Miriam es una estudiante universitaria que tiene el privilegio de poseer un vehículo propio. A las 12:00 pm sale de la universidad y, mientras maneja, observa que la aguja del tanque de gasolina está muy cerca de la E (échale).
Se preocupa al plantearse que podría quedar varada en medio del camino, coloca su mano izquierda sobre su frente y se apresura en pensar en una estación cercana.
Tras rodar por unos minutos, avista el lugar y el alivio se nota en su rostro. Sin embargo, otro problema le afecta.
“Tengo que echar gasolina de 95 únicamente. Si no hay de 95 la mezclaré con la que me queda en el carro para que no se me dañe la bomba”, dice mientras baja la ventana para ver si los otros conductores le permiten cruzar hacia la estación, ubicada en la avenida Teherán de Montalbán, Caracas.
Cuando llega a la estación de gasolina, le pregunta a uno de los encargados “¿Tiene 95?”. El “bombero” mueve su cabeza de un lado a otro en respuesta negativa. “Solo tengo 91, mami. 95 está difícil”, agrega e interrumpe la conversación. Se voltea y entrega el vuelto a otro conductor que le pagó con un billete de Bs 20.000 y le reclama por “darle tanto dinero y llenar tan poquito”.
Miriam aceptó que llenaran su vehículo con gasolina de 91. Sin embargo, detalló que con 25 litros era suficiente. Quiere evitar posibles averías. Paga con un billete de Bs 100.
Después de surtir su vehículo, recibe el vuelto de Bs 75 que le corresponde, un precio extremadamente barato en comparación al costo de este producto en el resto de los países.
Por cada litro Miriam pagó un bolívar. Al pasar el valor de cada litro a dólar, con base en la tasa Dicom de Bs 3.345 (según su 15ª subasta), la estudiante solo costeó $0.00029895. Mientras venezolanos como ella cancelan este precio, el valor de este producto en el mercado mundial ronda entre $0,85 centavos y $1.
El país con la gasolina más barata del mundo
Colas para llenar el tanque de gasolina en Caracas
En la década de 1940, Rómulo Betancourt dijo en su libro Venezuela, Política y Petróleo que “era insólito que en el primer país exportador de petróleo del mundo rigieran cotizaciones tan altas para la gasolina y los carburantes extraídos del aceite mineral”.
Durante su mandato interino, entre 1945 y 1948, ordenó bajar el precio del litro del combustible de 0,20 bolívares de la época a 0,10. Desde ese momento la situación no ha cambiado: pocas han sido las veces que se ha modificado el costo del producto.
El último aumento del costo de la gasolina ocurrió en febrero de 2016, después de mantener el precio congelado en Bs 0,0094 por litro durante casi 10 años.
El experto en finanzas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Andrés Guevara, afirmó en una entrevista exclusiva para El Nacional Web que el atraso en la actualización de los costos de la gasolina, conforme a los precios del mercado internacional, “ha significado un déficit fiscal enorme que pagan todos los venezolanos al final del día”.
En un análisis de la gestión de Pdvsa en 2016, realizado por el ingeniero Sergio Sáez, del Centro de Divulgación Económica para la Libertad (Cedice), se calcula que la industria petrolera púbica en el país pierde al menos entre 50 y 53 dólares por cada barril de gasolina.
En el texto se explica que Pdvsa importa cada barril a un precio de $57. El gobierno nacional le costea $53 del total, lo que significa que la estatal petrolera debe pagar por su cuenta los $4 que faltan. Al tener en cuenta que se vende el litro en las estaciones de servicio a $0.00029895, se hace imposible para la empresa si quiera recuperar lo invertido.
La gestión del suministro de gasolina de esta manera genera pérdidas para el Estado, que oscilan en 1.8 millardos de dólares, de acuerdo con el informe de Sáez.
En contraste, a los países que producen el barril de gasolina les cuesta fabricar cada uno 0,50 dólares.
El secretario general del sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos del estado Falcón, Iván Freites, indicó que mientras más tiempo pasa la gasolina sin aumentar, los daños a la industria petrolera aumentan. Considera que el dinero que se invierte en el subsidio se puede dedicar a mejorar las refinerías y la maquinaria de extracción de crudo.
“Lo que pasa con la gasolina es una irresponsabilidad. Es el populismo puro en su máxima expresión. Si se mantuvieran los equipos podríamos producir y el precio para los venezolanos sería accesible, como ocurrió en la década de 1990”, señaló Freites en una entrevista exclusiva con El Nacional Web.
El sindicalista afirmó que el único beneficiado con el subsidio de la gasolina es el gobierno, que importa los barriles que no se producen en el país a tipo cambiario Dipro (de 10 bolívares por dólar). Señaló que después de adquirir cada unidad con base en esta tasa, se venden en bidones a través del contrabando a un precio estipulado según el dólar paralelo.
El subsidio lo pagan todos los venezolanos
En Venezuela se ha vuelto frecuente ver estaciones sin gasolina
A pesar de la creencia venezolana de que la gasolina debe ser barata porque en el país se produce petróleo, en naciones como Colombia y Arabia Saudita, donde también se extrae crudo, los precios se marcan según lo que determine la oferta y la demanda en sus respectivos mercados nacionales y la cotización del barril de petróleo en el planeta.
En Venezuela no es así, debido a que los precios son fijados por un Estado que pierde ganancias en el mercado interno de la gasolina. Esta situación influye en el déficit fiscal actual (números negativos en las cuentas del Estado), que se posiciona en 20% del producto interno bruto (PIB).
Rafael Ramírez, ex ministro para el Petróleo y la Minería, explicó en 2013 que debía realizarse un aumento en el precio del combustible porque generaba pérdidas en el orden de los 12.5 millardos de dólares al año. Es decir, el Estado ha pagado esa exorbitante cantidad por mantener un precio irrisorio de la gasolina.
El informe financiero de Pdvsa correspondiente a 2016 señala que el Banco Central de Venezuela (BCV) le entregó a la compañía estatal 3.6 millardos de dólares para cubrir la brecha entre el costo de la gasolina en el país y su precio real en el mercado internacional (de aproximadamente 1 dólar).
El experto en finanzas del IESA explicó que si bien los precios congelados dan la sensación de una “gasolina barata”, en la práctica, los venezolanos tienen que pagar a través de impuestos o inflación ese gasto que realiza el Estado.
“Parte del déficit fiscal y de la inflación que tiene Venezuela en estos momentos tiene que ver con el precio absurdo de la gasolina y sus derivados, que terminan torpedeando el cálculo económico”, aseveró Guevara.
De acuerdo con el último informe financiero de Pdvsa, la compañía petrolera le debe al Estado un total de 24.5 millardos de dólares por concepto de subvención de combustible entre 2014 y 2016. Todavía no se conoce cómo serán pagados ni en qué condiciones.
Un “dolor de cabeza” para el gobierno
Gandola de Pdvsa recargando una estación de gasolina en Caracas
El hecho de no pagar ni siquiera 10% del precio real del combustible, implica que el Estado debe gastar dinero de las reservas internacionales para poder mantener el costo subsidiado del combustible.
El investigador del Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, Víctor Poleo, advirtió que el retraso por tantos años del ajuste del precio de la gasolina solo le generó al gobierno una deuda muy grande que le va a costar pagar, a menos que empiece a vender los derivados del petróleo a sus costos reales.
“Ningún país del mundo tuvo tanto tiempo un precio de la gasolina como Venezuela. Precio que no se ajustó a tiempo y que solo le genera al gobierno dolores de cabeza por todos lados, porque de algún lado tiene que sacar dinero que no tiene para mantener ese precio”, explicó Poleo en una entrevista para El Nacional Web.
La transición entre dejar de pagar un precio barato del carburante y empezarlo a vender a costos del mercado internacional puede significar incluso una caída abrupta del consumo, porque los venezolanos no podrían llenar ni siquiera el tanque completo.
“Es increíble ver cómo en una botella de agua es más cara que llenar el tanque de gasolina. En otro país la situación es contraria y eso debe ser lo normal”, opinó Víctor Poleo.
Contrabando de gasolina en la frontera
Si se establece el pago de la gasolina a un dólar por litro, representaría al cambio en bolívares un precio bastante alto o bajo dependiendo del tipo de cambio que se utilice. Puede costar Bs 10 el litro al tener como referencia la tasa Dipro o Bs 3.345 si se tiene en cuenta la tasa cambiaria del Dicom.
Andrés Guevara advirtió que lo mejor antes de aumentar la gasolina es restaurar la confianza en los inversionistas y abrir la industria petrolera a la inversión extranjera. Hizo énfasis en la importancia de eliminar los controles de cambio presentes en el país desde 2003, para que el precio del dólar encuentre un punto de equilibrio y el precio de la gasolina también lo haga.
“Nosotros tenemos que liberar tanto el precio del dólar como el de la gasolina, y que sea el mercado con un gran número de ofertantes el que determine cuál es el precio de la gasolina”, agregó.
Freites también coincidió en que el aumento debe ser estipulado al precio del mercado internacional, a pesar de las consecuencias inmediatas que podría generar, como es la posible caída del consumo. Sin embargo, propone que el Estado asista a sectores básicos como el transporte con una ayuda especial mientras el consumo repunta.
Ambos coinciden en la importancia de eliminar los subsidios de la gasolina aunque sea una medida impopular, pues esta solo beneficia a aquellos que revenden el litro de gasolina hasta en 5.000 bolívares en las fronteras de Venezuela.