El neerlandés Max Verstappen (Red Bull), líder del Mundial de Fórmula 1, sumó el domingo su tercer triunfo consecutivo en el Gran Premio de Canadá bajo una lluvia intermitente en Montreal que provocó numerosos accidentes y abandonos.
El británico Lando Norris (McLaren) fue segundo a 3.879 segundos y su compatriota George Russell (Mercedes) logró su primer podio del año en el circuito Gilles-Villeneuve, en la novena de las 24 pruebas del calendario.
El mexicano Sergio Pérez (Red Bull) abandonó por una colisión en la vuelta 53 (de 70) mientras Ferrari, triunfador en la anterior parada de Mónaco, vivió su peor jornada con las retiradas de Charles Leclerc y Carlos Sainz.
Para ‘Checo’ Pérez, que había partido desde un lejano decimosexto lugar, fue el segundo abandono consecutivo tras el de Mónaco y la culminación de un fin de semana muy decepcionante después de su reciente renovación por Red Bull.
«Han sido un par de fines de semana difíciles pero queda un largo año por delante y estoy seguro de que recuperaremos la forma», afirmó el mexicano.
El británico Lewis Hamilton (Mercedes) fue rebasado en la penúltima vuelta por su compatriota Russell, quien había salido en la ‘pole position’, y se conformó con un cuarto lugar en una prueba que ha ganado siete veces.
El australiano Oscar Piastri (McLaren) fue quinto y el español Fernando Alonso (Aston Martin) sexto.
La carrera vivió una trepidante primera mitad con cambios de liderato bajo la lluvia entre Russell, Norris y Verstappen, quien había arrancado desde el segundo lugar de la parrilla.
Alrededor del ecuador, el tricampeón mundial consiguió afianzarse en la punta y aprovechó que el trazado se secó con la vuelta del sol para contener a sus rivales en este angosto circuito que dificulta los adelantamientos.
«Fue una carrera muy loca, pasaron muchas cosas», se felicitó Verstappen.
«Fue muy divertida. Es ese tipo de carreras que hay que hacer de vez en cuando. Lo más importante es que hemos ganado, dijo el neerlandés, que restó importancia a los problemas que lo frenaron en la clasificación.
«El problema de la suspensión no es especialmente importante. Sabemos lo que es, solo hay que trabajar en ello», subrayó.
Tras ser batido en dos de las tres carreras anteriores, Verstappen sumó su sexta victoria del curso y la 60º de su extraordinaria carrera.
A sus 26 años, ‘Mad Max’ avanza firme hacia su cuarto título mundial consecutivo con una ventaja de 56 puntos sobre Leclerc, su principal perseguidor.
Incidentes y abandonos
Como en las jornadas de entrenamientos, la carrera se puso en marcha bajo el agua, lo que motivó estrategias conservadoras que permitieron a Russell conservar su primera ‘pole’ de la temporada frente a Verstappen.
El neerlandés tuvo un descuido en una curva que le llevó a la hierba y permitió que Norris le diera alcance y lo adelantara con una gran maniobra en la vuelta 20.
El británico, quien inauguró su palmarés en Fórmula 1 un mes atrás en Miami, aprovechó el impulso para rebasar también a Russell y colocarse líder cuando la carrera fue interrumpida por un problema del auto del estadounidense Logan Sargeant.
Los pilotos aprovecharon para pasar por boxes con la excepción de Norris, que lo hizo un poco después en un fallo de estrategia que dejó el liderato en manos de Verstappen.
«Es lo que es. El auto de seguridad me ayudó en Miami, así que no voy a ser yo quien se queje», afirmó Norris.
Poco después se registró otro de los cinco abandonos del día, el del monegasco Leclerc.
El piloto de Ferrari sufrió un problema en el motor que culminó un fin de semana de pesadilla del ganador del último Gran Premio en Mónaco.
Posteriormente fue ‘Checo’ Pérez quien se retiró después de golpear un muro y dañar la parte trasera de su Red Bull.
«Fue mi responsabilidad, toqué la parte mojada de la curva y no pude frenar el auto», admitió Pérez, renovado esta misma semana por Red Bull por dos temporadas más.
En la misma vuelta también abandonó el español Carlos Sainz tras hacer un trompo y chocar con el tailandés Alex Albon.
Ajeno a todos estos incidentes, Verstappen rodaba en cabeza con la única misión de neutralizar los ataques de los dos autos de McLaren y Mercedes.
Favorecido por el sol y el trazado seco, el vigente campeón fue ampliando la distancia mientras la emoción se concentró en la pugna hasta el final de los británicos Russell y Hamilton.