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La alternativa: NEGRO SOBRE BLANCO

“La crisis, pienso que gracias a la crisis existimos. Autores que han editado con editoriales grandes han editado con nosotros, hemos sido su opción y la hemos aprovechado”. Serie editoriales independientes: Negro Sobre Blanco

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Las editoriales independientes en Venezuela responden ante la crisis del país con apuestas cada vez más arriesgadas, sólidas y meritorias. Presentamos una serie de preguntas que les hicimos a los más destacados sellos nacionales de esta naturaleza, sobre el origen de su iniciativa, la labor que realizan, los autores que publican y sus próximos proyectos. Continuamos la serie con Negro Sobre Blanco, que se inició en el año 2012 y que dirige el periodista Richard Sabogal.

―¿Qué motivaciones y entusiasmos determinaron la creación de su editorial? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué el nombre?

“La idea de la editorial nació por otra idea inicial: una página que se actualizaba de manera quincenal donde se colocaban poemas, cuentos, fotografías y notas de prensa de eventos junto a notas redactadas de lo que veníamos haciendo en un grupo poético al cual pertenecía y que por entonces realizaba actividades culturales con intensidad. A su vez finiquitaba mis estudios de periodismo y tomé como tesis ese proyecto, mi intención desde el inicio fue darle voz a quienes no habían conseguido un medio para hacerlo. Allí publicamos todo estrato de voces, desde autores noveles que jamás se habrían atrevido a publicar algo, que tal vez carecían de una voz pulida, hasta autores consagrados en las letras nacionales que tenían la amabilidad de aportarle algo a esa semillita que apenas éramos. Negro Sobre Blanco nació de la búsqueda de varios nombres, pero finalmente ganó este por su significado. Negro: la tinta de las letras, blanco: el papel donde se plasma. Por eso es Negro Sobre Blanco. En 2010 nació esa página que dio pie a nuestro concurso que hasta la fecha sigue saliendo año a año. “Por una Venezuela Literaria”, ese concurso, dio paso a un periódico hecho en papel, más bien una revista llamada Negro Sobre Blanco, donde hacíamos lo mismo que en la web pero aquí era más selecto y manteníamos las dos ventanas, el impreso y el digital. Posterior a eso en enero de 2012 el poeta Leonardo Alezones dona el material para un libro y dice vamos a probar, si fallamos no importa. Y así, luego de algunos meses probando, nació nuestro primer libro. Uno tiene el destino escrito: un año atrás de esto, había ido a un programa de televisión a hablar de Negro Sobre Blanco, un poeta cubano vio en febrero de 2012 un diferido de ese programa e inmediatamente nos llamó. Dos días después depositó una suma alta para entonces para hacerle dos libros infantiles a full color. Aunque nos sirvió para comprar equipos ese trabajo fue un error porque no sabía lo difícil que era imprimir mil libros a full color de 64 páginas cada uno. Pero no lo hicimos tan mal, aún el autor edita con nosotros. Toda su obra la hemos publicado y ahora, además, gracias a nuestras publicaciones, en Estados Unidos le acaban de publicar un libro, ese cubano es Norge Sánchez. Entonces a grosso modo es así como nace la editorial, luego de ese inicio, digamos de ese primer año de experimentos fuimos creciendo, los libros siempre llegaron, salimos del formato “a caballo” o tipo revista que era grapado en el centro que hacíamos, para pasarnos a libro de lomo, luego pasamos a libro de lomo con solapas y ahora estamos con solapa profunda. Es complejo editar, más en un país que te limita en materiales, en equipos, en técnicos chapuceros que te acaban media máquina, en precios altos que hacen difícil editarle a autores como antes. Pero amo esto, cada día me levanto y mientras me bebo el café voy prendiendo los equipos y viendo cuál es la prioridad para hoy. Y empiezo a trabajar, hasta que anochece. Tengo muchos proyectos, muchas expectativas y se irán dando cuando el destino lo decida, o se darán de forma distinta, pero algo se conseguirá”.

―¿Con qué criterios decide su editorial la publicación de un libro? ¿Podría darnos algunos ejemplos al respecto?

“Nosotros a nivel de géneros publicamos de todo. Tenemos poesía, dramaturgia, narrativa, ensayo, este género tiene algunas joyas, como los ensayos políticos de los profesores de la Simón Bolívar; unos trabajos religiosos escritos por expertos en la materia que resultan un libro de gran valor para quienes estudian el tema; ensayos varios de otros campos; tenemos libros infantiles. A nivel de criterios buscamos que tenga un trabajo de escritor aceptable, que su libro cuente una historia, sin importar el género, pero que el escritor tenga una noción del oficio, ya la pulitura y la estética le queda a uno como editor. Hoy, luego de 294 libros publicados puedo decir que hay grandes escritores, muy buenos, que nadie conoce, que tal vez nadie conocerá porque ellos mismos no creen en su trabajo, y que son mejores que muchos que hoy en día publican con editoriales grandes, que tienen amplios espacios en los medios. Como también hay autores que les falta cosechar el oficio y se creen Benedetti. Nuestro criterio va con la calidad del trabajo, la cual luego en edición se pule, pero en todos los géneros. Hay un libro para cada quien, tal vez a ti o a mí no nos gusta el género romance, pero otros lo aman.

Ejemplos: te nombraré por género; a nivel romance tenemos una autora zuliana, Kassfinol, quien ha publicado seis libros si no me equivoco, todos agotados varias veces, reimpresos en centenares y los lectores la perseguían. Vivía de eso. La crisis y los precios altos la llevaron al digital, pero aún vive de eso, y es una escritora de romance, gente con poderes que se matan entre ellos y son guapos y tienen carros increíbles y viven amores. Lo típico. Pero un grupo de lectores lo ama. A nivel de narrativa tenemos muchas firmas, a ver cuáles vienen a la memoria: José Pulido; Héctor González, este muchacho es uno de los muchos ejemplos de nuestro trabajo, nosotros le publicamos El encanto de los derrotados y Entre putas y culpables, él siguió su oficio, escribiendo constantemente, ganó en el concurso de Escritura Creativa y entre los premios estaba publicar con El Nacional esa novela, pero con la crisis no salió. Ganó el Stefania Mosca, este año le presentaron su libro, ganó otro concurso en México y lo llevaron a la Feria de Guadalajara, y es un chamito de menos de 30 años. Como él tenemos en nuestro staff muchos autores, que empezaron aquí y cogieron vuelo. Ricardo Mejías es un poeta de Aragua que ha publicado su obra con nosotros y ha ganado una cantidad de premios, Arnaldo Jiménez es un poeta y escritor que ha arrasado con todos los concursos de Venezuela, ya en muchos no participa porque se los ganó, tenemos varios libros de él. Navil Naime, ganador con nosotros y de otros concursos, que por cosas del destino no publicaron el libro y nosotros lo hemos terminado haciendo. Así hay muchos títulos, con la leyenda al pie de ser ganadora de algún mérito. Nuestro staff es extenso, se irían páginas nombrando autores, libros y logros”.

―¿Hay libros más apropiados que otros para los buenos oficios de una editorial alternativa?

“En mi caso pienso que no. Somos amplios en ese espectro, sin caer en la crítica de ‘publicamos cualquier cosa’”.

―¿Para un autor, qué diferencia hay entre ser publicado por una editorial alternativa o por una editorial comercial?

“Varios. Nosotros estamos muy cerca del autor, hoy por hoy en Venezuela todas las editoriales o una gran mayoría está cobrándole al autor por editar, en nuestro caso buscamos el mejor precio al autor a pesar de los costos del material pero lo importante, el tiraje que sale, cuando editamos un tiraje grande, lo colocamos en librería, una vez que se vende, la ganancia es para el autor, no tomamos dinero de allí. Algo que tengo entendido hacen otras editoriales. Buscamos que el autor se sienta pleno, que no le dé miedo editar, en ocasiones el autor publica su libro y termina sintiéndose utilizado. He leído testimonios, no de editoriales venezolanas, sino extranjeras, donde el autor pone todo su esfuerzo y al final ve que sus libros se venden pero él no ve su ganancia. Nosotros buscamos que todos ganen. Esa es una de las diferencias. Eliminamos la burocracia. Lo mismo de ser editorial alternativa nos invita a hacernos amigos del autor, amar su obra, querer y creer en su trabajo. Mantengo la romántica teoría que dice que el editor es en parte esencia del libro que publica, es decir en parte cada libro editado es mío, aunque el autor lleve el nombre en la tapa”.

―¿En qué consiste la contribución que las pequeñas editoriales independientes hacen a los lectores?

“Lleva otras opciones de lectura. Las editoriales grandes deben publicar lo que la mercadotecnia mande. Si ahora se vende lo que es estar flaco y bonito eso editamos, si ahora lo que vende es lo que piensa el chef reconocido sobre la situación país eso es lo que editamos. Nosotros nos libramos de ese manto y buscamos editar un libro que seguro conseguirá un lector que lo ame, una lectura diferente, un autor diferente al de turno en la entropía de los medios”.

―¿Qué clase de apoyo deberían recibir las editoriales alternativas? ¿De acuerdo a su experiencia, diría que son respaldadas por otras instituciones, que suelen recibir financiamiento o apoyo promocional externo?

“Personalmente nunca he buscado apoyo porque es dejar una cadena hacia ellos. El gobierno entre sus miles de cosas malas, muy debajo de toda la estopa de errores, tiene cosas buenas, y entre esas es la de ayudar a la cultura, o al menos ocurría cuando Chávez estaba vivo. Supe que el Cenal estaba dando dinero para editar, varias personalidades del gremio cultura del gobierno me invitaron a sus despachos, pero nunca he aceptado nada porque hacerlo es, o editar libros que ellos decidan, o dejar una cadena en la cual a la larga deba un favor. Por eso siempre he procurado no buscar apoyos externos. Pienso que la verdadera ayuda para nosotros es por parte de los medios, somos editoriales alternativas, pero tenemos buenos trabajos, tenemos buenos libros que podrían ser promocionados, hacemos eventos donde hemos llenado salas enteras con más de cien personas. Hay tesoros en nuestra labor, no todos, es obvio, pero sí tenemos cosas buenas que contar y ese debería ser el apoyo y esto que haces lo agradezco infinitamente. Es una oportunidad para mostrar nuestro trabajo”.

―¿Qué es lo más difícil de gestionar para una editorial como la suya?

“Brindarle al autor la oportunidad de editar. Tenemos cerca de 300 libros gracias a los primeros años donde el papel era barato. Editamos libros de personas que pagaban la edición con parte de su sueldo mínimo. Hoy nuestro target de autores son personas o acomodadas o residentes en otro país. Eso me entristece porque hay muchos autores que quieren editar y no tienen con qué y nosotros no tenemos modo de hacerlo. Hemos reinventado la forma pero aún les cuesta. Otra cosa difícil es cuidar los equipos. Repararlos o reponerlos. Es muy difícil”.

―¿Cuál es la mayor dificultad con que se han enfrentado en el último año?

“Los costos del material. Con estos precios seguramente muchas editoriales no podrán editar tirajes grandes. Hacer cien libros cuesta millones. Hace semanas, para no decir meses, con 5 millones editaba 500 libros de 200 páginas. Supe la semana pasada que una editorial le cotizó a una amiga un libro de 60 páginas en 500 dólares. No está fácil y parece que va para peor”.

―¿Qué explica, en su opinión, el surgimiento de pequeñas editoriales independientes a lo largo de los últimos años?

“La crisis, pienso que gracias a la crisis existimos. Autores que han editado con editoriales grandes han editado con nosotros, hemos sido su opción y la hemos aprovechado. Tenemos voces como Miguel Marcotrigiano, Eloi Yagüe, a quien le sacaremos un libro en breve, ya está montado pero esperamos por material. José Pulido, otros autores que están en conversación, que quieren editar pero no coaccionamos porque luego es un compromiso muy grande pero lo haremos en su momento”.

―¿Cómo influye el contexto nacional en su labor editorial: imprenta, distribución, promoción, ventas?

“Negativamente. Tenemos libros en librerías a 4.000 Bs. el ejemplar. No podemos molestar al distribuidor y las librerías para que remarquen cada vez que suben los materiales. Una distribuidora en la que estábamos nos dio un corte la semana pasada, 2.800 bolívares por dos años de trabajo. Eso afecta y ahí engloba todo, cómo reimprimir. Los autores en Venezuela editan por el placer de ver su libro, si quieren recuperar dinero deben venderlos sin intermediarios. Eso afecta, así no debería ser el negocio de los libros”.

―¿Diría usted que el ser una editorial alternativa ha funcionado como ventaja o como desventaja dentro del mercado editorial actual en el que se desempeñan? ¿Por qué razones?

“Ambas.

Ventajas: somos independientes, de gremios, empresas, grupos, vamos por el medio y eso nos ha dado libertad. Hemos editado grandes libros. Hemos tenido eventos con una mesa larga llena de nombres, una vez editamos 14 títulos en un solo evento, tres horas y media de actividad y nadie se aburrió. El año pasado editamos siete en un solo sitio y autores buenos, entre ellos Carlos Iván Padilla con una novela hermosa. Llena de mucha poesía. Esa es la ventaja, somos libres, hacemos lo que queremos y logramos cosas bonitas.

Desventajas: cuando oyen alternativo lo asocian con malo, tapa amarilla, todos, colegas, medios. El considerarnos así les ha hecho perder la oportunidad de conseguirse autores muy buenos, lo conocen luego, cuando agarra vuelo. Pero lo que hacemos está bien, ¿cometemos errores? Muchos. Pero eso es la vida, un montón de errores para conseguir el éxito”.

―¿Cómo es la proyección de una editorial como la suya fuera del país?

“Actualmente nos estamos pasando a editorial digital. Tenemos un ambiente web viejo porque estamos montando una web nueva en un servidor potente. Firmamos con una empresa de difusión de libros digitales que lleva los títulos a más de cien tiendas online dejando Amazon fuera, lo que nos permitirá explotarlo y trabajamos en ello, en ir al mercado digital, eso nos permitirá mejorar muchas cosas en los libros. Nos permitirá volver a los autores que no pueden hacer en papel, porque editaremos en digital con la opción a pedir libros en papel por demanda, si quiere dos libros le hacemos dos libros en papel, si quiere uno, le hacemos uno. De este modo podremos seguir trabajando y proyectarnos afuera. Ya algunos autores han llegado. Antes de cerrar el 2017 seremos editorial digital e impresa.

Actualmente nos ven como luchadores. Hace poco Juan Carrasco, pintor y poeta, se fue del país, el año pasado editamos un poemario suyo, se llevó unos ejemplares y la gente de los gremios de cultura en Medellín se vieron muy emocionados e interesados en nuestro trabajo. Un panorama para nuestro trabajo ha sido Colombia, tengo la nacionalidad y confieso que he considerado saltar el puente, pero el amor a Venezuela me agarra por la raíz”.

―¿Puede comentarnos algún título o autor particular de la literatura venezolana que deseen o vayan a editar próximamente? ¿Por qué ese título o autor en especial?

Fantasmas familiares de Eloi Yagüe.

Dos antologías en homenaje a Tamara Adrián, en la de narrativa tenemos voces como Gabriel Payares, Eloi, Krina Ber, Mirco Ferri, Olga Colmenares, Mónica Montañés, Liliana Lara, Carlos Flores, Wafi Salih, entre otros. La de poesía tiene sus tesoros. Entre esos unos poemas inéditos de Tamara Adrián.

Otros autores a los que no le firmamos contrato, pero son voces conocidas en el medio.

Seguimos trabajando, a pesar de todo”. 

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Para más información sobre Negro Sobre Blanco:

http://www.negrosobreblanco.com.ve

Instagram: negro_sobre_blanco

Twitter: Nsb.editores

Facebook: Negro Sobre Blanco

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