El ganador del Oscar al Mejor Director por el filme El silencio de los inocentes, Jonathan Demme, falleció ayer en Nueva York. El realizador estadounidense de 73 años de edad padecía cáncer de esófago.
Aunque tuvo una dilatada carrera de más de cuatro décadas, con incursiones en diferentes géneros incluido el documental, Demme alcanzó la cumbre de la fama con El silencio de los inocentes, película protagonizada por Anthony Hopkins y Jodi Foster que le mereció la estatuilla de la Academia de Hollywood en el año 1992.
Su siguiente cinta, Filadelfia (1993), también fue aclamada y recibió el Oscar como Mejor Actor para Tom Hanks, su protagonista, que encarna a un abogado que lucha por hacer justicia después de contraer el VIH.
“Puedo confirmar que Jonathan falleció temprano esta mañana en su apartamento en Manhattan, rodeado de su esposa, Joanne Howard, y tres hijos”, informó una portavoz del cineasta en un breve comunicado.
La noticia de la muerte de Demme, oriundo de Long Island, Nueva York, generó inmediatamente numerosas reacciones de sus admiradores, amigos y colegas en las redes sociales y medios de comunicación.
La familia pidió que no se enviaran flores al funeral y que en su lugar se hicieran donaciones a una organización no gubernamental que trabaja en favor de los inmigrantes, Americans For Immigrant Justice. La institución con sede en Florida había premiado al director con el Holly Skolnick Human Rights Award por su dedicación en la causa de los refugiados haitianos y de los inmigrantes en general.
Demme debutó en el cine en la década de los años setenta avalado por el productor Roger Corman.