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Diez inventos que mataron a sus propios creadores

por Avatar GDA | El Tiempo | Colombia

El mundo está en constante cambio y todos los días nuevos científicos presentan avances tecnológicos que prometen modificar la vida como la conocemos.

Sin embargo, tiempo atrás, algunos creadores no lograron ver el resultado final de sus creaciones, pues fallecieron debido a sus mismas fallas.

Aquí un listado de los diez inventos que mataron a sus propios creadores.

El tren volador

Valerian Abakovski, un chófer ruso de 25 años de edad con algunos conocimientos de ingeniería, inventó el primer ‘aerovagón’. El experimento consistió de un motor y una hélice conectados a una dresina de madera.

En un principio, el ‘tren volador’ llegó a alcanzar 140 kilómetros por hora, lo cual era un gran éxito para la época.

Sin embargo, a finales de julio de 1921 el experimento no resistió un viaje de vuelta de unas minas a las afueras de Tula, Rusia. La dresina se descarriló, causando la muerte de siete de las 22 personas que iban a bordo, incluyendo al creador.

El impermeable que también era paracaídas

Franz Reichelt, un sastre de París, Francia, decidió crear un impermeable que a su vez fuera un paracaídas.

Para inicios de 1912, su creación estaba lista y decidió probarla de una manera que también causó revuelo: lanzando un maniquí desde la Torre Eiffel.

Sin embargo, al último momento decidió saltar él y cayó a su muerte. El paracaídas resultó ser muy pequeño y sus cálculos no tenían en cuenta su peso, por lo que no funcionó para sostenerlo.

Motor misilístico

Max Valier fue un austriaco que construyó, durante la época de 1928, varios vehículos como trineos, automóviles o patines, impulsados por cohetes que trabajaban con motores de combustible sólido.

Sus creaciones llegaron a una velocidad de hasta más de 300 kilómetros por hora, lo cual era increíble para la época. Sin embargo, para 1930, decidió comenzar a trabajar en motores que funcionan con combustible líquido.

Ese mismo año, y en medio de un experimento de un auto-cohete con oxígeno líquido y alcohol, Valier murió con tan solo 35 años de edad a causa de una explosión.

Submarino H.L Hunley

El primer submarino de combate que logró hundir un buque de guerra fue nombrado en honor a su creador, Horacio Lawson Hunley.

Se diseñó con el objetivo de ayudar en la Guerra Civil estadounidense durante 1863, pero ese mismo año se hundió dos veces.

La segunda vez que esto sucedió, en octubre de ese mismo año, el H.L Hunley llevaba una tripulación de ocho personas que incluía a su creador, pero el día acabó sin ningún sobreviviente.

Después de esto, el submarino fue recuperado, pero cerca de un año después se perdió por completo en un ataque durante la Guerra Civil.

Tanque T-34

Mijaíl Kóshkin, un diseñador industrial soviético, diseñó los dos primeros tanques de guerra T-34 y se los presentó a Stalin, quien decidió mandarlos a producir en serie.

Ese mismo año, uno de los tanques tuvo un accidente de camino a la fábrica y cayó a un cuerpo de agua helada. Kórshkin, amante de su obra, decidió ingresar al agua e intentar rescatar lo que quedara del tanque para arreglarlo tiempo después.

Sin embargo, probablemente debido a la temperatura del agua, el creador se enfermó y tuvo que ser ingresado a un hospital por una neumonía severa por la cual los médicos se vieron en la necesidad de extirparle un pulmón.

A pesar de todos los esfuerzos, el cuerpo de Kórshkin no resistió y murió en septiembre de 1940, a los pocos meses de haber presentado los modelos de tanques T-34.

El carro volador

Los carros voladores llevan bastante tiempo en la mente de los creadores. De hecho, para 1973 una empresa llamada Advanced Vehicle Engineers junto con el ingeniero aeronáutico Henry Smolinski presentaron el primer prototipo de lo que sería un carro volador.

‘AVE Mizar’, como lo llamaron, era la combinación de la parte delantera de un carro Ford Pinto y la parte trasera de una avioneta ligera. Para sorpresa de muchos, el ‘carro volador’ pasó los primeros dos vuelos de prueba, por lo que se estaba pensando en su lanzamiento oficial para el siguiente año.

En septiembre de 1973, Smolinski se subió en el carro para el tercer vuelo de prueba y, mientras el vehículo estaba en el aire, el ala derecha se dobló, causando que se estrellaran. Él y el piloto murieron en el accidente.

Nave minadora

Vladimir Stepánov fue un oficial de la Marina rusa que creó, en 1901, un sistema automático para implantar minas navales fácilmente. Una de las mejores naves creadas con ese propósito fue llamada ‘Eniséj’.

Tres años después, Stepánov estaba al mando de la máquina que había creado que, en ese momento, era utilizada durante la guerra entre Japón y Rusia para depositar minas en el fondo del mar, lo cual impedía que las tropas japonesas pudieran desembarcar en lo que en ese momento era territorio ruso.

Sin embargo, una de las minas empezó a subir a la superficie y explotó. Los mineros que acompañaban a Stepánov en la misión pudieron escapar en botes salvavidas, pero el oficial decidió hundirse con su creación.

Impresora

Richar March Hoe patentó en 1847 una impresora rotativa. Funcionaba de tal manera que las imágenes que se imprimían eran curvadas sobre un cilindro.

Un poco más de un siglo después, en 1963, William Bullock, también inventor, decidió mejorar la versión que había hecho Hoe, agregando eficiencia y velocidad.

 

Sin embargo, unos años después durante una reparación a una de sus invenciones que se encontraba dentro del diario Philadelphia Public Ledger, Bullock tomó la decisión de utilizar su pierna para ajustar la correa, lo cual causó que esta se quedara atrapada dentro de la máquina.

Días después, el inventor desarrolló gangrena en la zona que había quedado atrapada, por lo que los médicos decidieron que lo mejor sería realizar una amputación. Sin embargo, Bullock no sobrevivió a la operación.

Radio y polonio

Marie Curie, la científica ganadora del Premio Nobel de Física y también el de Química, entregó su vida a la investigación del radio y el polonio, dos elementos radioactivos.

Durante la Primera Guerra Mundial y a partir de sus conocimientos, creó los primeros centros radiológicos móviles para uso militar, lo cual fue un avance médico impresionante en el momento. Además, fundó dos de los institutos de investigación médica más importantes: Instituto Curie en París y en Varsovia.

Justamente fue su exposición a la radioactividad por largos periodos de su vida lo que causó el rápido deterioro de su salud que causaron su muerte a los 66 años de edad.

La moto de vapor

Sylvester H. Roper era un inventor que, alrededor de 1867, creó un prototipo de moto que estaba basado en una bicicleta común con un motor de vapor bajo el asiento que causaba que la rueda trasera se moviera.

La idea funcionó y casi 30 años después, mientras se encontraba en la ciudad de Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, probando una de sus últimas mejoras en la moto de vapor, sufrió un accidente que lo hizo caer al suelo y lesionarse la cabeza.

Según la autopsia, el inventor sufrió un ataque cardíaco que lo mató instantáneamente, aunque no se sabe si esto causó la caída o se causó a partir de esta.

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