La actriz española Penélope Cruz deslumbró el lunes a Londres con un repaso a su carrera en la Academia Británica del Cine (BAFTA), donde reconoció a su pesar que la situación de las mujeres dentro de su profesión «en realidad no ha cambiado mucho».
Cruz había presentado previamente el estreno de su última película, Ferrari, en la que interpreta a Laura Ferrari, esposa del fundador de la mítica escudería, que sufrió de la incomprensión de sus propios vecinos y compatriotas pese a su papel fundamental en la compañía.
«Creo que ese es el caso todavía en muchos lugares del mundo. Mira alrededor y verás a mujeres viviendo en la sombra de los hombres. Y no me gusta cuando en nuestra profesión nos dicen: ‘Qué bien, cuánto han cambiado las cosas’. Porque las cosas no han cambiado tanto. Quizá un poquito, pero no mucho», dijo.
Por eso, aseguró haberse sentido «honrada» al recibir la petición de Mann para interpretar ese papel que «contribuye a dar voz a cualquier mujer que se identifique con esa represión, con esa manera de vivir una vida subterránea».
«No creo que lo que se dice sobre la igualdad y todo eso sea una realidad», agregó, ante el aplauso de la audiencia.
Ferrari celebró su estreno en la fría noche londinense en un evento lleno de estrellas al que acudieron la mayoría de sus protagonistas, así como personalidades del mundo del motor, como el hijo de Enzo, Piero Ferrari, o el director del equipo Mercedes, Toto Wolff.
Sobre la alfombra roja, Cruz, de 49 años de edad, declaró a los medios que esta película es «muy importante».
«Es un personaje muy interesante, es un personaje real, y tenía muchas ganas de trabajar con Michael Mann que me parece uno de los mejores directores del mundo y alguien de quien se aprende mucho”, señaló.
Poco más tarde, en la sede de la BAFTA, Cruz añadiría tres nombres a su lista de directores con los que anhela poder trabajar algún día: Martin Scorsese, Steven Spielberg y Paul Thomas Anderson.
Pero por encima de cualquier nombre, la madrileña coloca a la que llama su «heroína número uno», la actriz Meryl Streep.
«¡Siempre les digo a mis agentes que quiero trabajar con ella aunque sea para llevarle el café!», bromeó la intérprete de Alcobendas, quien «no podía creer» cuando Streep la mencionó en un discurso reciente al recoger un premio.
Cruz confesó estar muy nerviosa en la conferencia porque entre el público se encontraba su hijo mayor, Leo, fruto de su relación con Javier Bardem.
Sin embargo, no tuvo reparo en afrontar preguntas como cuáles son las películas que ha hecho que cree que habrían merecido tener una mayor repercusión, entre las que citó dos: Non ti muovere, del italiano Sergio Castellito, y Ma Ma, de Julio Medem.
Se declaró firme partidaria de las palomitas como mejor acompañamiento para ver una película, sobre todo cuando se va con niños, pero siempre que sea en el cine: «Es un ritual que espero que el mundo no pierda, porque es magia verdadera. La experiencia de ver una película en casa nunca puede ser la misma que verla en casa, con tantas interrupciones y el teléfono».
Y preguntada por un consejo por una aspirante a actriz de 19 años, Cruz no tuvo reparos en darle uno: «No tomes drogas. Nunca».