ENTRETENIMIENTO

La Paciencia: La percepción en la obra de Patricia van Dalen

por El Nacional El Nacional

Por JOSÉ ANTONIO PARRA

La percepción del fenómeno de la existencia es uno de los aspectos esenciales en el planteamiento estético de Patricia van Dalen (Maracaibo, 1955). Más allá de la obvia impronta del color, esta artista venezolana apunta a una deconstrucción de las distintas facetas del hecho vital. Así, lo efímero de la vida y ultimadamente la confluencia del entretejido de lo humano, son los tópicos que parecieran estar en el fondo de esta propuesta.

Probablemente la fascinación de esta artista por los trenes de juguetes, al igual que por la perspectiva que el viajante tiene del paisaje desde trenes reales esté dando pistas en torno a esta transitoriedad y al entretejido al que me he referido más arriba. Quizá mayores indicios en torno hacia dónde apunta en definitiva la mirada de Van Dalen puedan surgir del siguiente texto de ella a propósito de su exposición, Ride the Rail:

“Desde el reino de los trenes en miniatura que se armaba en casa de mi familia emerge el recuerdo de ese fantástico juego de múltiples elementos –escala HO– que emulaba a los trenes reales, cuya velocidad se controlaba con un artefacto y que estaban dispuestos en un escenario realista soportado sobre una mesa gigante. La fascinación que me produjeran los recorridos de aquel pequeño ferrocarril rodando sobre diversos circuitos es semejante a la que me generan los viajes que, sentada en algún vagón, realicé a través del tiempo entre pueblos, ciudades y países. En esas aventuras pude observar entre un punto y otro de la trayectoria, secuencias de paisajes lejanos, dejando a la imaginación una estela de posibles lugares que no fueron visibles desde mi ventana, y que seguramente quedarían suspendidos en universos paralelos para luego convertirse, ¿por qué no?, en arte, en pensamiento, en obra”.

Esa obsesión por los aspectos formales del theatrum mundi le llevó a fijar el ojo del detalle en lo referido al color. En este sentido, Patricia van Dalen (re)presenta las distintas manifestaciones cromáticas del mundo con una potencia inaudita donde prevalecen diferentes rítmicas y donde el discurso visual asume un rol esencialmente poético. Y hay que decir que la dimensión lírica es otra de las grandes improntas de su obra. Lo depurado y elegante de su trabajo, al igual que los contrastes, tanto cromáticos como rítmicos, apuntan a una orquestación del andamiaje visual que plantea cuestionamientos de fondo en torno a la experiencia vital.

Es amplia y densa la trayectoria de esta venezolana que el próximo 27 de abril estará inaugurando en Imago Art In Action en Miami, junto a Emilio Narciso, la exposición Abstract Cabinet. Patrícia Van Dalen & Emilio Narciso. Duo Project. Mirando en retrospectiva, es importante hacer mención de relevantes exposiciones recientes de esta artista, como por ejemplo las individuales Ride the Rail (2017), High Voltage (2014), El color como estructura- Contingencias modulares (2012), Colección primavera-verano 2010 (2010) y Luminous Gardens (2003), entre muchas otras. En el campo de los proyectos especiales se cuentan el Operativo Grapas (2016), Data Hall (2014) y Natural Intersections (2014), entre otros. De igual forma, su experiencia dejó una marca fundamental en la ciudad de Caracas debido a su icónico mural en la Autopista de Prados del Este, conocido como Jardín lumínico (2004).

Sin lugar a dudas que las reflexiones a las que invita la obra de esta venezolana de la diáspora abren nuevos territorios en el quehacer del espíritu de lo humano. El trabajo de Van Dalen se erige en una propuesta atemporal que inaugura mundos. Oportuno entonces cerrar este breve comentario con un texto que escribió Hanni Ossott en relación a ella:

“Habría que preguntarse ¿qué significa esta obra? Color sobre color. Construcción de colores. Golpes a la tela. Rayos. Fulminaciones. Estallidos de luz.

Habría que preguntarse cuánta paz y cuánto estertor no hay en la tela y en el papel, cuántos rayos cruzados, cuántas furias.

Habría que saber del otro silencio, la pintura no proferida, el rasgo detenido”.