ENTRETENIMIENTO

Se cumplió el sueño de Fran Beaufrand: una exposición muestra su vasta y polifacética obra

por Avatar Isaac González Mendoza (@IsaacGMendoza)

Fran Beaufrand. Cuatro décadas, abierta en el Centro Cultural de Arte Moderno (CCAM) hasta el 15 de septiembre, no es una exposición póstuma. Antes de su muerte en septiembre de 2023, el artista, fotógrafo y diseñador tuvo la iniciativa de presentar una retrospectiva de su vasta obra luego de que María Beatriz Hernández de Vargas, presidenta del centro cultural, le ofreció la sala.

Fue el propio Beaufrand quien se comunicó con el fotógrafo Vasco Szinetar y la investigadora Johanna Pérez Daza para formar el equipo curatorial. Al comenzar las reuniones, ya tenía unas coordenadas precisas acerca de la muestra, en especial respecto a su estructura: está distribuida entre las etapas In memoriam, Frutos de América, Blur y Layers, además de una parte dedicada a su trabajo en publicidad, editoriales y moda.

Foto Ezequiel Carías

In memoriam presenta una serie de fotos en pequeño formato en las que el artista hizo un registro de personas en posiciones histriónicas y con la particularidad de que la mirada está cubierta. Aquí destacan la teatralidad de la figura, las tonalidades oscuras, la luz y un formato que permite que haya intimidad entre observador y pieza.

En Frutos de América la escena incluye elementos de la naturaleza como el cacao o las hojas con un enfoque especial en los cuerpos de hombres y mujeres, sea cara, pecho, lengua o espalda: el autor suele segmentar la imagen según su interés.

Foto Ezequiel Carías

En Blur la imagen se vuelve borrosa e imprecisa, una manera de reflexionar sobre la temporalidad de la belleza. Y en Layers la figura, habitualmente en posición vertical, es cubierta con prendas de grandes casas de moda, una manera de, según explicó el propio Beaufrand a El Nacional hace dos años, reflexionar sobre las máscaras que se ponen las personas en la actualidad: «Construimos la identidad a través de la modificación. Aquí hay una idea sobre cómo las redes sociales han construido una nueva comunidad de humanos donde todos están disfrazados de lo que quieren ser. Por eso en Layers tapamos el rostro. No se sabe si es bello o si es feo. Más bien, idealizamos lo que hay detrás».

Pérez Daza explicó que la exposición plantea un recorrido por temáticas, exploraciones y épocas que Beaufrand abordó durante su carrera. Un viaje en el que el observador es acompañado por la voz del artista, pues, subrayó, para la muestra se seleccionaron varias frases que dijo en vida. En el área In memoriam destaca la siguiente: «Me interesa la máscara como construcción de un personaje, la máscara como construcción de otra identidad. La máscara ha estado presente en mi trabajo desde el primer autorretrato y ha sido un elemento recurrente».

Foto Ezequiel Carías

En un sentido transversal, la investigadora consideró que lo que se halla en estos cuerpos de trabajo es la búsqueda de la belleza, no necesariamente apegada a estándares sino que, y cita al artista, es una belleza que se transforma, que se modifica con el tiempo, que es efímera. «Por eso la fotografía lo que busca es atraparla, capturarla», dijo.

Con Fran Beaufrand. Cuatro décadas también buscaban reivindicar la figura de Fran como artista dentro de la historia de la fotografía venezolana porque tradicionalmente la fotografía por encargo o comercial, en la que se destacó Beaufrand por tantos años, suele ser vista de manera despectiva. «Era un artista coherente. Si revisas documentales como Zoológico (dirigido por Fernando Venturini), puedes ver a un joven Fran con mucha claridad conceptual acerca de sus búsquedas», expresó Pérez Daza.

Foto Ezequiel Carías

Se trata, por tanto, de rescatar a un fotógrafo disruptivo, valiente, atrevido. «Porque se desmarca de la tradición documentalista de la fotografía no solo venezolana sino latinoamericana, de corte social o de corte periodístico. Viene con otra propuesta, con temas muy incómodos, polémicos, poco abordados o abordados de manera solapada o superficial».

Szinetar explicó que el trabajo de Beaufrand en los años 80 marcó un momento importante para el discurso de la imagen. En un contexto en el que la fotografía venezolana transitaba una forma de expresarse por medio del documentalismo, la denuncia o lo ideológico, Fran fue uno de los pioneros que rompió esquemas y comenzó a vincular el discurso fotográfico con la experimentación en otros espacios.

Foto Ezequiel Carías

«En su generación él fue un detonante. Podemos entender a Alexander Apóstol, Sara Maneiro, Ricardo Alcaide o Daniela Chappard también como parte de esa impronta que produjo Fran en la fotografía venezolana», expresó el fotógrafo.

Szinetar subrayó que Fran Beaufrand. Cuatro décadas es apenas un acercamiento a la obra de este autor, por lo que espera que en adelante se pueda estudiar de manera más rigurosa y con mayor propiedad: «Para eso es importante que el archivo de Fran Beaufrand se abra, que salga del ámbito restrictivo de la familia y se institucionalice. Para que el estudio de su obra pueda ser mucho más complejo, más rico. Por eso digo que este es un pequeño abrebocas para comentar, investigar y hacer los vínculos en esa gran cartografía de la fotografía venezolana».

Foto Ezequiel Carías

Considerando que un archivo es una historia de vida, Vasco Szinetar asegura que todavía hay mucho por ver sobre Fran Beaufrand, como, por ejemplo, un registro urbano que no se conoce. «Y así otras miradas de Fran. No te olvides que los artistas desarrollan en la sombra cantidades de proyectos que nunca llegan a ser visibles, entonces hay que meterse con una lupa para descubrir a ese gran, extraordinario y generoso fotógrafo que fue Fran Beaufrand», afirmó.

Otro concepto importante dentro de la exposición es el del collage, señaló Elida Salazar, gerente de Artes Visuales del CCAM. De hecho, en una de las salas hay uno enorme compuesto por varias fotos de Beaufrand. «Fran decía que era un collage. Justamente aquí se quiso hacer esa compilación a modo de collage. Esta gran pared así lo dice, así lo resume, porque es un trabajo que hay que seguir explorando, es un autor que hay que seguir investigando».

Foto Ezequiel Carías

La curadora recordó que cuando comenzaron a preparar la exposición, Beaufrand visitó unas cuatro veces la sala, hizo recorridos y planteó lo que quería, pero también habló de la fragilidad de su salud, los tratamientos que le esperaban y lo que hacía para mantenerse en pie. «Creo que esta exposición le dio un año más de vida. Porque realmente estuvo soñándola, hablaba de ella, y nosotros (el equipo del CCAM) conversábamos con él. Hasta el último momento que lo fui a ver a la clínica me dijo: ‘Elida, la exposición va a ser impecable, ¿verdad? Como la soñamos’. Y es impecable. Un sueño hecho realidad».

La diseñadora Tita Beaufrand, hermana del artista y heredera de su archivo fotográfico, también está convencida de que la muestra le dio un año más de vida a Fran, porque soñaba con mostrar su trabajo de 40 años. «Había toda una maquinaria ya andando. Pero el artista se nos fue. El genio se nos fue. Yo entro (al equipo de la exposición) cuando Fran muere. Tuve que pedir un par de meses de descanso, entonces se pospuso la exposición un poco más y entré al equipo en enero. Más calmada, comencé a tomar las riendas del proyecto en compañía de Vasco y todo el equipo».

Foto Ezequiel Carías

Para Tita, su hermano, a quien considera su ídolo, fue un artista prolífico que siempre se preocupó por la búsqueda de la belleza, el registro del cuerpo humano y el mundo gay y queer, inquietudes que están en la exposición. Aunque, dijo, esta muestra es apenas un abrebocas de su obra, sí se logró mostrar a un Fran que nadie había podido ver completo. «Para mí tomar este proyecto fue durísimo. Fue descubrir a Fran nuevamente a través de un trabajo que conozco de cabo a rabo, mejor que nadie, y al mismo tiempo ver en vivo esos archivos, en directo, te hace darte cuenta del genio que era. No deja de sorprender. No importa por cuántos años lo conozcas».

Como un mago define la diseñadora a su hermano, un ser generoso al que le gustaba ayudar a la gente. Durante su funeral, muchas personas se le acercaron a Tita justamente para expresarle el agradecimiento que tenían con Fran. «Todo lo que hacía era magia, ya fuera con su arte o con una pregunta que le hicieras: te contestaba de manera magistral así fuera en una fiesta o en una entrevista». Espera, ya que Fran no está, seguir difundiendo su obra tanto en Venezuela como en el mundo cuando sea posible. «Hay que mostrarlo, hay que exportarlo, porque de alguna manera no se ha visto a Fran así como se está mostrando, completo en su eje de trabajo».

Foto Ezequiel Carías