Diagonal a la plaza Bolívar de El Hatillo, una casa pintada de negro resalta en la calle.
Es El Hatelier, el nuevo hogar de los artistas emergentes. Además, es un sitio de encuentro para todos aquellos que disfrutan y se conectan a través del arte y la creatividad.
Desde el 24 de mayo quienes visitan El Hatelier son recibidos y atendidos por Eric Mejicano, Anghy Rondón y Athenea Cuotto, sus dueños. No pasan de los 32 años de edad y tienen claro cuál es su papel dentro de la actual movida cultural venezolana. Saben, por experiencia, de la falta espacios para los nuevos artistas. Y este, afirman, es el lugar para ellos. Son una familia que se encontró gracias al arte y que predica “nunca dejes de creer y crear”.
“Esto no es una galería”, sentencia Mejicano. El Hatelier, con H de Hatillo, es un espacio acogedor donde se exhibirán obras de artistas emergentes, y donde diferentes expresiones culturales se encontrarán a través de eventos o simposios; será, en un futuro, una residencia artística y una escuela para curadores. Además, esta casa fue adecuada para que funcione como un taller para los propios dueños y otros talentos que deseen desarrollar su portafolio en artes plásticas, producción audiovisual y estudio fotográfico.
“Nosotros creamos El Hatelier a partir de la serendipia y de la reunión. Cuando nos juntamos los tres hay química. Coincidimos en la Miami Art Week de este año y allí comulgamos en una misma necesidad: talleres para crear. Estamos seguros de que, a pesar de la crisis, es fundamental contar con espacios para hacer arte. Somos una válvula de presión que la gente necesita”, comenta Mejicano.
Un mural de Samuel Campo que abarca toda una pared impacta la vista de quien entra por primera vez. Luego, una frase del mismo autor ofrece un acercamiento a su visión como promotores culturales: “Por el inicio de algo más grande”.
El Hatelier es una casa antigua que da la bienvenida con un largo pasillo. Un caserón que, a pesar de restauraciones y modificaciones, mantiene su esencia. Los cuartos se convirtieron en el sitio ideal para todo tipo de exhibición.
Anghy Rondón, Athenea Cuotto y Eric Mejicano, los artífices de El Hatelier
Aunque no se privilegia ningún tipo de arte, en El Hatelier se le da prioridad a los artistas emergentes y al arte experimental. “Cuando puedes probar nuevas cosas es maravilloso. Creemos en el talento venezolano”, recalca Mejicano.
Por otra parte, Rondón afirma que la función de esta “no galería” es hacer un registro visual de la cultura: “La ola no se puede detener, vivimos en una sociedad que consume muchos más videos que libros y transmitir lo que hacemos es otro de nuestros objetivos. Eso lo haremos a través de las redes sociales”.
Mejicano ratifica su posición con respecto al país: “Nosotros somos gente joven que vive en un lugar inusual. Se castiga el pensamiento y el arte. Entonces, crear espacios como este, aunque suene insólito, es una manera de rebelarnos contra la opresión. Juntos podemos llegar más lejos. No podemos esperar a que llegue un momento para reconstruir. El momento es ahora. Hay que darle oxígeno a la gente y hacer que la gente se dé cuenta de que, a pesar de la crisis, seguimos vivos”.
El mayor reto de El Hatelier es impulsar a artistas para que, desde ese lugar, puedan conectarse con galerías que quieran exponer sus obras. Además, dice Mejicano, el país se encuentra en un momento en el que impera el desasosiego, y espacios como este son vitales para que las personas encuentren un lugar donde pertenecer y al que quieran regresar.
La experiencia de El Hatelier no se basa en cantidad, sino en calidad. Las exposiciones durarán poco y se seleccionarán las obras más representativas de un artista.
Las citas para visitar el lugar se pueden concertar a través de @ElHatelier en Instagram y Twitter.