con la edad que tengan los niños y adolescentes están acostumbrados a distintas rutinas y experiencias, no ligadas, en su mayoría, a la familia.

En el caso de los más pequeños la reacción puede ser positiva porque el vínculo con los padres aún se mantiene muy fuerte. Para la psicóloga clínica Antonella Galli, este tiempo debe aprovecharse para que conocerlos más, reforzando los lazos de padre-hijo. “El que los niños estén más acompañados de los padres, que usualmente están trabajando, les refuerza muchísimo el ánimo. Es buen momento para poder observarlos y darse cuenta de sus gustos, intereses, aptitudes y actitudes. Gocen de tener buenas conversaciones y diversión sana que acompañen estos intereses”, explica.

Asimismo, invita a la familia a tener conversaciones asertivas con los hijos respecto de la situación que se está viviendo por el coronavirus  viviendo.  Hay que aclarar que no se trata de unas vacaciones, sino de una medida importante para evitar la propagación de una enfermedad.

“Es importante que aquella información que recibimos como adultos se traduzca de mejor manera a nuestros hijos, resolviendo sus cuestionamientos y curiosidades sobre el coronavirus. Y si no tienen preguntas, tampoco se trata de dejarlo ahí, sino al contrario. Los padres deben poner el tema sobre la mesa y conversarlo con seriedad, responsabilidad y sobretodo esperanza”, indica la psicóloga clínica María Elena Basauri.

Establecer una rutina

En el caso de los adolescentes, ambas expertas coinciden en que están más acostumbrados a pasar tiempo con ellos mismos, pues se encuentran en una etapa de afianzamiento de la personalidad. En este marco, puede que la cuarentena no les afecte tanto por el lado emocional. Sin embargo, puede elevar ciertas conductas de aislamiento y/o desconexión con lo real, como por ejemplo estar todo el día en la habitación o conectado de algún aparato electrónico.

Para ellos, el consejo es establecer rutinas flexibles que los inviten a realizar otras actividades, como compartir en familia, leer, bailar o a hacer ejercicio. En este punto también cobra relevancia la importancia de impulsar su autocuidado. Es decir, hay que motivarlos a que mantengan sus espacios en orden, se bañen, se cambien la ropa y se peinen, cosas que también ayudarán a que no caigan en un estado depresivo.

“Estemos en pandemia o no, los padres deben ser observadores y comprensivos. Y no comprensivos desde su perspectiva, sino desde la mirada de sus hijos, sean jóvenes o niños. Habrá cosas que podrán parecernos ridículas o simples, pero para ellos se trata de su mundo, su verdad. Por esto también deben ser constantes, no tirar la toalla y dejarlos mal. Es importante que los padres se pongan de acuerdo y mantengan una misma línea, así el joven o niño entenderá que todos están en el mismo equipo”, recomienda Basauri.

Ansiedad y depresión

Los picos de ansiedad serán una de las vivencias más comunes para todos los miembros de la familia durante esta cuarentena. Sobre todo, para aquellos que ya contaban con esta patología desde antes de que empiece esta medida. “Las personas que pasan por problemas de ansiedad y depresión suelen ser un poco más negativas y catastróficas. Por tal motivo, el aislamiento hará que se intensifiquen sus emociones negativas al pensar distorsionadamente los eventos”, explica Antonella Galli.

Para los jóvenes y niños que presenten problemas de ansiedad, es importante establecer una buena comunicación en familia. Sentarse a conversar de aquello que les preocupa, siempre con calma y sin minimizar lo que sienten. “Debatan sus creencias negativas con evidencia racional, tantas veces sean posibles, siempre respirando y manteniendo la tranquilidad”, agrega Galli.

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