ENTRETENIMIENTO

Siete poemas de Fernando Rodríguez

por Fernando Rodríguez Fernando Rodríguez

Química universal

Los seres vivos

y de manera hiperbólica los humanos

segregan durante su existencia

una suerte de ácido muy corrosivo

que no hace sino crecer en los entresijos de sus articulaciones

y es por naturaleza indestructible.

En el reino humano proviene del pecado y la culpa

amén de las enfermedades,

el olvido, la calvicie, la neurosis y similares.

Su aspecto es muy ingrato

y sus efectos dañinos y crueles.

En la vejez su acumulación

resulta casi siempre insoportable.

Ante ese desarreglo la muerte

cumple la sanadora función

de permitir la reposición de las especies

con nuevos individuos

totalmente incontaminados,

del color diáfano de la primera luz del día

(He allí el secreto de la conmovedora belleza de los niños).

Continua renovación de la vida.

Incesante retorno de la primavera

e insaciable festín de muerte.

Crueldad y oropeles de las leyes de la creación.

Vida / muerte, cielo / infierno.

**

LA IDEA de la muerte puede ser pensada.

La muerte no.

**

Todopoderoso

Dios al fin y al cabo

es realmente todopoderoso.

No solo porque nosotros somos finitos y minúsculos

y él infinito en tiempo, espacio y sapiencia,

sino porque enfrentarlo y pretender vencerlo

significa nuestra desesperación y definitiva destrucción.

Y, por el contrario, rendirnos ante él,

implica la pérdida de lo poco que tenemos a que asirnos:

nuestras frágiles posibilidades de conocer

y nuestra efímera dignidad espiritual.

Sumisión y degradación insoportables.

Es una batalla perdida de antemano.

Él siempre nos aniquilará

aun siendo el más grande y estrafalario de los molinos de viento.

**

La noche de Pascal

Pascal pintó una vez la vida

como un barco

navegando en una noche muy oscura

sin rumbo alguno,

nosotros somos los remeros.

A cada instante sabemos de la muerte de un compañero de viaje

y nuestra mayor angustia,

no es la atroz fatiga,

sino esperar la nuestra.

Un cuadro muy tenebrista,

acaso insuperable en su género.

Ni siquiera nombra el sol

y el cielo azul.

**

Guerra de las galaxias

En el más lejano confín del bosque

en zona muy umbrosa

el hombre viejo

(muy pero muy viejo)

le indicó al niño

vestido de guerrero de las galaxias

dónde estaba el camino de las ciudades

en aquella abigarrada espesura.

El niño lo miró con ternura y corrió jubiloso por el sendero

con su casco blanco y su espada luminosa

Entonces el viejo se sentó titubeante sobre una roca

Y se evaporó.

**

La carcajada

La risa, la carcajada más exactamente,

(como el orgasmo, el estornudo súbito, el infarto y otros éxtasis)

es un brinco en la linealidad del tiempo.

Breve e intensa,

Se deshace del antes y el después.

Parece vinculada a estructuras muy arcaicas del alma

que han sobrevivido sin explicación

a la serialidad de los relojes y otras mediciones.

Se basta a sí misma,

rotunda ensimismada,

su génesis y sus temas son susceptibles del psicoanálisis,

pero este no da cuenta de su ímpetu animal y cósmico.

Tan intensa e incontrolada es

que al cesar necesita alguna compensación respiratoria.

Puede inducir la tos,

y suele necesitar el socorro de los pañuelos.

**

Improntu

La foto está perfectamente conservada,

Solo un pequeño doblez en una esquina,

25×15 centímetros,

de color sepia,

Fechada en 1903.

Representa una dama

con un traje blanco y delicado que la cubre toda,

Se recuesta sobre una silla labrada.

Su rostro es ovalado y sereno, bello.

De repente

Se ilumina la lámpara art nouveau

La sala se llena de colores

Entra entonces el caballero

la toma por el talle y besa apasionado su cuello.

Ella se hunde en el cuerpo amado.

Luego todo se detiene,

Vuelve el sepia eterno.

Ella está recostada sobre una silla labrada.

Su rostro es ovalado y sereno, bello.