El uso de la inteligencia artificial (IA) en las empresas es un asunto que no se puede desligar de su impacto en la fuerza empresarial. No cabe duda de que esta tecnología supondrá a largo plazo la desaparición de empleos. Cifras del McKinsey Global Institute sugieren que la IA generativa y otras tecnologías, en su nivel actual, tienen el potencial de automatizar actividades que hoy representan entre 60% y 70% del tiempo de los empleados.
OpenAI sugiere que el impacto también será generalizado: cuatro de cada cinco trabajadores podrían tener al menos 10% de sus tareas automatizadas por inteligencia artificial, y uno de cada cinco podría ver afectadas al menos la mitad de sus responsabilidades.
Sin embargo, se espera que sean pocas las ocupaciones reemplazas por la tecnología. El trabajo cambiará y se volverá más eficiente, pero la necesidad de liderazgo humano seguirá existiendo. De hecho, se podría decir que la necesidad de una gestión excelente será aún mayor, pues la primera línea buscará gerentes que los ayuden a aprender a usar la inteligencia artificial, priorizar el uso del tiempo que se ha liberado gracias a la IA y guiarlos en el desarrollo posterior para adaptarse a papeles recientemente remodelados.
“Los mandos intermedios están atravesando una importante crisis de identidad. Los puestos directivos no solo se están volviendo insostenibles e indeseables, sino que su futuro dentro de las estructuras organizacionales está en tela de juicio”, explica Rajat Mishra, fundador y primer ejecutivo de Prezent.
La inteligencia artificial necesita ser supervisada
Bajo la necesidad de ser supervisada, la inteligencia artificial impacta en los puestos de trabajo que hagan uso de tareas más repetitivas o mecánicas, pero demanda un perfil de mando intermedio cuyas tareas sean mucho más amplias que la actuales porque necesita supervisar las labores que realiza la IA, asegurándose de que sean las adecuadas.
“A medida que la automatización y la IA transforman el funcionamiento de los equipos, estos gerentes ahora tienen la tarea no solo de supervisarlos, sino también de integrar la tecnología en los flujos de trabajo diarios”, dice Mishra.
Así, contrariamente a lo que se piensa, la IA no es un proceso que se establezca y pueda funcionar de forma independiente. Al contrario, necesitará una supervisión mucho más intensa de una persona, en este caso de los mandos intermedios.
Un tema de generaciones
Al aprovechar la inteligencia artificial de manera estratégica e invertir en herramientas de automatización, los mandos intermedios pueden aliviar la enorme carga que hace que la gerencia media sea una posición insostenible para muchos profesionales.
“A medida que la IA continúa alterando cada faceta de nuestras vidas, la oportunidad de participar en el desarrollo y la implementación es cada vez más demandada por la generación Z y los talentos millennials”, puntualiza Mishra.
Cuando los gerentes intermedios asumen un papel de liderazgo en la implementación de la IA, ayudan a crear una trayectoria profesional atractiva y, al mismo tiempo, permiten a las organizaciones aprovechar los conocimientos de la generación nativa digital.