TELEVISIÓN

Los dramas personales de los actores de Game Of Thrones

por El Nacional El Nacional

Game of Thrones ganó 47 premios Emmy, más que ninguna otra serie de televisión. Su última temporada se estrenó el 14 de abril y fue un suceso a escala mundial. Sin embargo, detrás de las cifras de la producción y los contratos millonarios, varios actores de la serie pasaron por conflictos íntimos que atendieron sin afectar su trabajo en un show que se convirtió en un fenómeno.

Emilia Clarke, quien interpreta a Daenerys Targaryen, contó que estuvo a punto de morir, luego de la primera temporada de la famosa serie de HBO al sufrir dos aneurismas cerebrales.

En una columna en The New Yorker, la actriz de 32 años contó uno de los episodios más difíciles de su vida. Fue internada y operada en 2011 por un primer aneurisma. Luego se le detectó uno más pequeño que, para 2014, ya había crecido el doble.

“La recuperación fue aún más dolorosa que después de la primera cirugía. Parecía que había pasado por una guerra más espantosa que cualquiera que haya experimentado Daenerys”, dijo.

La actriz Sophie Turner, quien interpreta a Sansa Stark, contó cómo las redes sociales han incidido en su depresión y cómo la ha sobrellevado en el podcast Phil in the Banks, donde fue entrevistada por el Dr. Phil

Su salud mental comenzó a verse afectada cuando tenía 17 años, pues su metabolismo se ralentizó y comenzó a ganar peso. Las redes sociales fueron uno de los detonantes del declive, al estar sometida al escrutinio público. « No diría que fue la razón principal, pero sí un catalizador (…) Me decía a mí misma: ‘Sí, estoy llena de granos. Sí, estoy gorda. Soy mala actriz’. Y me lo creía. Veía 10 comentarios fantásticos y los ignoraba, pero uno negativo me hundía», dijo. 

La inseguridad también dificultaba su desempeño como actriz. «Empecé a ser muy, muy consciente de todo… Empecé a preocuparme por los ángulos [de cámara]. Estaba preocupada por mi cara. Tengo una nariz grande y a todo el mundo le encanta hacérmelo notar, y era como: ‘No sé en qué ángulo ponerme’. Afectaba mi creatividad. No podía serle fiel al personaje porque estaba demasiado preocupada por Sophie», agregó. 

Lena Headey narró a The Sun  que sufrió depresión posparto en la primera temporada de la serie cuando le dio vida a Cersei Lannister.

«Fue horrible, tuve depresión posparto pero no lo sabía. Vi a un médico para un chequeo y estallé en lágrimas», contó la estrella, que es madre de dos niños. Y agregó: «Hice el primer año de Game of Thrones resolviendo la maternidad y pasando por un momento extraño personalmente. Fue difícil».

También vivió un momento difícil al divorciarse de su esposo en 2013, con quien tuvo una pelea por la custodia de su hijo. Asegura que la serie se convirtió en un lugar de catarsis.  

La posible resurrección de Jon Snow causó ansiedad en el público de Game Of Thrones. El acoso mediático al intérprete del personaje, Kit Harington, por el evento y su relevancia, indujo al actor a buscar ayuda psicológica para sobrellevarlo.

«Cuando te conviertes en el momento de máximo suspenso de una serie de televisión, el enfoque en ti es aterrador», dijo Harington a Variety.

«Hay personas que te gritan en la calle, ‘¿Estás muerto?’. Y al mismo tiempo debes mantener las apariencias. Yo soy neurótico como cualquier actor, y eso aumenta con el nivel de atención», agregó.

Con información de Infobae