«¡Gracias, Venezuela!», gritó Amanda Dudamel, hija del exseleccionador de la Vinotinto, Rafael Dudamel, al ser coronada este jueves, con 21 años de edad, como Miss Venezuela en un certamen transmitido en vivo tras un año de pausa por la pandemia.
«El orgullo no me cabe en el pecho (…), ha sido su sueño y lo ha logrado», celebró desde Colombia su padre, quien dirigió la selección nacional de fútbol (2016-2020), en una videollamada proyectada en una pantalla al cierre del certamen.
Más tarde, en un post de Instagram, el DT del Deportivo Cali comentó: «Felicitaciones hija @amandadudamel, lo lograste! Has hecho realidad tu sueño, te preparaste con muchísima ilusión y hoy Dios te ha premiado, te ha dado la maravillosa oportunidad de representar a nuestro hermoso país VENEZUELA. Te amo reina, Dios te cuide!»
«Gracias, Venezuela, por confiar en mí», recalcó, sonriente, con la brillante y pesada corona puesta Amanda Dudamel, representante de la Región Andina (estados Táchira, Mérida y Trujillo), ahora vestirá la banda venezolana en el concurso previsto para diciembre de 2022.
Ariagny Daboin, psicóloga de 24 años de edad, fue coronada más temprano para representar al país en el Miss Mundo 2022, en una breve ceremonia previa.
Celebrado en un modesto estudio de la televisora privada Venevisión, el Miss Venezuela fue transmitido en directo tras contemplarse «todas las medidas de bioseguridad», anunció José Padrón, uno de los presentadores.
«Casi 300 pruebas de despistaje se realizaron para estar aquí presentes y las hemos superado», destacó Padrón.
Los aplausos, no obstante, fueron grabados. No se permitieron espectadores en el estudio al igual que el año pasado, cuando el covid-19 forzó un cambio de formato: un certamen pregrabado, de austera producción y sin público por primera vez en su historia.
Traspiés y videollamadas
Este año regresaron los leves traspiés al desfilar en traje de gala, junto a las lenguas trabadas en la ronda de preguntas.
Y al no haber audiencia en el sitio, se proyectaron en una pantalla videollamadas de familiares de las candidatas que entraron al cuadro de las cinco finalistas.
Las 18 candidatas desfilaron frente a un jurado calificador, entre ellos la reina del salto triple y oro olímpico en los Juegos de Tokio, Yulimar Rojas, cuya presencia desató la euforia de fanáticos en redes sociales.
Al ritmo de música tecno, las aspirantes desfilaron en traje de baños enterizos rojos y, en lugar de anunciar sus medidas, los animadores destacaban cualidades como su resiliencia y espiritualidad, dejando el estricto «90-60-90» atrás por tercer año consecutivo.
En Venezuela, con unos 400.000 casos confirmados y cerca de 5.000 muertes por covid-19, este certamen sigue siendo un escape para muchos venezolanos pese a los recortes en su producción e, incluso, el número de candidatas.
En sus últimas ediciones debió ajustarse a un estilo más austero por la crisis que lleva a Venezuela a transitar su octavo año de recesión.
El Miss Venezuela está lejos de las apoteósicas producciones de años atrás cuando se organizaba en el Poliedro de Caracas, una de las tarimas más importantes del país, con un aforo para 20.000 personas.
En años recientes ha estado salpicado de polémica.
En 2018 se destapó un escándalo de supuesto proxenetismo y favores sexuales que vinculó a exmisses con millonarios cercanos al gobierno. El director del concurso Osmel Sousa, conocido como el «zar de la belleza», renunció semanas antes tras 40 años al frente de la organización.