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Creador de Fauda: «Los palestinos se dirigen a una explosión»

Por EFE
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«La pregunta no es si los palestinos van a explotar, la pregunta es cuándo», teme Avi Issacharoff, que creó la serie Fauda para mostrar las complejidades y matices de un conflicto que dice está llegando a un punto de ebullición por las políticas del nuevo gobierno de Benjamín Netanyahu.

La ficción y la realidad se mezclan en la oficina de Issacharoff, cubierta de pósters de la serie, durante una entrevista con EFE en Tel Aviv. Entre mensajes y llamadas para felicitarlo por el éxito de la cuarta temporada de Fauda, que responde intercaladamente en hebreo y árabe, le van llegando alertas sobre una sangrienta redada del Ejército israelí en Cisjordania ocupada.

Esa operación se saldó con la muerte de 10 palestinos -incluyendo civiles y milicianos- y desencadenó una importante ola de violencia entre israelíes y palestinos, que aún continúa.

«¿Ves ese camión? Es el que usaron hoy soldados de encubierto para entrar al campo de refugiados de Yenín», interrumpe la charla Issacharoff, mostrando una imagen que acaba de recibir en su móvil.

No le hace falta aclarar el paralelismo con la serie, centrada en una unidad de agentes encubiertos israelíes que operan en territorio palestino para frustrar ataques y que ha tenido un gran éxito tanto a nivel local como internacional.

La cuarta temporada, estrenada en Netflix a finales de enero, transcurre precisamente en ese mismo campo de refugiados, bastión de la lucha armada palestina y principal foco de violencia durante el último año.

«Probablemente me base en esto y utilice un camión como este en la próxima temporada», anticipa, y explica que buena parte del guión de Fauda está basado en hechos reales.

«Usamos historias que nos cuentan, cosas que salen en las noticias, hablamos con exmilitares y con gente que lidia día a día con la realidad palestina», reconoce.

Dice también basarse en su propia experiencia militar en una unidad encubierta y en sus más de 20 años como periodista cubriendo distintas guerras y conflictos para medios israelíes, tanto en Cisjordania como en Jordania, Egipto y hasta en la Franja de Gaza.

Consultado por el mensaje de Fauda -caos, en árabe-, Issacharoff destaca la necesidad de transmitir al público las complejidades de un conflicto que cree que es habitualmente simplificado «en torno a clichés, a la lógica de buenos contra malos, como algo blanco o negro, cuando en realidad hay infinitos grises».

La serie, aclara, está pensada para el público israelí, al cual busca mostrar a los milicianos palestinos en su dimensión humana, «no como simples terroristas unidimensionales sino también rodeados de sus familias, de sus seres queridos, como seres capaces de amar».

Las cuatro temporadas de Fauda transcurren sobre todo en ciudades o aldeas palestinas en los territorios de Cisjordania, ocupados militarmente por Israel desde 1967, rodeados por un muro y plagados de puestos de control israelíes.

«Esta es una serie sobre la ocupación, sobre el precio de la ocupación, tanto para israelíes como para palestinos», destaca y agrega que este precio se ve no solo en los muertos y heridos, sino también en el estrés postraumático o en las familias desmembradas.

El argumento de la serie y la forma en que retrata a unos y otros le ha valido múltiples críticas, sobre todo por parte de palestinos que le acusan de glorificar a agresivos soldados israelíes y de presentar una imagen exageradamente violenta y estereotipada de la vida en los territorios ocupados.

A estos reclamos se suman también los de representantes de la extrema derecha israelí, que denuncian que Fauda no hace otra cosa que dañar la imagen del Estado judío en el mundo.

Acostumbrado a las críticas, Issacharoff prefiere enfocarse en la buena recepción que ha tenido la cuarta temporada de la serie, que en los días posteriores a su estreno se posicionó como la serie más vista en Líbano y como una de las más populares en Emiratos Árabes Unidos y Catar, además de obtener buenos resultados en Europa y América Latina.

«En buena parte del mundo árabe a los israelíes se nos muestra como gente que quiere matar palestinos por diversión», señala, y destaca que Fauda representa una posibilidad de mostrar otra visión y transmitir que no todo es tan simple como parece.

El optimismo que le despierta el éxito de la serie se evapora rápidamente cuando es consultado por su opinión sobre la situación actual del conflicto.

«La realidad hoy es que tenemos en Israel un gobierno de derecha radical que se opone a cualquier tipo de concesión para con los palestinos y que lleva una campaña agresiva para construir más asentamientos judíos (en territorio palestino ocupado)», alerta, y advierte que «estas políticas podrían llevarnos a una explosión».

Su principal preocupación, sin embargo, radica puertas adentro, en los pasillos del Parlamento israelí, por los cambios sociales y jurídicos que está implementando el nuevo Gobierno de Netanyahu junto a socios ultraortodoxos y de ultraderecha.

«Ese es el peligro más inminente, la verdadera amenaza para el futuro del Estado de Israel», concluye.

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