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Vettel refuerza su liderato tras ganar en Baréin

por Avatar EFE

El alemán Sebastian Vettel (Ferrari), vencedor hace dos semanas en Australia, reforzó su liderato en el Mundial de Fórmula Uno (F1) al ganar este domingo el Gran Premio de Bahréin, el segundo del campeonato, en el que aguantó el ataque final del finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) en el circuito de Sakhir, donde el español Fernando Alonso (McLaren) acabó séptimo.

Vettel, de 30 años de edad, obtuvo su cuadragésima novena victoria en F1 -en su carrera número 200 la categoría reina-, la cuarta en Barein, donde, tras romper el empate a triunfos que le unía al doble campeón mundial asturiano, nadie ha ganado más veces que él. En una prueba nocturna muy movida en la que el inglés Lewis Hamilton (Mercedes), quien había arrancado noveno, remontó hasta el tercero y mantuvo el segundo puesto general, a 17 puntos del pleno de 50 con el que comanda el Mundial el capitán de Ferrari.

Vettel, quien el sábado había firmado su 51° pole en la pista del desierto de las afueras de Manama, ganó a una parada, tras gestionar a la perfección -y casi al límite- sus degradados neumáticos durante las últimas diez vueltas, en las que aguantó el ataque de Bottas, quien también había entrado una sola vez en boxes, pero cambió el superblando por el medio, en lugar del blando que eligió el alemán: un compuesto que, lógicamente, se degrada con mayor celeridad que el anterior.

Bottas ya advirtió que no había ido de turismo al archipiélago del Mar Arábigo en la salida, en la que superó antes de la primera curva a su compatriota Kimi Raikkonen -que había salido desde una primera fila copada por los Ferrari-, en unos instantes realmente alocados en los que Alonso, que había arrancado decimotercero, comenzó a forjar una remontada que, unida al quinto puesto de Australia, lo sitúa cuarto en el Mundial, con 16 puntos.

Su compatriota Carlos Sainz (Renault), décimo en Melbourne, que salió desde ese puesto en Sakhir, no tuvo suerte -perdió tres puestos en la salida- y se quedó esta vez a las puertas de los puntos, al acabar undécimo. Justo por delante del mexicano Sergio Pérez (Force India), quien afrontó la prueba condicionado por el trompo que dio a las primeras de cambio al tocarse con el Toro Rosso del neozelandés Brendon Hartley.

En una carrera en la que acabó completando un sensacional fin de semana el otro piloto de Toro Rosso, el francés Pierre Gasly. Que acabó en un más que sorprendente cuarto puesto con el motor Honda que estrena este año su escudería y que tantas pesadillas causó durante los tres años anteriores a la de Alonso, que arrancó con blandos y paró dos veces, en los giros 15 y 40, colocando, por este orden, neumáticos de compuesto medio y superblando.

Gasly se clasificó justo delante del Haas del danés Kevin Magnussen -quinto- e hizo que Toro Rosso ocupara un espacio normalmente reservado a Red Bull, cuyos dos pilotos acabaron la carrera a las primeras de cambio.

El monoplaza del australiano Daniel Ricciardo se paró, al quedarse sin energía, en la primera de las 57 vueltas; en la que el holandés Max Verstappen, que tras accidentarse en la calificación había arrancado decimoquinto, atacó a Hamilton -quien había perdido cinco puestos en parrilla, sancionado al sustituir su caja de cambios- y reventó su neumático trasero izquierdo poco antes de que se decretase coche de seguridad virtual.

Vettel fue el primero de los favoritos en parar, en la vuelta 18, cuando en Mercedes simularon prepararse para un cambio que no se produjo hasta tres giros después, cuando hizo su entrada en garaje el entonces líder Bottas, que cedió el primer puesto provisional a Hamilton y que, al igual que su compañero de equipo, instaló los medios en el vigésimo séptimo giro.

A partir de ese momento, Vettel tomó de nuevo la cabeza de carrera y la mantuvo hasta la meta, que cruzó con seis décimas de ventaja sobre Bottas, que le hizo sudar la gota gorda en el último tramo de una prueba que abandonó Kimi justo después de su segunda parada.

El finés, que ya lo había hecho en la 20, repitió en la 36; en un pit stop para el olvido del que salió antes de tiempo, llevándose por delante al mecánico encargado de su rueda trasera izquierda, que, por fortuna, no sufrió daños mayores, aunque padeció lesiones en tibia y peroné.

Raikkonen acabó su actuación poco después, antes de los emocionantes instantes finales en los que Alonso se aproximó todo lo que pudo al alemán Nico Hülkenberg, el compañero de Sainz, que acabó conservando la sexta plaza. Hamilton minimizó daños y acabó tercero y Vettel, que sufrió de lo lindo, festejó a lo grande una victoria que le hará afrontar con relativa tranquilidad el viaje a Shanghái, sede del próximo Gran Premio, el de China, el próximo fin de semana.