China dio su apoyo este viernes a la película Mulan de Disney, que recibió llamados a boicot porque tiene escenas que fueron rodadas en la región china de Xinjiang, donde Pekín está acusado de violar los derechos humanos.
Esta película, con un presupuesto de 200 millones de dólares, se inspira en una leyenda popular, la de una mujer de la antigua China que se disfrazaba de hombre para poder combatir en sustitución de su viejo padre.
Presentada en China el viernes, es objeto de una reciente polémica, en particular en Occidente, pues Disney agradece al final de la película al gobierno, la seguridad pública y al Partido Comunista chino de Xinjiang.
Numerosas asociaciones de defensa de los derechos humanos han fustigado el rodaje de escenas en esa región debido al trato que recibe la minoría musulmana de los uigures.
Durante mucho tiempo golpeada por atentados sangrientos perpetrados por miembros de esa etnia, el gobierno chino aplica mano de hierro con Xinjiang.
Más de 1 millón de personas han sido internadas en campos, según las organizaciones de defensa de los derechos humanos. China asegura que se trata de centros de formación profesional, destinados a ayudar a la población a encontrar trabajo y a alejarla de la tentación del extremismo religioso.
«¿Hay algo de más normal que la película agradezca al gobierno de Xinjiang tras la ayuda que (este) aportó?», declaró el viernes Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
No es la primera polémica de Mulan. La protagonista de la película, la actriz estadounidense de origen chino Liu Yifei, manifestó su apoyo a la policía de Hong Kong ante la violencia que salpicó las protestas en la excolonia británica.
«Para mí es la Mulan de hoy», declaró Zhao Lijian en referencia a la hostilidad que sufrió tras sus declaraciones. «¡Es una auténtica china!».
En su primer día en las salas de cine chinas, esta superproducción recibió críticas negativas de los espectadores, que le han dado un 4,7 sobre 10 de nota en la plataforma china de referencia Douban.com.