ENTRETENIMIENTO

El drama de las telenovelas en América Latina

por Avatar AFP

Sin besos, abrazos o cercanía entre los actores por el temor al coronavirus. Las telenovelas quedaron en pausa en América Latina, gran productora de melodramas, obligando a la industria a redefinir su futuro en la nueva era del distanciamiento social.

Con actores, guionistas, directores, vestuaristas y tramoyas en sus casas, las principales televisoras de la región detuvieron las grabaciones de sus telenovelas, algunas por emitirse y otras ya en el aire. Con poco material ya grabado, retiraron producciones de pantalla, retrasaron proyectos en curso y volvieron a programar antiguos culebrones para acompañar a millones de personas obligadas al confinamiento.

«Nuestra principal preocupación era la protección y seguridad de nuestros empleados. Después de todo, no hay novela sin un beso, un abrazo, peleas o fiestas», explica a la AFP el departamento de comunicaciones de la cadena brasileña TV O’Globo. Estos, al momento de detener las grabaciones, tenía cuatro nuevas novelas en el aire y tres más en producción que debutarían pronto.

«Los suspendimos a todos. Cerramos una de las novelas según lo planeado, anticipamos el final de otra que estaba en el tramo final. Interrumpimos la exhibición de dos historias que volverán al aire tan pronto como termine la fase de aislamiento», agrega este gigante de la televisión regional, que opera ahora solo con el 15% de los empleados de sus estudios.

En Colombia tampoco hay producciones en curso ni rodajes. «Los dos canales privados RCN y Caracol, que llevan la batuta de esta industria en la televisión abierta, pararon 38 producciones, entre realities, dramatizados y telenovelas», dice Tulio Ángel Arbeláez, presidente de la Asociación Nacional de Medios de Comunicación (Asomedios) de Colombia.

El panorama es el mismo en los estudios de grabación de Chile, Argentina e incluso de Venezuela, antigua potencia en la producción de telenovelas en la región y donde se detuvo la única serie que se rodaba: «Intriga tras cámara». Esta peretenece a la independiente Quimera Producciones, que si bien no estaba al aire sería vendida a televisoras internacionales una vez terminada.

«Estábamos en plena grabación», relata a la AFP Alexandra Braun, protagonista de esta novela, que teme que el impacto de la paralización profundice el proceso de emigración de actores, escritores y productores de telenovelas, que ha sido masivo en Venezuela.

La industria camino a transformarse

En reemplazo de las telenovelas, los canales aumentaron la franja informativa y programaron series antiguas para alimentar niveles históricos de audiencias en medio del confinamiento.

Pero en la cuna de gran parte de los melodramas más populares, donde generaciones crecieron viendo éxitos como la venezolana «Abigail», la mexicana «Rosa Salvaje», la colombiana «Betty, la fea» o la brasileña «El Clon», ¿cómo se visualiza el futuro de la industria?

«La circunstancia en que vivimos da una oportunidad para la televisión, ya que las personas están en sus casas y se informan y entretienen a través de ella. Están ávidas de información y buscan entretenerse en espacios de convivencia», dice María Eugenia Rencoret, directora del área dramática de Mega, el canal líder en Chile.

La pandemia hizo crecer a niveles inéditos plataformas de streaming como Netflix, que ganó las primeras semanas 16 millones de usuarios. Sin embargo, las medidas de distancia social deberían mantenerse por un largo tiempo, poniendo un obstáculo difícil de sortear para el retorno de las grabaciones.

«Contar historias es una tradición cultural de la humanidad; por lo tanto, la ficción va a seguir existiendo. El género de la telenovela puede sufrir variaciones en la forma de relatar las historias. Pero siempre va a reflejar su esencia: el romanticismo, la identidad, las relaciones humanas, la convivencia, la cultura, las tradiciones, la conexión emocional y motivar conversaciones», agrega Rencoret.

El futuro dependerá entonces de la creatividad de guionistas, productores y actores.

Mega acaba de estrenar con éxito «Historias de cuarentena«, una serie inédita que se realiza por video llamadas. En ella, el psicólogo Pablo Ortega realiza sesiones virtuales con pacientes afectados por la pandemia, como una pareja en crisis que narra su agobio por el encierro o una enfermera que relata la angustia y presión del personal de salud que hace frente al coronavirus.

Pero «volver a salir al aire con algo original no creo que pase antes de diciembre si es que esto no dura mucho más. En un rodaje de una telenovela donde todo el mundo está encima de todo el mundo (…) cuando realmente podamos empezar a grabar es porque todo pasó, porque hay una vacuna», dice en un tono más pesimista Guillermo Restrepo, asesor de presidencia de la colombiana RCN.

«Estamos seguros de que la industria de la telenovela no terminará. Las novelas son parte de la cultura brasileña, de una gran pasión de los brasileños y el principal producto de entretenimiento en el país», asegura TV O’Globo, que aumentó en un 15% su audiencia durante estas semanas.