Mortal Kombat regresa al cine con una película que reinicia desde cero la trama cinematográfica basada en la saga homónima de videojuegos. Pretende repetir el éxito cosechado por su primera cinta en 1995, cuando el título revolucionó la industria de las consolas.
Su grado de crudeza y violencia impulsó la creación de las clasificaciones por edad en el mundo del videojuego. Pero al mismo tiempo sirvió como seña de identidad para una franquicia que desde el lanzamiento de su primer videojuego ha mantenido una legión de fans durante tres décadas.
«Siempre hay que buscar un equilibrio que guste a los dos tipos de audiencia. Se trata de atraer al público general sin decepcionar a los seguidores más acérrimos», explicó a Efe el director de la nueva película, Simon McQuoid.
Con un estreno alterado por la pandemia de covid-19, Mortal Kombat llega este viernes a los cines de Estados Unidos, donde también se podrá ver a través de la plataforma HBO Max, mientras que en España y México figura en la cartelera desde hace varios días.
McQuoid, debutante en la dirección, ha sido el encargado de armar el regreso a la gran pantalla de una de las sagas más longevas de la historia de los videojuegos.
Por su repercusión a mediados de los 1990, la marca prometía convertirse en una franquicia al nivel de Star Wars.
Su primera cinta recaudó más de 120 millones de dólares e impulsó los planes de una trilogía, pero su segunda entrega, Mortal Kombat: Annihilation (1997), fue un fracaso de público y taquilla que paralizó la producción de la tercera película.
«No presté demasiada atención a las películas antiguas, el título ha cambiado mucho desde entonces y era un error tratar de recrearlas», afirmó el cineasta.
La nueva Mortal Kombat sigue los pasos de un luchador de artes marciales, Cole Young, que dedica sus días a librar combates por dinero hasta que recibe la visita de un guerrero sobrenatural, Sub-Zero, que quiere terminar con su vida.
El protagonista, encarnado por Lewis Tan, comenzará entonces a preguntarse por sus orígenes.
Scorpion, Raiden, Kano, Sonya, Liu Kang son otros de los personajes de los videojuegos que aparecerán en esta adaptación a la gran pantalla, que, según McQuoid, ha evitado replicar la estética de las consolas.
«Nos centramos en los personajes, que han existido a lo largo de muchos años y son una parte muy importante de la saga», explicó.
Con un presupuesto cercano a los 100 millones, la producción desvela todo un arsenal de efectos especiales con las dosis de sangre y combates habituales de una marca pionera en difuminar la frontera entre el videojuego y el cine.
Antes de su debut en el cine llegó Super Mario Bros (1993) con una desastrosa adaptación que fue un fracaso a todos los niveles, pero Mortal Kombat demostró que un juego de consolas podía dar pie a una buena historia.
En los últimos años franquicias como Assassin’s Creed (2016), de Michael Fassbender, o Prince of Persia, de Jake Gyllenhaal, han impulsado un interés renovado que Mortal Kombat tratará de aprovechar.
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