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Retumba la campana

El inicio de campaña del venezolano Odúbel Herrera ha sido sorprendente, al punto de acumular 36 juegos consecutivos embasándose. Ayer amaneció como el segundo mejor bateador de la Liga Nacional

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En Filadelfia, ciudad de Estados Unidos que seguramente en Venezuela todos recuerdan por ser la locación de la taquillera película Rocky Balboa, la gente está entusiasmada por lo que está ocurriendo con el equipo de los Filis.

De manera inesperada, el conjunto cuáquero ha tenido un buen inicio de campaña y se ubica en el segundo peldaño del Este de la Liga Nacional, incluso por encima de los favoritos Mets de Nueva York y Nacionales de Washington. 

Para los venezolanos la actuación de los Filis también tiene su punto de regocijo. Y no porque sea uno de los conjuntos más populares entre los seguidores del beisbol en el país, sino por lo que ha sido el accionar del zuliano Odubel Herrera, que ha incidido de manera directa en el auge de la novena que por algún momento tuvo entre sus figuras a Bob Abreu.

El Torito, como se le conoce al  toletero, es actualmente uno de los miembros de la legión venezolana con mejor presente en la MLB. Tan destacada ha sido su presentación, que hasta antes del juego de ayer se ubicaba como el segundo mejor bateador del viejo circuito con .341, superado solo por los .344 del jardinero de Atlanta, Nick Markakis. 

Aunque lo que realmente ha tenido pendiente de cada uno de sus turnos con el madero es la cadena de juegos consecutivos embasándose (36).

Herrera persigue así la marca entre sus coterráneos, que está en poder del propio Abreu, quien tuvo una seguidilla de 46 compromisos alcanzando por lo menos una almohadilla y lo hizo entre el final de la temporada del 2000 e inicio de la de 2001, también con el uniforme de Filadelfia.

Para hacer un poco más llamativa la proeza que busca el extrovertido jugador, hay que señalar que entre los latinoamericanos que han participado en las mayores, el colombiano Orlando Cabrera ostenta el mayor número de compromisos pisando por lo menos una base, con un total de 63 en la zafra de 2006. Rn tanto que el récord absoluto lo conserva el mítico Ted Williams, quien en 1949 logró 84 juegos consecutivos embasándose.

A simple vista la hazaña luce como una más del montón. Si se toma en consideración que no tiene el mismo impacto que una cadena de hits y de jonrones o que hasta un pelotazo puede influir para extenderla, pero el hecho de que nadie haya podido si quiera igualar a Williams, deduce que no se trata de un logro cualquiera.

Cuáquero caliente. Lo prolífero que ha sido Herrera en la campaña no solo se reduce a la cadena antes mencionada o a que esté en el top tres de los bateadores en el viejo circuito.

Los Filis, quienes le otorgaron un contrato multianual y a su patrullero central antes del inicio de la campaña anterior, finalmente están recogiendo sus frutos tras un 2017 por debajo de lo esperado.

Herrera es actualmente el líder dentro del club en average, hits conectados con 42, slugging con .537 y porcentaje de slugging .938; además de ser segundo en jonrones (5) y porcentaje de embasado (.401); y tercero en carreras empujadas con 20.

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