Por JOSÉ ANTONIO PARRA
Con el poemario La meditación, Miguel Marcotrigiano nos trae un texto de gran depuración y en extremo singular bajo el sello editorial Lector Cómplice, dirigido por Les Quintero. Esta experiencia del poeta es más una bitácora de viaje. En ella el autor nos da cuenta del tránsito del alma a través de aspectos singulares del devenir, donde la vivencia asume una tonalidad insólita y desgarrada. El mundo cotidiano en este caso sufre un trastocamiento desde la mirada del escritor donde lo fenoménico va en perfecta analogía con el devenir interior. Esto incluso se hace obvio en los matices discursivos mediante los que son expresados aspectos propios de este viaje.
Desde el mismo inicio del texto Marcotrigiano nos hace la advertencia de que “quien lo escribió ya no existe, pero su fantasma aguarda en el fondo de una gaveta, esperando una nueva oportunidad”. Esa frase posee una fuerza demoledora que noquea al lector al tiempo que arma una poderosa intriga en torno a lo que está por ocurrir en relación a esta experiencia.
Como si esta aproximación al viaje fuera poco, el autor tiene un manejo magistral de la palabra y (re)crea el momento inaugural de ese viaje en la propia habitación del viajante, de su propia alma que deviene. Así, el aeda escribe:
“La cama del suicida es una barca a la deriva
ha tiempo hace aguas
flotan o permanecen hundidos varios objetos
un calcetín desaparecido el mes pasado
cuyo hermano huérfano ya descansaba en el fondo de la basura
un par de lentes ciegos
el control remoto del televisor
que había quedado oculto
(tratando de salvarse)
entre el colchón y la pared
un par de libros de autoayuda
una novela que nunca captó la atención
tres breves tomos de poesía
(de autores desconocidos)
varias almohadas
(una de ellas destinada a la humillante misión
de sostener un pie hinchado
–asuntos de circulación o retención de líquidos–)
una conversación telefónica trivial
sobre temas de política
o alguna tontería parecida
una promesa intrascendente
hecha bajo la inane suposición
de que el futuro existe
ideas obsesivas sobre los amigos
lejanos en el espacio
que un día lograron
con tan solo un puñado de palabras
arrastrar a la orilla a este náufrago cotidiano
y miedos
muchos miedos
sin forma definida
pero alojados en el pecho
aferrados a las entrañas
como el humo de los incontables cigarrillos
consumidos en momentos de ocio malsano
totalmente improductivos
debajo de la cama
se ocultan infinidad de monstruos marinos
agazapados desde la infancia
en cada lecho íngrimo
La balsa solitaria del suicida
espera por su próximo tripulante
paciente
con todo su cargamento
de tristezas”.
La dimensión simbólica queda de este modo expresa en la estrofa final en la que el autor alude a las profundidades oceánicas de la psique. Entonces, apelando a un discurso que toma significantes de la cotidianidad y del presente va recreando el pasaje del alma a través de la locura y de la muerte, un pasaje que en este caso es más un trabajo alquímico mediante el cual el viajante será otro distinto al final de la travesía.
Uno de los grandes aportes de este libro está no solo en lo lírico per se, en este caso referido a una poesía de gran actualidad que alude a la cosa misma, aun cuando esta sea de naturaleza intangible u ontológica.
Hay, si se quiere, una suerte de la participation mystique en el modo como el poeta establece los paralelismos entre el mundo fenoménico y la constelación del alma. Este trabajo de Marcotrigiano se suma a las últimas tendencias de la poesía venezolana de cara al mundo y está encuadrada en un estilo cutting edge.
El artefacto está pensado como una totalidad orgánica. Cada aspecto de él está colocado con una intencionalidad cronométrica, cual mecanismo de relojería. No podía ser de otro modo puesto que con este autor estamos en presencia de una figura con una aproximación superlativa al fenómeno del lenguaje. Él no solo ha abordado la creación literaria desde la poesía, sino desde la crítica, teniendo a cuestas una de las obras de mayor resonancia de la literatura venezolana actual.
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La meditación
Miguel Marcotrigiano
Editorial Lector Cómplice
Caracas, 2017