Apóyanos

Cuatro poemas de Mary Oliver

Mary Oliver (1935) podría ser la más leída poeta norteamericana del siglo XX. Su obra ha sido reconocida por numerosos premios, entre ellos, el Premio Nacional de Poesía (1992) y el Premio Pulitzer de Poesía (1994). Los poemas aquí seleccionados pertenecen a su libro “Felicity”, traducidos por Nieves García Prados (Valparaíso Ediciones, España, 2016)

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La tormenta más feroz

Ayer la tormenta más feroz

que jamás he presenciado cruzó

de oeste a este, una bestia

desaliñada aullando en el cielo

lanzando granizo y hasta relámpagos

imprimiendo su fulminante

lenguaje ilegible

seguido de una carcajada verdaderamente espantosa.

Pero no. Quizás no se trataba de una risotada

sino de un aviso necesario

según parece algo que hacer con poder.

¿Qué podría ser? ¿Qué podría ser?

¿Qué crees que podría ser?

**

Nada es demasiado pequeño como para no hacerse preguntas

El grillo no se pregunta          

          si existe el cielo

o, si es que existe, si habrá espacio para él.

Es otoño. El romance ha acabado. Aun así, canta.

Si puede, entra en una casa

          por el resquicio más pequeño de la puerta.

Entonces la casa se vuelve más fría.

Canta despacio y más despacio.

          Y de pronto, nada.

Debe de significar algo, no sé qué.

          Pero sin duda no significa

que no haya sido un excelente grillo

          durante toda su vida.

**

Humildad

Los poemas llegan listos para empezar.

Los poetas solo son el transporte.

**

Esa pequeña bestia

Esa hermosa y pequeña bestia, el poema,

          hace lo que le viene en gana.

Unas veces pretendo implorar a las manzanas

          pero él desea carne roja.

Otras quiero caminar tranquilamente

          por la orilla

pero él prefiere quitarse toda la ropa

          y sumergirse.

En ocasiones quiero usar palabras diminutas

          y hacerlas importantes

pero comienza a gritar el diccionario,

          las oportunidades.

Hay días en que quiero resumir y dar las gracias,

          poner las cosas en orden

y entonces comienza a bailar por la habitación

          sobre sus cuatro patas peludas, riendo

          y acusándome de ser escandalosa.

Pero también hay veces, cuando pienso en ti

          y sonrío,

que se sienta enmudecido, con una pata bajo la barbilla,

          y solamente escucha.

_________________________________________________________________________

Felicity

Mary Oliver

Traduccción de Nieves García Prados

Valparaíso Ediciones

España, 2016

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