“Dos por persona”, “dos por persona”, grita el promotor de la obra con el mismo nombre, mientras reparte un ticket de farmacia que tiene escrito Sala 19. “Un ticket para comprar harina pan. Y si me das 30.000 te vendo un billete de 20.000 bellísimo, recién salidito del banco”, continúa.
Es parte de la jocosidad con la que intentan captar la atención de los espectadores que llegan al lobby del Urban Cuplé, donde tiene lugar una nueva edición de Microteatro, que terminará el 22 de abril.
Detrás de la taquilla hay una cartelera en la que se anuncian 30 obras, de 15 minutos de duración, sobre diversos temas: terror, drama, sexo, comedia, romanticismo, musical, entre otros. La organización recomienda 3 segmentos de horarios para ver 6 piezas, a 80.000 bolívares cada función. Sin embargo, los martes y miércoles hay una promoción de 3×1; los jueves y viernes, 2×1; los sábados el precio de las entradas es de 60.000 bolívares y los domingos vuelven a ofertar 2×1. “Al final, cada una cuesta menos de 30.000 bolívares”, señala el director Mario Sudano. “Por supuesto que económicamente ha sido difícil. Cada vez que suben las entradas temblamos. Recuperar la inversión depende de cuán taquillera sea cada producción”, afirma con respecto al tema inflacionario.
Para todos los gustos. Es miércoles, 6:15 pm y comienza la travesía teatral. Los espectadores hacen fila en cada una de las entradas de la obra que han escogido para iniciar el recorrido.
En la sala 6 todo está decorado en azul para que comience la función de Embrión de pato. Dirige Dairo Piñeres y protagoniza Mario Sudano. Abundan las carcajadas.
En la sala 5, Andrés Moros interpreta un monólogo en el que cuenta, vestido de Mujer Maravilla, su fascinación por la heroína de la Isla Paraíso. Dirige Desirée Monasterios, quien también cautiva como actriz en una dura historia, Las ratas, que habla de la violencia sexual, el rencor y el perdón. Emmibel López, asidua visitante del Microteatro, asegura que ha visto dos veces la pieza.
Luego de15 minutos, las puertas de las salas se abren nuevamente. Los visitantes van por una bebida o un snack que venden en el cafetín. Los precios de los cocteles varían entre 250.000 y 400.000 bolívares, mientras que las cervezas cuestan 160.000 bolívares. “Los días laborales la venta es floja, pero los fines de semana mejora. La cerveza es lo que más compra el público”, indicó un vendedor.
Así transcurre la noche en un ambiente de fiesta entre tragos, charlas y obras que se pueden disfrutar hasta las 9:45 pm. “Este año se ha registrado una asistencia de 30.000 personas las primeras 2 semanas. Pero enero de 2017 fue la edición más taquillera, vinieron 120.000 personas”, cuenta Dairo Piñeres, uno de los organizadores del evento. “Tal vez, lleguemos a 70.000 clientes en esta oportunidad. Hoy en día el Microteatro es prácticamente la única opción viable para salir en Caracas”.
Francia Vielma es una de las espectadoras asiduas: “Yo he venido tres veces en esta edición. Esta noche he visto cuatro obras y mi favorita ha sido Sex and life”, dice mientras espera en la cola para ver La raya. “La gente sale ‘exorcizada’ y contenta de la sala”, afirma Marianery Amin, directora de la obra en el que una vendedora, a quien da vida Adriana Carrera, ofrece un producto mágico que resolverá rápidamente cualquier problema que surja en la cama para lograr “un polvo rico y sabroso, ¡aleluya!”.
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