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Secuestros, amenazas, extorsión: la inseguridad frena a las estrellas del fútbol

por Avatar AFP

Secuestros de familiares, ataques con disparos, intentos de extorsión y amenazas: la inseguridad levantó un muro en los últimos meses para estrellas del fútbol latinoamericano que quieren volver a sus raíces cerca del final de sus carreras.

Las recientes intimidaciones contra la familia del argentino Ángel Di María; el secuestro a manos de guerrilleros del padre del colombiano Luis Díaz y el chantaje contra la madre del peruano Paolo Guerrero espantan a las estrellas de fútbol de una región sacudida por el narcotráfico y la delincuencia.

El fútbol como blanco de la mafia no es un fenómeno nuevo. Los hermanos argentinos Gabriel y Diego Milito, su compatriota Carlos Tévez y el brasileño Luis Fabiano también sufrieron secuestros de seres queridos, pero no renunciaron a volver a sus países.

Narcotráfico

A finales de marzo, familiares del campeón del mundo Ángel Di María recibieron una nota envuelta en una bolsa plástica. Desconocidos la arrojaron desde un automóvil en un barrio de Funes, a unos 20 km de Rosario.

Sin revelar el contenido del texto, las autoridades aseguraron que se trataba de una amenaza de «organizaciones criminales que buscan generar conmoción pública» en una ciudad azotada en los últimos años por el narcotráfico. El «Fideo», que debutó en el local Rosario Central, no se pronunció.

Según el canal de televisión TyC Sports, que cita fuentes cercanas a Di María, el actual jugador del Benfica portugués descartó volver al equipo «Canalla». Así pretendía hacerlo a mediados de año, para «priorizar la seguridad y salud de su familia».

En el pasado Di María (36 años) declaró que uno de sus sueños era volver a jugar con Rosario Central para ganar una Copa Libertadores antes del retiro.

También en Rosario, criminales dispararon hace un año contra un supermercado de familiares de Antonela Roccuzzo, esposa del astro Lionel Messi.

En Ecuador, los carteles podrían arruinar las ilusiones del artillero Enner Valencia de regresar a su amado Emelec de Guayaquil. La violencia sin precedentes del narcotráfico llevó al gobierno a declarar al país en conflicto armado interno y ordenar numerosos estados de excepción.

En medio de esas medidas restrictivas en agosto de 2023, justo después del asesinato a tiros de un candidato presidencial, Valencia le bajó el pulgar a un eventual retorno al «Bombillo» con 34 años.

«Me encantaría ir a Emelec (…) tratar de ayudar al equipo que me dio todo, pero no metería a mi familia a Ecuador. No me metería yo a Ecuador ahora», confesó Valencia al periodista argentino Martín Liberman.

Secuestro

En 2022, Elsy Valencia, hermana de «Supermán», fue secuestrada durante más de una semana en la frontera con Colombia, hasta que policías la rescataron.

El volante colombiano del Liverpool, Luis Díaz, fue otra de las estrellas del fútbol que vivió el mismo calvario en octubre y noviembre del año pasado. La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) raptó en Barrancas (norte) a Manuel «Mane» Díaz, su padre.

El entrenador de fútbol aficionado pasó 12 días en poder del grupo insurgente más longevo de América, en una sierra fronteriza con Venezuela. Fue liberado por presión del gobierno que negocia la paz con los rebeldes.

El máximo goleador de la selección cafetera, Radamel Falcao García (38), confesó días después que estuvo cerca de volver a Millonarios de Bogotá, pero la retención de «Mane» lo hizo dudar.

«Hay que ver la situación del país cómo está en este momento, un poco complejo (…) Son cosas negativas que a uno lo hacen meditar y quizá frenarse», dijo «El Tigre», actualmente en España, al canal Telepacífico.

En marzo, la policía colombiana informó que delincuentes engañaron a la hermana y el cuñado del exinternacional Carlos Bacca para que llegaran hasta un punto sin señal de celular. Los estafadores llamaron al delantero para informarle que habían sido secuestrados y le exigieron dinero a cambio de la supuesta liberación.

Extorsión y amenazas

La extorsión, uno de los delitos más comunes en América Latina con miles de víctimas, hace estragos en Perú contra las estrellas de fútbol.

En febrero, el goleador Paolo Guerrero rompió el mercado del balompié inca al firmar a sus 40 años con César Vallejo, la primera camiseta que viste en su país.

Pero miembros de la banda «Los Cachacos de Yolín» empezaron a extorsionar a su madre, Petronila Gonzáles, en mensajes de texto.

El «Depredador» Guerrero estuvo a punto de romper su vínculo con los «poetas», pero decidió quedarse tras exigir garantías de seguridad.

Una situación de peligro similar llevó al extremo Willian a salir corriendo de Brasil en agosto de 2022. Ese año acababa de regresar desde Europa a Corinthians, el segundo club más popular del país.

El jugador presentó dos denuncias por amenazas e insultos de hinchas albinegros en redes sociales contra él y otros miembros de su familia, incluidas sus hijas menores de edad. Terminó regresando a Inglaterra.

Razones no le faltaban para temer: el exdelantero de la Canarinha Fred fue víctima de un asalto a mano armada en noviembre. El hecho ocurrió en un barrio de Río de Janeiro, donde intentaron robarle el automóvil y el celular.

Un mes después, el exmediocampista Marcelinho Carioca, ídolo del Corinthians, permaneció día y medio secuestrado hasta que la policía lo rescató.