Apóyanos

El Colofón: El legado escondido de Shirley Smith

Olvidada por casi toda una generación, el nombre de esta artista americana regresa a la escena cultural venezolana con la publicación de su antología “Espejos radiantes”. Susana Arwas y Edgar Moreno fueron los investigadores y curadores del gran tomo editado como un objeto de colección

Por
    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

En las páginas 84 y 85 de un enorme tomo se despliega un tríptico que, con o sin intención, recuerda a aquella famosa obra de El Bosco, El jardín de las delicias. La historia que rodea a estas tres nuevas pinturas es la que da inicio a la búsqueda que Susana Arwas y Edgar Moreno emprendieron por los recovecos de la escena cultural venezolana y que les llevó a la producción de Espejos radiantes.

Las páginas relatan también la historia de Shirley Smith (Florida, 1935), una artista norteamericana que se residenció en Venezuela desde 1955 y que, hasta 1978, permaneció en el país en el epicentro de los más reconocidos círculos de pintores y escultores. Smith vivió una Caracas que florecía ante la modernidad y el crecimiento petrolero. Las artes vibraban ante la presencia de todo tipo de extranjeros que llegaban al país invitados por los gobiernos y, en medio de todo esto, se establecía el Salón Oficial en el Museo de Bellas Artes, al que Smith fue invitada a participar.

Poco más de 20 años pasó la artista en Venezuela antes de mudarse a España, país natal de su esposo. Expuso varias veces en el Bellas Artes obras que fueron develando un sentido conceptual y dramático, incluso espiritual. The Garden of ParadiseThe True God and the False God y The Garden of Appetites ­–aquel tríptico de la página 84-85– es el mejor ejemplo de esa presencia simbólica que se tambalea entre lo religioso y lo onírico. Es apenas un señuelo a lo que guarda entre sus páginas este ejemplar.

Los artistas y editores Susana Arwas y Edgar Moreno viajaron a Las Palmas (en Mayorca, España) y conocieron a una Shirley Smith que ya había dejado atrás la pintura. Tras sus primeros encuentros, ella volvió la mirada sobre su obra y recorrió una vez más el lugar que abandonó tanto tiempo atrás: Venezuela. A su regreso, la pareja se vio tras la pista de las huellas que Smith podría haber dejado en el país.

Las obras comenzaron a aparecer escondidas bajo las telas de una iglesia en El Hatillo, o detrás de la nevera en alguna casa. Poco a poco se fue armando el legado. Se dio el diálogo entre las simbologías tan presentes en la pintura de Smith con las fotos de los viajes que Moreno y Arwas realizaron durante su búsqueda y otras que fueron reunidas para dar un contexto a la historia. El resultado son extrañas escenas casi oníricas al borde del surrealismo.

Publicado a finales de 2016, Shirley Smith. Espejos radiantes es un ensayo pictórico más que fotográfico. Ambas artes conviven en el diseño que realiza Pedro Quintero. Las obras coexisten atadas a las fotos por el relato y los textos de Elisabetta Balasso, Ricardo Fernández Smith y el propio Edgar Moreno. Página tras página, un collage de imágenes que parecen combinarse ante una mirada sorprendida.

Este libro es en sí mismo un objeto de colección. Una obra que conglomera toda una vida que se había quedado olvidada, traspapelada entre las entradas y salidas de un país que guarda poca memoria. Este libro es el redescubrir de un legado que vuelve a su hogar e intenta, una vez más después de 40 años, dejar huella. 

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional