ENTRETENIMIENTO

Perán Erminy: Una luz siempre encendida

por El Nacional El Nacional

Perán fue el adentro y el afuera de un imaginario universal que muy bien conocía y pormenorizaba a partir de una sabiduría enciclopédica, de realidades e irrealidades, de verdades, de proyectos realizados y no realizados, de amigos, alumnos, colegas y otros, siempre respetado y querido en pasado y en futuro. Perteneció a un tiempo que nunca se detuvo. En su largo recorrido trajinando una intensa vida, se hizo propietario del conocimiento profundo de la historia moderna y contemporánea de la cultura, del arte, del hombre social; conocimiento que cada día, satisfecho, entregaba con la generosidad y bondad (y también paciencia) del eterno educador, del eterno enamorado de la vida, la suya y la del otro.

El espejo trascendente en el que puede interrogarse, uno se mira y reconoce receptor de la generosa entrega del hombre sabio que conoce de tradiciones y rupturas, de encuentro de culturas, de diatribas ideológicas, y paradójicamente, de concepciones distintas de mundos iguales. El suyo fue un macro universo aceptado e integrado a partir de la fuerza de la palabra, de la “gloriosa palabra inteligente” que todo lo concluye para colocarse como signo conflictivo, a la vez conciliatorio de pensamientos distintos. No fue Perán el “opositor” retórico a los dislates de presentes culturales. Su coherencia fue tanto en la palabra escrita como en la oralidad enciclopédica manifiesta en el análisis y reflexiones de lo leído, de lo visto, de lo oído, todo aumentado con una inteligencia ética y estética autónoma de pensamientos ajenos. Pensamientos vigentes en el presente de su tiempo histórico recorrido por caminos inéditos. Vital en su intelecto, concluyente en la expresión oral, fuerza en los argumentos: todo pudo expresarlo con el talante de una cosmovisión universal del mundo y el Ser.

Con respeto Perán nombró las cosas y los temas por su nombre. Hombre plural, versátil, enamorado apasionado de la actividad docente, de la promoción cultural, del análisis cinematográfico. Dispuesto siempre a resarcir la emblemática orfandad cultural de nuestro país, cada vez se hizo más radical en la necesidad de difundir el saber, en infundir esperanza a nuevos valores de la plástica nacional, sobre todo del interior, así, debido a los escasos recursos económicos de las instituciones invitantes y los propios, no tomaba un avión, hizo del autobús el transporte ideal para llegar a muchos rincones, a veces bastante apartados, de la geografía del país. No faltó a las exposiciones de artistas mayores y jóvenes, su presencia infundía respeto y agradecimiento.

No puedo finalizar sin recordar al Perán “sindicalista aguerrido” en las muchas reuniones de AICA Venezuela que realizamos a finales de los años ochenta, junto a Rafael Pineda, Robles Piquer (RAS), Roberto Montero Castro y yo, para que el país al fin considerara la crítica de arte como una profesión propia de las ciencias sociales, digna de tener honorarios profesionales por su trabajo, batalla que ganamos desde esos años.

Por todas sus muchas facetas, Perán Erminy “plural e inclusivo”, no podrá ser olvidado por la historia cultural de Venezuela. Esperemos que en la oscuridad del presente, no desaparezcan las bibliotecas del país.