El argentino Juan Martín del Potro, vigésimo cuarto cabeza de serie, disputará las semifinales del Abierto de Estados Unidos al vencer por 7-5, 3-6, 7-6 (8) y 6-4 al suizo Roger Federer, tercer preclasificado.
Del Potro, de 28 años, jugará la semifinal contra el español Rafael Nadal, primer cabeza de serie, que ganó sin problemas por 6-1, 6-2 y 6-2 al joven ruso Andrey Rublev.
El partido entre ambos será el decimocuarto con ventaja para Nadal por 8-5, pero perdió el año pasado en las semifinales de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, y también ganó al jugador español (6-2, 6-2, 62) en las del 2009 en el Abierto de Estados Unidos cuando se proclamó campeón.
Sin embargo, la victoria conseguida por Del Potro ante Federer le asegura a Nadal, al margen de lo que pueda hacer en el partido de semifinales, el tener asegurado el primer puesto de la clasificación mundial de la ATP que ahora ya ocupa.
El tenista argentino, como hizo ante el austríaco Dominic Thiem, sexto cabeza de serie, al que eliminó en la cuarta ronda después de remontar dos mangas en contra y salvar cuatro pelotas de partido, ante Federer también superó cuatro pelotas de set en el tercero y acabó siendo mejor en el cuarto.
Del Potro, que disputa el noveno Abierto de Estados Unidos, y jugará sus segundas semifinales después que en el 2009 ganó el título al vencer precisamente a Federer, al que cortó racha de cinco coronas consecutivas, sin que desde entonces haya vuelto a ganar el último torneo de Grand Slam de la temporada, confirmó su resurgir con un gran saque, buen resto y golpes ganadores de derecha desde el fondo de la pista.
Las tres armas fueron las que combinó a la perfección para conseguir los tantos decisivos en las dos horas y 50 minutos que duró el partido disputado en la pista central Arthur Ashe, de Flushing Meadows.
Se dio en la primera manga con el único «break» que hizo la diferencia a su favor, y después de perder el segundo, cuando Federer jugó su mejor tenis, el tandilense volvió a mostrar su clase y el valor de su saque en el desempate del tercero al salvar un 4-6, 6-7 y 7-8 –las cuatro pelotas de set– para luego en la primera que tuvo lo aseguró, en 59 minutos, con un golpe de derecha inalcanzable para el ganador de 19 títulos de Grand Slam.
Cierto que Federer antes había superado también un parcial adverso al inicio del set de 0-3, pero al final los golpes decisivos no estuvieron nunca de su parte.
Ahí estuvo la clave de su triunfo, ya que aunque Federer reaccionó y mantuvo su saque hasta el 2-2, el resto no le generaba problemas a Del Potro, que si era eficaz con el suyo para que en el quinto hiciese de nuevo el «break» de oro que le dio la ventaja que ya nunca perdió porque sólo cedió tres tantos con su servicio y cometió apenas un error no forzado.
Llegó el décimo juego con el saque en su poder y después de un 30-30, un error no forzado de Federer le dio la primera pelota de partido y en su línea de «killer» sentenció con un golpe de derecha demoledor, sin respuesta por parte del tenista suizo de 36 años, que ocho después volvió a toparse con la muralla insuperable de Del Potro.
El partido acabó con 12 aces y 3 dobles faltas para Del Potro, comparado con los 17 y 5, respectivamente de Federer, que dominó en las subidas a la red con 34 tantos en 53 oportunidades por 10 y 18 de tenista argentino.
Del Potro colocó 48 golpes ganadores y 32 errores no forzados, comparados a los 60 y 41, respectivamente, de Federer, que concluyó el partido con 125 puntos ganados por 131 del nuevo semifinalista del Abierto, que desde todas las partes de las gradas del Arthur Ashe escuchaba el merecido «Olé, Olé, Olé, Olé, Delpo, Delpo».
El duelo entre Federer y Del Potro fue el vigésimo segundo, con ventaja de 16-6 para el tenista suizo, que consiguió su último triunfo en la tercera ronda del pasado Masters 1.000 de Miami (6-3 y 6-4), pero esta vez fue inferior al tenista de Tandil.
Federer, que rompió racha de 18 triunfos consecutivos en partidos de torneos de Grand Slam en lo que va de temporada, tras haber ganado el Abierto de Australia y Wimbledon, sin haber participado en Roland Garros, también dijo adiós a su deseo de volver a ocupar el puesto de número uno del mundo, que seguirá en poder de Nadal.
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