ENTRETENIMIENTO

Cunaguaro piensa en grande

por Avatar Ariany Brizuela

Desde niño Christhyane Torres, vocalista de Cunaguaro, soñaba con participar en el Festival Nuevas Bandas. Un sueño infantil que no solo pudo cumplir, sino que –para su sorpresa– ganó. El fin de semana pasado, la agrupación de San Cristóbal se convirtió en la ganadora, junto a Fakboi, de la edición 2023 de la cita anual organizada por Félix Allueva. El grupo no esperaba ganar. Para ellos, el hecho de haber llegado a la final era suficiente. «Estar allá era el regalo más bonito que me había dado la vida hasta ese momento porque era cumplir un sueño infantil», dice el cantante. «Ganar fue una sorpresa absoluta», añade contento.

Aunque la banda que integran Christhyane Torres, de 26 años de edad; Alexander Guilarte, de 26; Cristofer Moreno, de 25; Sebastián Saavedra, de 23; y Kenneth Duque, de 23, se preparó mucho para el festival, no tenía muchas expectativas de ganar. «No sé si es un truco psicológico bajarte las expectativas a propósito para que si algo bueno pasa, te sorprenda», dice el cantante. Pero había algo que sí tenían claro: que Caracas se llevara la mejor impresión de Cunaguaro. Y lo lograron.

El show de Cunaguaro fue uno de los más enérgicos y aplaudidos del festival. La agrupación tachirense se robó la atención del público desde que subió al escenario con su sonido poderoso y su puesta en escena, que sorprendió a muchos entre público por la seguridad y confianza que derrochan en tarima. Para muchos, luego de verlos, era seguro que ganarían. No se equivocaron.

Foto Manuela Medina / @manuelaarte

La banda sabía que había mucha competencia. De hecho, en esta edición la calidad musical y artística de las propuestas fue mayor que la del año pasado. Por eso, el objetivo de la agrupación era claro: ofrecer el mejor show de Cunaguaro hasta el momento. «Queríamos mostrar todo lo bueno que hemos construido en estos cinco años y que pasara lo que tenía que pasar», cuenta el cantante, que ya se daba por satisfecho si, luego del show, alguien se les acercaba para decirles que le había gustado su música. «Eso era suficiente para mí y sé que para los muchachos también». Así fue. Tras su presentación, muchos se acercaron para pedirles una foto o para decirles que les gustó su propuesta.

El grupo llegó a Caracas dos días antes del Nuevas Bandas. Viajaron más de doce horas por carretera para llegar a tiempo. Por la distancia, querían asegurarse de estar con suficiente antelación para ajustar los detalles finales de su show. «Nos sentamos alrededor de la mesa y nos dijimos: ‘Uhm, ¿cómo hacemos para conquistar Caracas?’. Nos dedicamos a planificar qué piezas tocaríamos, quizá no  son detalles tan interesantes para contar, pero para nosotros era importante ver las cartas que teníamos y cómo podíamos mover nuestras fichas de modo tal que quedaramos en la posición más favorable posible», cuenta Torres.

Para Cunaguaro, la asesoría de Orlando Peña, quien se convirtió en una especie de manager en Caracas, fue clave. «Nos explicó muchas cosas, nos mostró sitios, nos contó historias, nos presentó gente importante. Él era una de las personas con las que teníamos hablando mucho tiempo por Instagram y que queríamos conocer en persona. Entonces, con él hicimos un trabajo enorme de planificación, cuidado de detalles, networking y, honestamente, nos jugó mucho a favor», dice Christhyane.

Festival Nuevas Bandas

Foto Jesús Navas

La banda vivió la final con mucha emoción pero también con muchos nervios. «Por ejemplo, Cristofer estaba a punto de llorar, durante todo el día estuvo con las lágrimas a flor de piel. Otros de los muchachos estaban más callados y otros un poco irritables porque también hay mucho estrés. Lo que no suele ver la gente es que la presentación son solo 20 minutos, pero son 48 horas de trabajo, de aquí para allá. Habla aquí, ven para acá… Hay un montón de cosas tras bambalinas que también enriquecen la presentación, que solo es un 20% del trabajo que hicimos. Pero fue una experiencia increíble que adoré. Ha sido la mejor función de Cunaguaro hasta la fecha», asegura el cantante.

A la banda le gusta mantenerse en contacto con sus seguidores. Tienen un grupo de WhatsApp con sus fans en el que comparten ideas, música y noticias de la banda. Luego de su show en Caracas –cuenta el cantante– se unieron muchas personas de la capital. Algo que agradecen y los alegra mucho. «Los mensajes que nos han llegado son bellísimos. Recibimos una nota de voz como de 2 minutos de un muchacho diciéndonos que tiene su propia banda, que está comenzando en su propio proyecto y se sintió inspirado por nosotros porque está en esa etapa en la que estábamos en 2018 de intentar conseguir gente con quien tocar. Creo que es lo más bonito que nos ha dejado hablar con la gente de Caracas. Hemos recibido mucho amor y eso no tiene precio», asegura.

Para Christhyane su banda favorita del Festival Nuevas Bandas era Formas, de Barquisimeto, y que se presentó después de Cunaguaro. «Me fascina su música. Tuvimos el chance de toparnos con parte de ellos muy brevemente en el camerino y son una dulzura de personas. No pudimos tener una conversación extensa, pero hablamos un poquito, nos saludamos, nos felicitamos y nos deseamos lo mejor». Sobre la propuesta que más le sorprendió, el cantante asegura que fue Fakboi, también ganadores del festival. «Fueron un martillo, entiendo perfectamente por qué ganaron también. Creo que todas las bandas tenían una expectativa que se relacionó muy bien con lo que hicieron en tarima. Mi favorita sigue siendo Formas, pero Fakboi fue como un ‘Wow esto va en serio’. Fue un muy buen shock».

Foto Manuela Medina / @manuelaarte

Cunaguaro es una agrupación nueva. Sus integrantes se conocen desde que eran adolescentes. Al vivir en una ciudad pequeña, frecuentaban los mismos espacios y conocían personas en común. «Uno siempre conoce a todos los que tienen banda y a los músicos. Estábamos en la misma escena, éramos chamitos pendientes de ir a toques y así sea de vista uno se conoce», explica Torres sobre la banda, que se formó oficialmente en 2018. Al comienzo la alineación era diferente. Solo Alexander y Christhyane junto a otros músicos que, luego, dejaron el grupo. Al poco tiempo se sumaron Cristofer, Sebastián y Kenneth. «Empezamos a hacer maquetas y demos y ese proyecto fue cambiando de forma y terminó siendo lo que es ahora», dice el cantante.

Todos los integrantes de Cunaguaro tienen formación músical académica. «Yo estuve en la Orquesta Simón Bolívar y Alex también. Cristofer estudia música en la universidad. Nuestro baterista estuvo en clases académicas de batería. Creo que absolutamente todos tenemos un mínimo de formación académica musical, pero que cuando entras al mundo de las bandas y tal queda un poco de lado, pero creo que las raíces siguen ahí bien plantadas», dice Torres. Además de la banda, los integrantes del grupo realizan otras actividades, algunas relacionadas con la música, otras no. Sebastián es profesor de batería, Cristofer estudia música en la universidad y es productor, Christhyane trabaja como IA Trainer, Álex es Product Designer y Kenneth trabaja en una aseguradora.

Sobre las referencias musicales de la agrupación, Christhyane dice que al principio estaban más inclinadas al metal, pero con el tiempo pasaron a un estilo de rock más melódico. «Cunaguaro tiene como dos estilos principales en cuanto influencias, una es el metal porque de más chamitos escuchamos muchísimo metal, bastante pesado y de toda clase, pero a medida que uno va creciendo se va aburriendo de la estridencia del metal, al menos en mi caso, y comienzas a buscar sonidos nuevos y cosas diferentes, ahí es cuando entra el rock un poco más melódico», dice el vocalista del grupo, que asegura que todos escuchan bandas como Muse, Queens of the Stone Age, Baroness, Reignwolf, entre otras.

Cunaguaro

Foto Jesús Navas

Antes del Nuevas Bandas, Cunaguaro ya había hecho un par de shows grandes. El primero fue en el Gocho Power Fest, en diciembre, y el segundo fue en el Circuito Andes del festival. «No era que estábamos ajenos a tocar en tarimas de esa envergadura, pero el festival es otra cosa», reconoce el vocalista de la agrupación.

Sobre la evolución del festival con la inclusión de bandas con sonidos más tropicales, incluso, pop, Torres considera que es el proceso natural de la música y lo celebra. «El festival tiene más de 30 años, es normal que vaya mutando con el tiempo. Tal vez en los 90 el rock era suficiente para acoplar a toda la movida alternativa del país, como que todo giraba en torno al rock y eso bastaba. Ahora, el rock ya no es como la única voz que tiene el mundo alternativo. Hay infinidad de proyectos con una infinidad de sonidos, completamente distintos que también son alternativos y que merecen estar en el festival, sin duda. A mí me fascina ver a una banda como Nomásté, que no es rock, pero que sin duda es muy alternativa y que tiene todo el derecho del mundo a estar allí. Al final, el festival no lo gana un género (musical), lo gana el proyecto que más conecte con el público».

Aunque para Christhyane el show de Caracas fue increíble y les sumó nuevos fanáticos, la presentación de Mérida en el circuito Andes tiene un lugar especial en su corazón porque les regaló muchas amistades. «Caracas es increíble porque primero es la ciudad, dos porque ganamos, tres porque conoces a mucha gente importante y cool, pero honestamente Mérida tiene un lugarcito especial en mi corazón porque conocí muchas personas con las que sigo en contacto y que se convirtieron en mis amigos. Eso es muy raro que surja a partir de ir a tocar en una ciudad que no conoces. Participar en el circuito es algo que llevo en el corazón, si no hubiese pasado nada en Caracas, incluso si no hubiésemos ido, igual la presentación de Mérida es uno de los highlights de mi vida, sin duda».

Foto Manuela Medina / @manuelaarte

Sobre la movida musical eb San Cristóbal, el vocalista de Cunaguaro dice que, aunque históricamente es una ciudad muy musical, cuando comenzaron la banda no había espacios para tocar. Crearon ellos los lugares para presentarse. «Cuando estábamos en la fase de solidificar el proyecto, Venezuela se convierte en Venezuela, todo el mundo se va y todo se deteriora, así que nos tocó la misión curiosa e interesante de tener que aprender a ser productores de eventos, conseguir los espacios o crearlos porque no había gente, no había bares, no había eventos que le dieran casa al rock. Los pocos eventos culturales que había estaban tomados por gente a la que no le interesa saber nada de rock», cuenta Christhyane, quien asegura que en ese proceso algo que les jugó a favor fue el ruido que generaron y que en ese momento estaba surgiendo la nueva generación de bandas de la ciudad. «Creo que hemos tenido el chance de hacer un poquito de ruido acá y eso inmediatamente suma a la gente que le gusta el ruido. Eso ha empezado a abrir otros nuevos espacios como, por ejemplo, Café Bordes, que es un sitio muy lindo que siempre ha servido como galería de arte y ahora hacemos toques regularmente ahí. Creo que en la ciudad entre nosotros, el ritmo natural de la cultura y la nueva generación de panas músicos sin duda siento que se está reviviendo la cultura».

Y agrega: «También tuvimos la buena idea de conectar con gente de Colombia porque, por temas geográficos y de infraestructura, es muchísimo más fácil para nosotros conectar con gente de todo el Norte de Santander  que con los llanos o con Caracas o las costas. Entonces, tenemos esta facilidad de hacer nuevos amigos en Colombia y hablar con bandas allá, que traemos para la ciudad y eso también nutre mucho la movida».

Aunque Christhyane Torres reconoce que hacerse una carrera musical en Venezuela es difícil, considera que no es imposible. «Tienes que ser muy disciplinado, inteligente y perspicaz porque no hay camino para tener éxito. Siempre hay un elemento de riesgo y de apuesta, tal vez pierdas todo tu dinero o ganes mucho. Nunca lo vas a saber a ciencia cierta. Venezuela tiene sus dificultades específicas, pero creo que añaden un elemento de dificultad y de reto. Creo que si tienes el tipo de personalidad a la que le gustan los retos, vas a encontrar la manera de lograrlo. Tiene que gustarte el ser retado, ser desafiado, para encontrar una especie de placer ahí, porque tienes que encontrar la manera de crear los ‘sí’. Hablando del festival, nosotros teníamos cuatro años aplicando hasta que quedamos. Y, honestamente, esta fue la vez correcta porque somos un proyecto muy distinto al que éramos hace cuatro años cuando aplicamos por primera vez», asegura.

Cunaguaro

Foto Manuela Medina / @manuelaarte

Actualmente la banda está enfocada en terminar su primer disco, que esperan publicar en el próximo trimestre. Para el grupo el proceso de producción del álbum ha sido lento, pero muy satisfactorio. «Es un doloroso de mucho trabajo y de hacer las cosas una y otra y otra vez hasta que estás satisfecho, pero ya estamos como en la última recta y estamos muy cerca de terminarlo», asegura el cantante, que también afirma que el grupo quiere aprovechar al máximo la plataforma que les dio ganar el Festival Nuevas Bandas. «Ya tenemos un roadmap bastante claro de lo que queremos hacer. Para nosotros lo más importante es dominar el mercado venezolano, y digo dominar con toda la humildad y todo el cariño posible, porque queremos estar tocando en todo el país. Queremos que todos los amiguitos de Venezuela conozcan a Cunaguaro. Honestamente, estamos pensando bastante en grande y estamos planificando tener un 2024 bastante movido, tal vez estamos planificando de más, pero la meta la vemos lejos aún y estamos moviendo como toda la rueda del carro hacia esa dirección. El año que viene queremos tocar, tal vez, del otro lado del charco. Cunaguaro apenas comienza», asegura Torres.

De su experiencia en el Festival Nuevas Bandas, más allá del buen sabor de boca por haber ganado, Cunaguaro se llevó la confirmación de trabajar en un proyecto que aman y que disfruta el público. «Nosotros hacemos esto porque lo amamos y, sin duda, estamos en una banda y hacemos todas estas locuras porque amamos hacerlo, pero el festival, si nos deja algo, es ese buen sabor de boca de ‘hey, tal vez esto vale la pena. Tal vez ya no es un sueño adolescente trasnochado, tal vez yo puedo convertir esto en mi vida’. Para nosotros el premio más importante luego de ganar el festival fue mirarnos a los ojos y decir: ‘Muchachos, aquí comienza, vamos con todo vamos a conquistar el mundo”, finaliza el cantante.