R.E.M

El séptimo álbum de la banda de rock R.E.M., Out of Time, cumplió 30 años de su estreno el viernes 12 de marzo. Además de cambiar totalmente la trayectoria del grupo, quienes debutaron en 1983, también ayudó a darle forma a la manera en que sonaría la música rock alternativa durante la década de 1990 y se convirtió el sonido de toda una generación.

Para conmemorar el aniversario, Michael Stipe, cantante y figura principal de la banda, y Mike Mills, bajista, pasaron por los micrófonos del podcast Apple Music Hits donde hablaron del disco y su impacto en la cultura.

Uno de los temas principales discutidos durante la conversación se centró en el tema «Losing My Religion», el cual se convirtió en uno de los himnos de la década por su estilo inusual en ese momento, donde la madolina fue el instrumento principal. Sin embargo, los integrantes de la agrupación no tenían ni idea del éxito ni el potencial que tenía la canción. «A menos que fueras un productor como Max Martin, o estuvieras haciendo un álbum con una súper estrella como lo era Kylie Minogue, no había forma de saber cuán exitoso podría ser el disco», indicó Mills.

«Especialmente con lo que pasó con la canción ‘Losing My Religion’. Esta es una canción de cinco minutos sin estribillo discernible, y teniendo a la mandolina como instrumento principal. No hay absolutamente ninguna forma de predecir que eso sería un éxito», agregó.

En un inicio, los integrantes notaron que habían logrado algo importante, sobre todo al mirar la lista de éxitos de los Billboard Hot 100, donde escaló hasta la cuarta posición en su momento al haber sido nominado para varios premios Grammy, ganando dos en las categorías de mejor interpretación pop de un dúo o grupo y mejor video musical corto. Pero, según indicaron en la entrevista con Apple, donde realmente descubrieron el poder de la canción «Losing My Religion» fue en todas las ocasiones que la tocaron en vivo. «La energía que emanaba de la audiencia al sonar las primeras notas, esas primeras ‘da, da, da, da, da’, hacían que el lugar explotara con energía», comentó Stipe. «Era la mayor descarga de adrenalina posible y la sensación más poderosa que creo que he sentido en mi vida».

«Honestamente, me da escalofríos solo de pensar en eso ahora porque había mucha alegría en aquellos días», agregó Mills. «Al comenzar aquella canción y tocarla, te das cuenta que has hecho feliz a mucha gente, por lo que fue un placer hacerlo. Poder elevar tanto el nivel de energía y el nivel de disfrute de la gente, es algo que todavía sigue siendo muy emocionante».

En el caso de la canción «Shiny Happy People» fue la primera en toda la trayectoria de la banda que colaboraban con otros músicos exteriores. En dicha canción, acompañando a Stipe estuvo Kate Pierson, vocalista de la agrupación B-52. «Esta fue la primera vez que invitamos a vocalistas a actuar en los discos. Y con Kate Pierson, obtuvimos algunas cosas geniales. Kate y yo seguimos siendo amigos. Es realmente maravilloso cómo estas relaciones avanzan a lo largo de tu vida», indicó Stipe.

Stipe también contó la historia detrás del video musical de la canción, en el cual tuvo que hacer un ajuste de último minuto de su vestimenta. «Todos llegamos a tiempo para la filmación del vídeo y luego entró Kate, con su hermoso cabello y maquillada, les dije a mis compañeros: ‘Chicos, voy a casa corriendo. Vuelvo enseguida», explicó el vocalista a Apple Music Hits.

«Y me fui a casa y revisé mi armario y pensé, ¿qué tengo que pueda igualar a Kate? No puedo estar en mi estilo habitual de ropa que parecía de espantapájaros. Tenía un traje que había comprado en Londres en una de esas tiendas de trajes baratos, de color verde lima, junto con una gorra que usaba, pero me la puse al revés. Volví a la filmación del video 25 minutos después, vestido básicamente como un limón. Y luego pude contrastar lo fabuloso de Kate. Ella llevó el video y la canción a un nivel completamente diferente», añadió.


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