Brad Pitt es uno de los actores de mayor éxito y reconocimiento del cine actual. Sus últimos trabajos cosecharon la admiración del público de forma casi unánime. Los fanáticos compararon su reciente interpretación en Érase una vez… en Hollywood junto a Leonardo DiCaprio con la unión que formaban actores clásicos como Paul Newman y Robert Redford.
Sin embargo, no siempre fue así. El actor confesó que en la actualidad es especialmente selectivo a la hora de elegir los papeles que acepta. El cambio se produjo luego de su participación en Troya.
«Tuve que hacer Troya porque dejé otra película y tenía que hacer algo para ese estudio», explicó Pitt en una entrevista a The New York Times.
«Así que me metieron en Troya. No fue doloroso, pero me di cuenta que el modo en que se estaba narrando la película no era el modo que yo hubiera preferido», dijo el intérprete. «Yo también cometí mis errores en ella. ¿Qué trato de decir sobre Troya? Que no dejaba de estar en medio en todos los fotogramas. Eso me estaba volviendo loco», recordó el actor.
Pitt explicó que, aunque respeta el trabajo de Wolfgang Petersen, director del filme, cree que convirtió el épico poema de Homero en algo demasiado comercial. «Cada plano era como ‘¡Ahí está el héroe!’ No tenía ningún misterio. Así que en ese momento decidí que solo me implicaría en historias de calidad», comentó.
Tal y como afirma el intérprete, la decisión fue un cambio que definiría la siguiente década en cuanto a sus películas. Sin dejar las grandes producciones, Pitt trabajó desde entonces en títulos que podrían considerarse de mayor profundidad argumental.
Entre su reciente filmografía se encuentran títulos más arriesgados como 12 años de esclavitud, El árbol de la vida, La gran apuesta o, su última película, Ad Astra.