Calambres nocturnos
Algunas personas solo necesitan dormir cuatro o seis horas al día. Foto: Pixabay

Los calambres, sobre todo los nocturnos, son contracciones musculares dolorosas que ocurren mientras se duerme, afectando principalmente las piernas. Estos episodios pueden interrumpir el descanso y causar molestias significativas. Entender las causas y adoptar medidas preventivas puede ayudar a minimizar la frecuencia e intensidad de estos molestos calambres. Expertos de Neutrient, explican por qué aparecen y cómo prevenirlos y aliviarlos.

Entre las principales causas que pueden provocar un calambre nocturno puede estar:

  1. Deshidratación: No tener suficiente agua en el cuerpo puede afectar la función muscular. Hay que beber agua conscientemente cada día.
  2. Sobrecarga muscular: Ejercitarse en exceso o estar de pie durante largos periodos puede provocar fatiga muscular. Una ducha o baño caliente antes de dormir relajará la musculatura.
  3. Posiciones corporales: Dormir en posiciones incómodas o mantener la misma posición durante mucho tiempo puede desencadenar calambres.
  4. Problemas de circulación: Una circulación sanguínea deficiente puede afectar el suministro de oxígeno a los músculos.
  5. Condiciones médicas: Enfermedades como la diabetes, problemas neurológicos o trastornos de la tiroides también pueden estar relacionadas con los calambres nocturnos.
  6. Medicamentos: Algunos medicamentos pueden tener como efecto secundario la aparición de calambres musculares.
  7. Deficiencia de minerales: La falta de minerales como el potasio, calcio y magnesio puede contribuir a la aparición de calambres. Considera tomar suplementos como el que te presentamos.

¿Cómo aliviarlos?

Una vez que aparecen, los expertos recomiendan:

  1. Estira el músculo afectado: Si el calambre está en la pantorrilla, intenta estirar la pierna y flexionar el pie hacia arriba, apuntando los dedos hacia tu cabeza. Puedes hacer esto mientras estás acostado o levantarte y poner peso en la pierna afectada, presionando el talón en el suelo.
  2. Masaje: Masajea suavemente el área afectada con movimientos circulares para ayudar a relajar el músculo.
  3. Frío: Cuando ha comenzado y está doliendo aplica una bolsa de hielo o una compresa fría envuelta en una toalla durante unos minutos.
  4. Camina o mueve la pierna: Levántate y camina un poco. Mover la pierna puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y aliviar el calambre.
  5. Aplicar calor: Cuando está pasando el calor puede ayudar a relajar el músculo y aliviar tensión.

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