Omar Enrique está
Omar Enrique, cantante y empresario | Abraham Tovar

Omar Enrique habla orgulloso de sus logros como músico y ahora como empresario. Para él, llegar a 30 años de carrera artística, que celebrará el 14 de junio en el Poliedro de Caracas con La gran rumba del merengue 2, requiere constancia, disciplina y estar siempre innovando.

En su oficina en Caracas, el cantante zuliano, siempre sonriente, y frontal y directo cuando se tocan temas controversiales, no oculta su conocida simpatía por el gobierno. Entre sus papeles y notas, destacan en la mesa dos figuras pequeñas: una del fallecido presidente Hugo Chávez y de su sucesor, Nicolás Maduro.

Vestido con una chaqueta de cuadros, el merenguero explica que su camino en la música comenzó cuando tenía 11 años, pero los aniversarios de carrera los cuenta desde 1994, momento en el que lanzó su primer disco. Hasta ahora, subraya, suma 19 álbumes y espera seguir trabajando.

«He grabado con aproximadamente 50 artistas, le he dado la vuelta a Venezuela más de 20 veces, he visitado tocando mi música Colombia, Estados Unidos, España, República Dominicana… muchos países», dice Omar Enrique, que el 14 de junio se presentará junto a 21 artistas entre los que se cuentan Elvis Crespo, Fernandito Villalona, Eddy Herrera, Ilegales, Sergio Vargas, Bonny Cepeda, Omar Acedo o Los Cadillacs. La rumba comenzará a las 6:00 pm y terminará a las 6:00 am o 7:00 am.

«Cuando haces este tipo de espectáculos te das cuenta de si tu carrera como artista ha sido respetada o no. En mi caso, pienso que ese apoyo de los artistas —a lo largo de mi carrera he hecho temas a dúo, hay artistas que han trabajado conmigo en shows o canciones, todo eso—, que los llames, te apoyen y vayan a tu concierto es algo grande. Has marcado pauta dentro del merengue y has hecho algo bueno por el género», afirma.

Foto Abraham Tovar

Con respecto a su faceta como productor que ha traído a artistas como Karol G o Alejandro Fernández, en la que además ha asumido la vocería ante las críticas o polémicas como el largo retraso del show de Romeo Santos en Caracas, en el que, advierte, no tuvo nada que ver, dice que para él este resurgimiento de conciertos en el país es como un hijo al que quiere defender.

«El renacimiento de los espectáculos en Venezuela es un hijo para mí. Por eso, como he entendido los problemas que se han suscitado, he tenido que hablar porque lógicamente tengo una credibilidad en el público tanto venezolano como extranjero en este tema. Y les digo la verdad. Por ejemplo, cuando hablé de lo de Romeo él no me desmintió», recuerda.

Para finales de este año, Omar Enrique tiene previsto lanzar una segunda parte del disco Con las canciones que crecí, a la que se sumarán artistas como Fernando Villalona, Jossie Esteban, Jerry Legrand, Ilegales, Magic Juan, Roberto Antonio, Diveana, Liz, entre otros. «Aparte del de los 30 años, voy a hacer varios conciertos. Pienso visitar todo el país, pienso visitar varios países, pienso hacer mis 30 años en República Dominicana. En Colombia lo quiero hacer para el último trimestre del año, quiero ir Panamá, quiero ir a varios países».

Además, trabaja en el proyecto de un documental sobre su vida en el que están involucrados varios productores, entre ellos Ricardo Hernández, que encabeza, y los hermanos Toledo.

—¿Qué recuerdas de tus inicios?

—En esa época existían las disqueras y era casi imposible para un artista independiente salir al mercado. No es el caso ahorita. Ahora casi todos los artistas son independientes. Las disqueras tenían recursos, se vendían discos, tenías el CD, tenías el casete y ellas tenían presupuesto para la promoción del artista. Yo hice mis primeras maquetas y vine muchas veces a Caracas. Recuerdo que me atendió un disquero, que en paz descanse, que se llamaba Ender Áñez. Él me dijo: «Hermano, eso no tiene vida. Olvídate del merengue. ¿Cómo vas a competir con un Wilfrido Vargas, con un Fernandito Villalona, con Jossie Esteban y la Patrulla 15?». Eso era lo repetitivo en todos lados. «Hazte un disco de pop», me dijo. Hice el disco de pop, el primero que saqué, en el 94, y no pasó nada, no se vendieron ni tres discos. Después de eso me fui a Colombia. Ron Pampero hacía para la costa colombiana un aguardiente que se llama Gran Colombia. Los carnavales los celebra toda la costa colombiana y ellos hicieron una promoción que se llamaba Palo Rumbero con el aguardiente. Hicieron un grupo que se llamaba Los Rumberos, que formé junto a un compañero. En ese repertorio que llevamos había mucha salsa, merengue, de todo. En esa gira alternamos mucho con Wilfrido (Vargas), Los hermanos Rosario, Los Toros Band, The New York Band, Eddy Herrera, Kinito Méndez. Yo decía esto es lo mío, no nací para cantar pop. Nací para cantar merengue. Porque cuando empiezo una canción la hago con una tambora, palo y güira. Cuando vine de ese viaje de Colombia llegué más motivado. La plata que me dieron en ese viaje la gasté en mi producción discográfica nueva, mi papá y mi mamá me ayudaron mucho en ese momento. A los 10 temas de ese disco les hice la letra, la música y los arreglos junto con un pianista amigo mío. En ese momento habían pegado los Ilegales y Proyecto Uno y me fui por esa línea, más house. Hice la producción discográfica, me devolví a Caracas y visité varias disqueras. Fui a Sonográfica. Ahí estaba, que en paz descanse, el señor Jesús Colmenares, persona a la que le debo quien soy hoy día en el aspecto artístico.

Me acuerdo que estaba en la iglesia de San Benito, en Maracaibo, y le dije a San Benito: «Bueno, San Benito, si esto es lo mío, que me llamen. Si no es lo mío, sigo estudiando —estaba cursando Derecho— y matando tigres y ya, me olvido de esto». Cuando llegué a mi casa, saliendo de la iglesia, mi hermanito estaba afuera en interiores esperándome. Me había llamado el señor Colmenares. Lo llamé de vuelta y me dijo: «Oímos el disco, está muy bueno, queremos firmarte, queremos que vengas a Caracas y nos traigas la data…». Ahí empezamos.

Foto Abraham Tovar

—Si te hubieran dicho que tendrías 30 años de carrera en la música, ¿lo habrías creído?

—Imposible. Esto es una carrera muy difícil. Tienes que tener mucha disciplina, estar siempre encima, tienes que actualizarte sobre lo que musicalmente está pasando. Ahorita con el merengue están empezando a pasar cosas. Vengo de hacer dos conciertos en Colombia llenos. Bogotá y Barranquilla. No cabía un alma. Eso está pasando en todas partes con el merengue. Es un renacer. Creo que soy un poco responsable de eso. Porque he buscado la unión de todos los merengueros y creo que lo he logrado. Mi última producción se llama Con las canciones que crecí y grabé con Rikarena, Kinito (Méndez), Bonny (Cepeda), Sergio (Vargas), Eddy Herrera, Aramis Camilo, con casi todos. Ahora voy a hacer la segunda versión, en la que graban todos los artistas que te menciono y se suman Fernando Villalona, Jossie Esteban, Jerry Legrand, Ilegales, Magic Juan, Roberto Antonio, Diveana, Liz.

—¿En el documental se contará la historia desde el principio hasta hoy?

—Más detallada que en esta entrevista (se ríe). Me da felicidad celebrar estos 30 años de carrera y que cada día que pasa más artistas se quieran involucrar y quieran participar. Eso para mí es bonito, que cada día más artistas me llamen.

—¿Qué se debe hacer para mantenerse vigente durante 30 años?

—Nunca he parado de hacer cosas. Hay que ser constante y siempre sacar algo nuevo. No he sacado disco nuevo pero voy a sacar uno, estoy grabando ahorita un tema con Juan Miguel y Christian Daniel, «Ahora que te vas» se titula. Grabamos el video en Bogotá hace como un mes. Es una balada de Christian Daniel que tiene más 270 millones de vistas en YouTube, un hit. Ahora la hicimos merengue y es espectacular. La vamos a lanzar el 3 de mayo. Ya tiene videoclip, tiene todo. Esa es la idea, ir innovando. A veces llamo a Juan Miguel para que me haga un arreglo, llamo a Moisés Sánchez, uno de los mejores arreglistas de República Dominicana, llamo a Edwin García, un arreglista de República Dominicana muy bueno. Es decir, siempre estoy buscando fusiones para el merengue y mantenerme en el tiempo.

—¿Qué puedes adelantar del concierto? ¿Habrá sorpresas?

—Lógicamente es mi concierto. Los artistas van a cantar sus éxitos más conocidos. Va a haber mucha participación de ellos conmigo. Vienen tres artistas sorpresa que no te puedo revelar. Uno nacional y dos internacionales, ya me confirmaron que vienen. Será un show muy bien organizado, creo que si en algo me he destacado es que hago las cosas bien. No me gusta hacer las cosas a medias ni a las patadas, si no, no las hago. Ese show empieza a las 6:00 pm y termina a las 6:00 am o 7:00 am. Nunca habrá un bache en la tarima.

—¿Qué opinas del resurgimiento de los espectáculos en Venezuela?

—Arranqué con el proyecto de hacer shows en Venezuela cuando traje por primera vez a Alejandro Fernández, junto con Aguacate. Fue el primer concierto internacional que se hizo después de la pandemia. Había mucha expectativa porque hacía tiempo que no había un show en Venezuela. A partir de ahí arrancamos con todos los hierros. Trajimos a Morat, después traje a Sech, después Natti Natasha, Cristian Castro, después Olga Tañón. No he parado. Me siento feliz porque la gente está feliz. El entretenimiento es algo que necesita el ser humano. No has visto a la gente brava o peleando. Puede haber uno que otro desadaptado al que no le gusta que la gente se divierta, pero realmente me gratifica ver que ha resurgido el mundo del espectáculo. No solo por Omar Enrique. Hay muchas otras empresas que están haciendo esto. Está la empresa Invershow, está AGTE Live, está PPP (Group), que son aliados míos también, está Carlos Pereira, Total Show. Hay una cantidad de empresas que están haciendo eventos que, luego de ver lo que pasó con lo que empecé a hacer, se metieron en el carril. Esa era la idea. Es lo mismo que digo del merengue. No puedo sostener el edificio solo, tiene que haber más merengueros. Estoy impulsando que al menos los merengueros que estamos trabajemos juntos. Y los merengueros que están saliendo cuentan con mi apoyo. Por ejemplo, Manny Cruz es como un Salserín de nuestra época en República Dominicana. No había entrado a Venezuela. Yo dije bueno me voy a reunir con Manny Cruz, vamos a hacer un tema para Venezuela que promocione él aquí y yo allá. Lo hicimos, llegó al puesto número uno e hicimos el videoclip. Lo mismo con la parte del espectáculo. La idea era que todas las empresas se animaran a hacer eventos y que esté pasando lo que pasa hoy día.

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—¿El Estadio Monumental es el lugar indicado para grandes conciertos, a pesar del caos que hubo con Luis Miguel, situación que luego mejoró con Karol G y Maluma?

—Es un sitio emblemático. Pienso que es uno de los estadios más bellos de Latinoamérica. No dicho por mí, sino por todas las empresas que han venido con los artistas. Se han quedado impactados con la belleza del Estadio Monumental. Me han dicho que en Estados Unidos hay pocos estadios así. Es un sitio que tiene buen ambiente, muchos sitios para la comida, muchos sitios de entretenimiento, tiene discoteca, restaurante, tiene de todo. Para grandes conciertos es idóneo. ¿Qué pasó con Karol G? Nosotros tomamos las previsiones que siempre tomamos. Yo tengo, por ponerte un ejemplo, cinco entradas: VIP 1, VIP 2, VIP 3, General Uno, General Dos. Es muy fácil: hago cinco accesos, y por ahí se va la gente que tiene esas entradas. Eso no es difícil. Lo que pasó con Luis Miguel, que lo hizo Invershow, una empresa seria de un gran amigo, es que era el primer evento que se hacía en el estadio.

—Fue el ensayo.

—Exacto. Fue el ensayo. A lo mejor se cometió el error de que todo el mundo entrara por un sitio pero sin dividir las áreas en la entrada. Yo las dividí en la entrada con Karol G. Eso hizo que todo fluyera. Me dediqué una semana completa a decirle a la gente que fuera temprano: señores, vayan temprano, a las 11:00 am el estadio está abierto. Me hicieron caso y no pasó nada. Nadie se queja de la organización del concierto de Karol G. Pasó un hecho aislado afuera. Los mismos que revenden entradas y que están vendiendo sus cositas afuera querían entrar. No ingresaban no porque no los dejaban entrar, es que no tenían boletos. Y bueno, se decidió darles acceso y ya, vieron su mitad de concierto tranquilos.

—¿El concierto de Luis Miguel fue una enseñanza para lo que vino después?

—Lógicamente. Siempre el primero es el que lleva el palo (se ríe). Como te digo, lo que pasó en el segundo día de Karol G fue algo aislado. Ahí hasta intervino el presidente: dijo «miren, dejen pasar esa gente» y los dejaron pasar. Los ubicamos en un área que no vendimos porque ahí no ves el concierto, lo ves muy mal, no ves la tarima, ves solo la parte de la lengua donde ella salió a cantar, porque la tarima no la ves. Pero bueno, ellos estaban felices ahí. No pasó nada. Todo sin novedad. Ahorita viene una serie de conciertos importantes. No te puedo nombrar eventos específicos porque quien tiene la primera palabra y quien anuncia su concierto es el artista. El primero que debe publicarlo es el artista, no el empresario. De aquí a diciembre diría que habrá unos 30 conciertos grandes en Caracas. Pero no puedo anunciar si el artista no lo ha hecho en su cuenta. Eso puede ser motivo de cancelación. Estaría arriesgando algo bueno que puede pasar en mi país por estar hablando. Ahorita en la mesa hay muchos conciertos. Está el concierto Colombia le canta a Caracas, en el CCCT, la gran gala del vallenato que anuncié ayer (21 de abril), está Peter Manjarrés y Jorge Celedón, está mi concierto de 30 años de carrera, está el Trap Festival, para el que vienen varios artistas, viene un concierto de salsa con Tito Nieves, tienes una diversidad de eventos impresionante. Ahora, en el caso de artistas como Karol G tienen que anunciar ellos.

—Has sido la cara visible sobre este tema. Te ha tocado la vocería en redes sociales. Casos puntuales: anuncio del concierto de Karol G, la discusión con Arcángel, lo que pasó con Romeo Santos. ¿Por qué asumió esa vocería?

—Es como cuando tienes un hijo y al hijo por todos lados le quieren hacer daño: sacas las garras. Soy responsable en un gran porcentaje de lo que está pasando con los shows en Venezuela y quiero que eso siga así. Quiero que sea gente seria la que haga los espectáculos. No quiero que les queden mal a los artistas. No quiero a un artista hablando mal de Venezuela porque no le pagaron o porque en el concierto lo trataron mal. El renacimiento de los espectáculos en Venezuela es un hijo para mí. Por eso, como he entendido los problemas que se han suscitado, he tenido que hablar porque tengo una credibilidad para el público tanto venezolano como extranjero en el tema de los conciertos. Y les digo la verdad. Por ejemplo, cuando hablé lo de Romeo él no me desmintió. Al contrario, no fue culpa de él. Lo de Árcangel, bueno, es porque de verdad a mí la gente payasa… ‘No me llamen de Venezuela, no voy a ir’. Él no tiene que decir eso. Ahí está loco por venir, desesperado. Uno tiene que ser comedido con lo que dice. Él no fue comedido, eso me sacó un poco la piedra. Con respecto a Karol, gracias a Dios lo de ella fue algo espectacular, hicimos la alianza con PPP y pienso que eso abrió las puertas a muchas cosas. Abrió las puertas en el sentido de que de repente (los artistas) estaban a la expectativa de ver qué pasaba con Karol para decir que sí, eso lógicamente le conviene mucho al país. Tener la masa de gente que tuviste ahí dos días permitió que la economía de la ciudad se moviera de manera increíble. Internacionalmente, a nivel de producción, quedamos muy bien parados. De hecho, creo que es uno de los pocos conciertos sobre el que no se ha hablado mal de la producción. Luis Miguel dijo lo mismo, que el mejor concierto y la mejor producción fueron en Venezuela. Las empresas de montaje del país se han preparado para hacer estos grandes conciertos. Aparte de eso, que en un concierto de esa magnitud nadie haya dicho «me robaron, me atracaron, me robaron el carro, me rompieron el vidrio», ni un solo incidente, es algo increíble. Estamos hablando de una masa de gente que si se pone brava es incontrolable. Todo estuvo perfecto. No hubo problemas al salir ni al entrar. Nadie se quejó. No hubo atracos o agresiones. No pasó nada. Solo el incidente del segundo día de concierto, que de una vez lo pusieron por las redes para afectar el espectáculo. El mismo presidente de la República fue el que llamó para que le abrieran las puertas a esa gente.

—¿Era preferible hacer eso?

—A dejar que eso fuera un caos. Eso no tenía sentido. Tampoco era mucha gente. Eran 1.000 o 1.500 personas. Ojo, no tenían entradas, entraron gratis.

—Durante muchos años hubo empresas con trayectoria, reconocidas internacionalmente, que organizaban grandes conciertos. Ahora han surgido otras y empresarios nuevos que han traído importantes artistas. Gente que, en su mayoría, supuestamente está vinculada con el gobierno. ¿Es así?

—No, no. Eso es totalmente falso. No tiene sentido. Hay muchísimas empresas de shows. Hay muchas empresas en las que de repente el empresario es afecto al gobierno. Otros no. A nadie se le prohíbe aquí hacer nada. Eso es algo completamente falso. Lo que pasa es que en las redes distorsionan todo y dicen muchas mentiras no sé por qué motivo. Pero el que se ponga a ver las redes cree que Jesucristo ya está en la Tierra. Es difícil. Porque hablan muchas loqueras y dicen cosas que no son. Aquí hay muchos empresarios que no están vinculados al Estado ni al gobierno, hay otros que sí lo están. Yo evidentemente sí lo estoy. No lo niego. Pero a mí el presidente de la República no me da un centavo para hacer nada. Eso lo paga la gente, el público, que es el que compra tickets. ¿O era mentira la cola para comprar entradas para Karol G? Tú lo sientes en la calle. Sientes en la calle cuando hay un show. No es algo fingido. No es algo que se está haciendo porque queremos hacer una burbuja como dicen en las redes. No es que estamos haciendo una burbuja. Es que hemos hecho los espectáculos y no ha pasado nada. De 2021 a 2024 solamente en Caracas se pudieron haber hecho unos 150 shows. ¿Qué ha pasado? Nada. ¿Lo que pasó con Romeo? De 150, uno. No es un porcentaje alarmante. Todos los artistas han venido. ¿Hubo ese incidente con Romeo que llegó tarde? Fue por temas con los empresarios. La gente que lo trajo le quedó mal. Venía de gira con ellos y le quedaron mal en otras presentaciones. Ya eso es un tema que se escapa de las manos de quien sea. Gracias a Dios estuve ahí y pude solucionar. Que yo no tenía vela en ese entierro, ojo. No tenía absolutamente nada que ver. Simplemente está mi amistad con Romeo y con su mánager, Amelfi Díaz.

—¿Venezuela está preparada para un festival como el Coachella?

—Estamos preparados para lo que sea. Hicimos un ensayo el año pasado cuando trajimos a Dimitri Vegas a La Carlota. Ese show lo hice yo. Eso prácticamente fue un Tomorrowland. ¿Qué pasa? Que el único DJ internacional era Dimitri Vegas, pero Dimitri Vegas es el DJ bandera del Tomorrowland y, aparte de eso, antes de él tocaron como 12 DJ entre nacionales e internacionales, porque vinieron cuatro colombianos. Sí, estamos preparados, cien por ciento.

—¿Y artistas como Dua Lipa, Taylor Swift o Coldplay?

—Venezuela está capacitada para hacer todo eso. Por ejemplo, Karol G está a ese nivel. A lo mejor la tarima de Karol G te va a impactar más que la de Dua Lipa. Puede ser un montaje más grande que el de Dua Lipa. Porque está entre las cinco artistas más taquilleras del mundo; no de Venezuela, del mundo. A lo mejor un montaje como el de Karol G, que prácticamente fue cinco veces más grande que el de Luis Miguel, ese tipo de artistas no lo tiene. A lo mejor, como a lo mejor sus tarimas son más grandes. Lo digo como productor que ha viajado a ver ese tipo de eventos en otros países. Por ejemplo, en Madrid fui a ver a Harry Styles. Y el montaje de Karol era más impresionante que el de Harry Styles, que metió 100.000 personas donde lo fui a ver. Aquí estamos cien por ciento capacitados para eso.

—¿Por qué ocurre que en Venezuela hay conciertos en los que se venden entradas más caras que en otros países? Por ejemplo, con Luis Miguel: entradas más caras que en México, Colombia…

—Te voy a hablar de mi experiencia particular, te lo puedo mandar al correo si quieres. Yo fui a ver a Luis Miguel en México, en la quinta fila, y pagué 3.500 dólares por la entrada. Aquí no costaba eso, aquí costaba 1.500 o 1.200, no sé, pero por Luis Miguel pagué en Ciudad de México 3.500 dólares. Nosotros tenemos algunas limitaciones que no tienen otros países. Por ejemplo, si traemos un artista de Estados Unidos no podemos traerlo directo porque no tenemos relaciones con Estados Unidos. Tienes que hacer una escala. Entonces, por ejemplo, si el artista está en Miami, Nueva York o donde sea que esté, la ruta tiene que ser Estados Unidos – Dominicana y luego Dominicana – Caracas, o Estados Unidos – Panamá y luego Panamá – Caracas. Eso te afecta los costos. No es igual a que contrates un pasaje ida y vuelta. A veces son rutas locas. Además, con algunos viene poca gente, pero con Karol G fueron 185 personas. Si te pones a ver la entrada de Karol G no fue costosa, porque costó lo mismo que en Bogotá, exactamente lo mismo. En Bogotá la más cara costó más de 600 dólares, aquí costaron 500.

Aclaratoria: según medios como Heraldo USA, el año pasado en México hubo entradas en reventa para Luis Miguel por 3.500 dólares, incluso más. Sin embargo, el costo oficial del boleto VIP para ver al cantante en octubre de 2024 en Ciudad de México es de 12.330 pesos mexicanos, es decir, más de 724 dólares. En Venezuela, donde el artista se presentó el 12 de febrero, la Suite Diamante Fans costó 1.000 dólares.

—Hay un tema de logística.

—Un tema de logística y organización. Te puedo decir que muchos de los artistas que vienen a mis 30 años de carrera no me están cobrando porque he ido a sus aniversarios. Pero la logística de eso es impresionante. Estoy hablando de que más de 250 personas para mi concierto estarán tres días aquí en Caracas, tengo que pagar hotel, transporte, comida, tengo que tratarlos bien. Hay otros que me están cobrando, pero hay unos que no. Es una logística complicada.

—Hay gente que ha denunciado que se han regalado entradas, que los conciertos no han sido sold out. He tenido amigos, sobre todo en medios, que dicen que se han regalado entradas para ser repartidas. ¿Eso está pasando realmente? 

—Yo no lo hago. No te puedo hablar por los demás, puedo hablar por mí. En mis shows no lo has visto. Si los demás lo hacen, bueno, lo harán para no quedar mal con el artista porque no se vendieron suficientes entradas. Pero a mí no me ha tocado hacerlo todavía. Lo que he hecho, gracias a Dios y la Virgen, es comprometerme siempre con los periodistas, pero les doy dos entradas a cada uno. Siempre he tratado de tener una atención buena con la prensa y nadie se ha quejado de mí. Pero no les doy 10 entradas a cada uno, doy dos. Lo que pueda. Imagínate. A mi rueda de prensa fueron 120 medios, si les doy dos entradas a cada uno son 240 entradas. Es complicado. Ahora, ¿cómo trabajan las otras empresas ese tema? Eso no lo sé.

—Redes sociales y páginas de noticias vinculan el regreso de conciertos al país con el lavado de dinero. ¿Qué opinas? 

—Esa es la estupidez más grande del mundo. Es algo tan delicado. Porque el artista internacional, el artista en sí, es gente muy chequeada para que no pase eso. Cuando le vas a pagar un dinero a un artista ellos te piden justificación sobre de dónde salieron los fondos, por qué salen los fondos de ahí. Esa es la ridiculez y estupidez más grande que han creado algunos periodistas que están en el exterior. Eso no tiene sentido. Te voy a hablar de dos periodistas, no diré nombres. Pero hay dos artistas que le están metiendo una demanda a una periodista en Miami por daños y perjuicios para que demuestre que lo que está diciendo es así. Puedo decir que soy el más bello del mundo o lo que sea, pero tengo que demostrarlo. Lo que he hecho con los eventos en Venezuela lo he demostrado. No he hablado paja. Incluso, por ejemplo, nosotros trabajamos con Ticketmundo, ahorita saqué mi tickera que se llama Ticketshow.ve.com, pero generalmente a esos artistas uno les manda las transferencias de la misma tickera. Hay artistas que confían en mí porque saben que viajo, que no les voy a caer mal, saben que no los voy a robar ni los voy a estafar. Te puedo poner un ejemplo, Olga Tañón. Tengo una bonita amistad con su esposo, Billy, y con ella, e hicimos el concierto en sociedad. Yo no le di ni un centavo a Olga. Fuimos en una sociedad y en esa sociedad quien dirigía el tema de la taquilla eran ellos mismos. Yo tenía mis claves para saber lo que se estaba vendiendo en tiempo real y ellos igual. La misma tickera le transfiere al artista. Ejemplos así hay miles. Pero eso es una mentira absurda. Es una mentira que te puede meter en problemas. Porque tienes que demostrar lo que estás diciendo.


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