El francés Esteban Ocon (Alpine) ganó el Gran Premio de Hungría, tras el cual el séptuple campeón del mundo Lewis Hamilton (Mercedes) tomó el liderato del Mundial de Fórmula Uno. El inglés fue segundo en una carrera que el español Carlos Sainz (Ferrari) acabó tercero, al beneficiarse, al igual que el anterior, de la descalificación del alemán Sebastian Vettel (Aston Martin), que había cruzado la meta en segunda posición, pero con menos combustible del permitido.
Hamilton recuperó -dos meses y seis carreras después- el liderato del Mundial tras una accidentada y apasionante carrera, la última antes del parón vacacional, que el holandés Max Verstappen (Red Bull) solo pudo acabar en novena posición. Después de que se ampliase unas horas más una jornada de auténtica locura que acabó entrada la noche con la descalificación de Vettel; y que supuso también el cuarto puesto final del otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Alpine).
Ocon, nacido hace 24 años en Evreux, festejó su primer triunfo en la F1 en el Hungaroring, la pista de las afueras de Budapest, donde Sainz y Alonso, ‘Piloto del Día’, firmaron una sensacional actuación. Recompensada con el cuarto podio del talentoso madrileño en la categoría reina; y el cuarto puesto final en carrera del genial piloto asturiano -su mejor resultado de 2021-, que contuvo durante más de 10 vueltas al Mercedes de Hamilton con su Alpine: facilitando de esta forma el triunfo de su compañero galo.
En una carrera de la que se retiró, a las primeras de cambio, el mexicano Sergio Pérez (Red Bull), al verse involucrado en el accidente inicial que también perjudicó notablemente a su estelar compañero neerlandés. Que avanzó un puesto con la descalificación de ‘Seb’, pero perdió, a causa de ella, dos puntos respecto a Hamilton; que se marchaba líder, con seis puntos de ventaja, del Hungaroring. Y que ahora comanda el certamen con ocho sobre ‘Mad Max’.
Después de su victoria de hace dos semanas en Silverstone y tras acabar segundo este domingo, Hamilton, que a los 36 años busca un inédito octavo título en la categoría reina, lidera con 195 puntos, ocho más que Verstappen, de 23; cuyo equipo, Red Bull, también ha tenido que cederle el primer puesto del Mundial de constructores a Mercedes: ganadora de los siete últimos y que comanda ahora esa relación con 303 unidades, doce más que la escudería austriaca.
La jornada fue alocada desde el principio y derivó en una carrera emocionante y con un resultado inesperado. Llovió por la mañana en Budapest; y lo hizo de nuevo antes de la prueba, por lo que todas las estrategias previstas anteriormente se fueron por completo al traste.
Los Mercedes, que copaban la primera fila, con Hamilton en ‘pole’, hubiesen salido en seco con neumático de compuesto medio (el usado en la Q2, la segunda ronda de la calificación); mientras que los Red Bull, en la segunda hilera -con Verstappen tercero, delante de ‘Checo’- lo hubiesen hecho con blandos, como el resto de los primeros diez en parrilla.
Pero se decretó, obviamente, carrera en mojado. Lo que, sobre el papel, aumentaba la posibilidad de sorpresa que pudiera favorecer a los españoles Alonso -noveno en parrilla- y Sainz -decimoquinto, tras accidentarse en la Q2-. Que, obviamente, no desaprovecharon su oportunidad, tras una salida accidentada que todos afrontaron con el neumático intermedio.
En la primera curva se produjo el accidente que marcó, en gran medida, el posterior desenlace de una carrera en la que los Alpha Tauri acabaron festejando -tras la anulación del resultado de Seb- el quinto y el sexto puesto del francés Pierre Gasly (con vuelta rápida) y del japonés Yuki Tsunoda; y los Williams sumaron sus primeros puntos al acabar séptimo el canadiense Nicholas Latifi y octavo el inglés George Russell.
El finlandés Valtteri Bottas, compañero de Hamilton, que salía segundo, fue señalado como principal responsable del caos que se produjo a las primeras de cambio y que derivó en bandera roja, tras el accidente en la primera curva que causó, aparte de la suya, las retiradas de ‘Checo’ y del monegasco Charles Leclerc (Ferrari). Y que le supuso una sanción de cinco puestos en la próxima parrilla, la de Bélgica, el último fin de semana de este mes.
El inglés Lando Norris (McLaren), que aún así conservó la tercera plaza del Mundial (113 puntos) y el canadiense Lance Stroll (Aston Martin), también comenzaron sus vacaciones antes de lo previsto.
Ocon, que salía octavo, pasó a ser segundo; Vettel subió del décimo al tercero; y Sainz, que había arrancado decimoquinto -tras estrellarse el sábado en la Q2- era cuarto. Alonso, noveno en parrilla, afrontó la resalida desde la séptima posición; seis puestos por delante de Verstappen, con su Red Bull dañado.
La locura alcanzó su grado máximo cuando, tras la vuelta de formación, con la pista seca, todos entraron a boxes -a instalar el compuesto medio- salvo Hamilton, que fue el único en tomar la resalida desde la parrilla. En una imagen única en la historia de la F1: que resultó un gran error y le costó regresar a pista, tras parar un giro más tarde, para quitar intermedio, en última posición.
Ocon se convirtió en inesperado líder, por delante de Vettel y de Latifi, tercero con un Williams. Tsunoda era cuarto, por delante de los españoles: con Sainz quinto y Alonso sexto. Verstappen, undécimo y Hamilton último: es decir, decimocuarto, tras las seis retiradas -a las anteriores se sumó la del ruso Nikita Mazepin (Haas)-.
Quien hubiese encendido la tele en esos momentos no daría crédito a lo que veía. Pero acabaría disfrutando de una gran carrera.
El ritmo lento de Latifi, que taponaba desde la tercera plaza al resto, en una pista en la que, sobre el papel, es casi imposible adelantar, benefició a Ocon y a Vettel.
En la vigésima de las 70 vueltas, Hamilton instaló neumático duro con la equivocada idea de aguantar hasta el final; operación que repitió un giro después Verstappen, que en la reorganización no entró en pista por delante del inglés. Después de que ambos tuvieran que protagonizar inusuales escenas adelantando al Haas del alemán Mick Schumacher.
Al parar Latifi, en la 24, Sainz era tercero y Alonso, cuarto. Y cuatro giros después, Hamilton -que al igual que Tsunoda aspiraba al podio de Carlos- ya era séptimo; cinco puestos delante de la joven estrella holandesa. Que sumó cero tras el accidente de Silverstone del que responsabilizó a ‘Sir Lewis’; al que este domingo, tras añadir un solo punto, le tuvo que devolver el bastón de mando.
En la 32, en la que paro Sainz -a duros- el astro inglés era quinto, después de deshacerse de Tsunoda. Ocon y Vettel rodaban sin problemas por delante; y el podio parecía en juego entre Hamilton y los dos españoles, con mejores cartas para el de Ferrari, porque Alonso aún tendría que parar.
Vettel paró en la 37 para intentar hacerle un ‘undercut’ a Ocon, que paró acto seguido para evitarlo, por lo que Alonso llegó a liderar la prueba en la 38. ‘Seb’, con neumático más caliente, lo intentó al regresar a pista; pero el francés se defendió y mantuvo la primera plaza. No cometió errores y se convirtió en el ganador número 111 de toda la historia de la F1. Un triunfo que agradeció en gran parte a su compañero el doble campeón mundial español.
Fernando paró en la 40 y, desde la quinta plaza, comenzó a marcar vueltas rápidas con neumático duro, al tiempo que Carlos volaba acercándose al dúo de cabeza y, a la vez, contenía a Hamilton. Que, con neumático desgastado, cambió de nuevo las gomas -a medio- en la 48 y entró de nuevo como una exhalación en pista, recortando dos segundos al de Oviedo en su primera vuelta.
El final se prometía emocionante; y a 18 para meta hubo dura pugna española por el tercer puesto, con Fernando atacando a Carlos y Hamilton volando por detrás y optando de nuevo al liderato del Mundial, cuando ‘Mad Max’ aún rodaba fuera de puntos.
Hamilton se topó durante más de diez vueltas con el genial piloto asturiano, que defendía su posición con maestría, protegiendo a la vez el primer puesto de su escudería y -de forma indirecta- el del posible podio de su compatriota Sainz. Que completó otra sensacional actuación que lo pudo haber dejado más arriba, pero que se conformó con el cuarto puesto final.
Verstappen no entró en zona de puntos hasta la 61, al rebasar al australiano Daniel Ricciardo (McLaren). Y, a falta de 5 para meta, al fin Hamilton logró pasar a Alonso; tras otra exhibición del genio astur, elegido ‘Piloto del Día’ en la pista en la que, en 2003 logró la primera de sus 32 victorias -las 32 que cuenta España a lo largo de toda su historia en la F1- y en la que el jueves había festejado su 40 cumpleaños. Demostrando una vez más que «en el automovilismo lo que realmente importa es el cronómetro, no la edad», tal y como declaró en una entrevista con Efe durante el Gran Premio de Austria.
Hamilton se lanzó a por Carlos, al que superó dos más adelante, y acabó extenuado una carrera en la que él y Mercedes tomaron el mando en ambos campeonatos. Un liderato que apenas pudo celebrar el inglés. Y que, personalmente aumentó en dos puntos, cuando, al filo de las diez y media de la noche, se anunció la descalificación del cuádruple campeón del mundo alemán.
La fiesta estaba en otros sitios. En Alpine, lo que antes era Renault; que tras el triunfo de Ocon y el cuarto de Alonso -que acabaron fundidos en un emotivo abrazo- pasó a encabezar la zona media, ascendiendo al quinto puesto en el Mundial de constructores. Y en Ferrari. Donde se celebró el cuarto podio de Carlos: su segundo con la Scuderia. Que lo coloca sexto en el Mundial, con 83 puntos, tres más que su compañero Leclerc.