Adiós a los cines, pero solo por un tiempo. La Academia de Hollywood se sumó hace un año al sentir de millones de cinéfilos y suprimió de manera excepcional la exigencia sagrada de su reglamento, el estreno obligatorio en salas, para celebrar unos Óscar en circunstancias completamente diferentes.
Muchas de las películas que competirán la próxima semana no han pisado los cines o lo han hecho de forma anecdótica. Pero la ausencia de grandes estrenos también ha supuesto que dos producciones independientes, Nomadland y Minari, aparezcan como grandes favoritas y que por primera vez dos directoras compitan por la preciada estatuilla.
«Sin eventos, esta podría ser la temporada de premios más pura. También la más extraña», anticipó Dave Karger, un veterano presentador del canal cinéfilo TCM, al diario The Washington Post.
Los primeros Óscar con la maquinaria de Hollywood a medio gas
El cierre de los cines alteró el calendario con dos respuestas muy diferentes: Los grandes estudios decidieron guardar sus superproducciones para un mejor momento, mientras que las cintas pequeñas y sin grandes expectativas comerciales encontraron en la televisión la manera de llegar al público durante el confinamiento.
Así, estrenos como No Time to Die (la nueva entrega de James Bond), Ghostbusters: Afterlife, Top Gun: Maverick, Jungle Cruise y el musical In The Heights quedaron pospuestos hasta 2021.
A la lista de aplazamientos se sumaron títulos que, por género o por prestigio, eran aún más proclives a recibir el aplauso de los Óscar, entre los que figuran la nueva Dune, de Denis Villeneuve, o The French Dispatch, de Wes Anderson, así como la versión actualizada de West Side Story que prepara Steven Spielberg.
El vacío que dejaron todas estas películas contrastó con una audiencia que, confinada en sus casas, tuvo en el cine y en la televisión una de sus pocas formas de entretenimiento.
Eso explica cómo Minari, una cinta que narra a fuego lento la llegada de una familia coreana a Estados Unidos, haya conseguido poco a poco llamar la atención hasta situarse como uno de los grandes títulos en la temporada de premios.
El caso de Nomadland, la gran favorita del 2021, no está lejos. Pocas veces una película independiente, de ritmo pausado y con un trasfondo político sobre el abandono de los mayores en el sistema económico estadounidense logra tantos titulares.
Su directora, Chloé Zhao, ha conseguido de golpe cuatro nominaciones a mejor película, dirección, guion y montaje. La primera mujer en lograrlo.
Algo parecido pasa con otras contendientes: Sound of Metal es un viaje, casi experimental, por la angustia de un baterista que pierde la capacidad de oír; The Father, coproducción franco-británica, muestra el deterioro cognitivo de un anciano y Promising Young Woman es un thriller con tintes de comedia negra sobre el machismo estructural.
Es posible que algunos de estos títulos se hubieran colado en las nominaciones durante un año normal, pero otros podrían haber quedado eclipsados por los focos de las alfombras rojas, las franquicias y los grandes nombres de la industria.
«Con campañas silenciosas, sin eventos y pocos intercambios de impresiones, se ha esfumado la posibilidad de construir consenso y los votantes se quedan con lo que realmente piensan» tuiteó Matthew Belloni, exeditor de The Hollywood Reporter, después del anuncio de los Globos de Oro.
Y ese cambio deja como curiosidad que Netflix sea la responsable de las dos candidatas más obvias: The Trial of Chicago 7 y Mank cuando otros años firmaba las nominaciones menos comerciales, como Roma o Marriage Story.
Más cine independiente y diversidad en las nominaciones
La ausencia de nombres conocidos también ha propiciado un hito que estaba por llegar en Hollywood: por primera vez en los 93 años de los Óscar, dos directoras competirán por el premio a la mejor dirección, Chloé Zhao y Emerald Fennell.
A lo largo de casi un siglo de ediciones, tan solo cinco mujeres habían recibido la nominación en esta categoría, siendo Kathryn Bigelow la única ganadora por The Hurt Locker en 2010.
Y parece que entre los ganadores triunfará la diversidad.
El año pasado los triunfadores de los premios del Sindicato de Actores de Hollywood (SAG Awards) -Renee Zellweger, Brad Pitt, Joaquin Phoenix y Laura Dern- repitieron en los Óscar. Todos ellos pesos pesados de Hollywood.
En la edición de 2021, Viola Davis, Chadwick Boseman (Ma Rainey’s Black Bottom), Daniel Kaluuya (Judas and the Black Messiah) y Yuh-Jung Youn (Minari) fueron los vencedores. Por primera vez los galardones cayeron en manos de intérpretes afroamericanos y asiáticos.
La necesidad de la Academia por mostrar su compromiso con diversidad y una temporada de estrenos alterada podría propiciar que se repita ese palmarés, aunque las quinielas no están tan claras en este apartado. Frances McDormand (Nomadland) y Anthony Hopkins (The Father) también serían merecedores del premio.
El resultado final de todo este terremoto se conocerá el domingo, tres meses más tarde de lo habitual y con una gala que, para seguir con los cambios, se mudará desde el mítico Dolby Theatre de Hollywood hasta Union Station, la estación central de Los Ángeles y sede de los Óscar de la pandemia.
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