Tal vez porque conoce la fama desde muy pequeña y ha tenido la posibilidad de observar el lado más oscuro de la exposición desmedida, a Jodie Foster no le gusta hablar de su vida privada. En sus más de 50 años de carrera en Hollywood, son contadas con los dedos de la mano las veces que la actriz hizo referencia a sus amores y compartió con el mundo sus sentimientos.
«Me dijeron que, aparentemente, se espera que todas las celebridades difundan los detalles de su vida privada con una conferencia de prensa, el lanzamiento de un perfume y un reality show en horario central. ¿Saben? A lo mejor se sorprenden, pero yo no soy una de esas. No, perdón, eso no es lo que soy, nunca lo fui y nunca lo seré. Por favor, no lloren, porque mi reality show sería muy aburrido; debería besarme con Marion Cotillard o darle nalgadas a Daniel Craig para que me mantengan en el aire», dijo en tono de broma durante el discurso que dio en los Globo de Oro en 2013, sentando posición sobre su necesidad de mantener separado lo privado de lo público.
Rumores, rumores
Durante muchos años, los rumores sobre la vida amorosa de Jodie fueron constantes en las revistas. Corrían los 80, ella tenía 20 años de edad y era una de las niñas mimadas de Hollywood a la que muchos querían conquistar. Fue en ese entonces cuando comenzaron a salir noticias sobre las relaciones que la actriz mantenía, noticias que generalmente involucraban a otras estrellas.
Entre los amores no confirmados de Foster se encuentran nombres como Jamie Lee Curtis, Gillian Anderson, Rob Lowe, la actriz alemana Nastassja Kinski, Kelly McGillis, la modelo Jennifer Beals, la baterista Gina Schock, la directora de teatro Tina Landau y el actor inglés Julian Sands.
Sin embargo, y a pesar de las muchas especulaciones, ella siempre se mantuvo en silencio y nunca mencionó los romances citados ni los comentarios sobre su sexualidad. «Salí del armario hace miles de años, allá por la edad de piedra, en aquellos pintorescos años cuando una frágil y joven niña se abría ante amigos de confianza, familia y compañeros de trabajo, para después hacerlo orgullosamente, ante cualquiera que la conociera, ante cualquiera que se cruzara en su camino», aclaró durante el discurso en los Globo de Oro, haciendo referencia por primera vez a su vida privada.
Su primer gran amor
Foster conoció en 1993 a quien sería el primer gran amor de su vida, la productora Cydney Bernard, con quien estuvo en pareja durante 15 años. Juntas construyeron una familia y tuvieron dos hijos, Charles y Kit, a quienes criaron fuera de las luces de Hollywood.
Fiel a su estilo, Jodie siempre mantuvo en privado los detalles de su relación, incluso durante muchos años nadie sabía realmente si Bernard era la madre de los niños. En su recordado discurso en los Globo de Oro, cuando recibió un reconocimiento por su trayectoria, la actriz despejó todas las dudas que había al respecto, y aunque ya estaba separada de quien fue su amor durante tantos años, le dedicó el premio y unas dulces palabras.
«No hay forma de que no mencione a uno de los más profundos amores de mi vida, mi heroína en la parentalidad, mi excompañera en el amor, mi alma gemela en la vida, mi confesora, mi compañera de sky, mi asesora, mi más amada amiga durante veinte años, Cydney Bernard. Gracias Cyd. Estoy muy orgullosa de nuestra familia moderna y nuestros maravillosos hijos, que son mi razón para respirar y seguir, mi sangre y mi alma», dijo emocionada ante un auditorio repleto.
Jodie y Cydney se conocieron en 1992 durante el rodaje de Sommersby: el regreso de un extraño, y un año más tarde comenzaron a salir oficialmente. Si bien nunca acudieron a ningún evento juntas, se las podía ver paseando por las calles de Los Ángeles o Nueva York con los niños.
Charles y Kit fueron concebidos in vitro, y las especulaciones sobre quien es el padre biológico siempre fueron un tema vigente. Desde Mel Gibson hasta el productor Randy Stone, a lo largo de los años varios nombres salieron a la luz cuando se hablaba de posibles donantes de esperma. «Randy me dijo que Jodie le contaría a los niños quién es su padre cuando cumplieran 21», le dijo la madre del productor, ya fallecido, al diario The Daily Mail hace unos años. «Él me decía que nunca me iba a contar porque Jodie era su mejor amiga, que no podía discutirlo conmigo pero que había tenido que firmar documentos. Es un secreto que él se llevó a la tumba», agregó la mujer, quien aseguró que su hijo siempre se comportó como una figura paterna, ayudando a las mujeres con lo que necesitaran.
En mayo de 2008 los rumores de conflictos entre Foster y Bernard comenzaron a sonar con fuerza, y poco tiempo después llegó la confirmación del fin de la relación. Según los medios de comunicación estadounidenses, hubo una tercera en discordia que terminó con este amor de tantos años, la guionista Cinthia Mort, quien habría sido otra de las parejas pasajeras de la actriz. A pesar de la separación, Jodie y Cydney siguen manteniendo hasta el día de hoy una excelente relación, y comparten las tareas de maternidad de sus dos hijos.
Una gran apuesta de amor
Al igual que en sus relaciones anteriores, Jodie mantuvo fuera de la vida pública a su actual esposa, Alexandra Hedison. Poco se sabía de la historia entre ellas, por eso sorprendió por completo cuando en abril del 2014 su representante anunció al mundo entero que la pareja se había casado.
Hedison es una actriz que trabajó en varias producciones para la pantalla chica, aunque terminó renunciando a esta carrera para dedicarse de lleno a la fotografía. Antes de su romance con Foster estuvo en pareja durante un tiempo con Ellen DeGeneres, con quien salió durante cuatro años.
El amor entre ellas nació en 2013, y transcurrió tan solo un año antes de que decidieran pasar por el altar. A pesar de que se han mostrado juntas en alguna alfombra roja, la pareja decidió no exponer su vida privada y poco se sabe del día a día en el hogar.
«Mi persona pública no es muy diferente a la persona que soy en privado, pero es solamente una parte de mí que solo ven aquellos que no me conocen», dijo Foster hace unos años, durante una entrevista con The Globe and Mail cuando le consultaron por qué no habla de su intimidad. «Se trata de compartimentar, de decir, ‘mi trabajo está aquí, mi vida aquí, y las dos partes no se juntan’. Lo que se ve en la pantalla es solamente el trabajo que yo tengo».