Privado de su primera victoria de la temporada por Sebastian Vettel y Ferrari en el Gran Premio de Australia, disputado a finales de marzo, Mercedes quiere vengarse el próximo domingo, durante la cita de Shanghai.
«Una sagrada bofetada», así definió el director ejecutivo de la escudería alemana, Toto Wolff, la carrera de Australia, donde Lewis Hamilton, que salió de la primera línea de salida por delante de Vettel, perdió el primer puesto tras parar prematuramente en ‘boxes’.
Los monoplazas de Ferrari dieron muestras suficientes de poder rivalizar con los coches de Mercedes, lo que dio pie -por fin- a una bonita batalla entre constructores, que fue posible gracias a la nueva reglamentación técnica que entró en vigor este año.
«Hay que meter el dedo en la llaga, identificar sus debilidades y responder», razonó Wolff en una rueda de prensa.
Abundó: «Nos hemos concentrado a lo largo de la última semana en los muchos aspectos en los que todavía tenemos que mejorar. No se trata de inspirarse en la competencia, sino de hacer todo lo posible para enriquecer nuestra actuación».
Hamilton, además, puede contar con el apoyo de Wolff, pese a la broma que el piloto gastó este mes en su cuenta de Instagram cuando anunció que se retiraba de la Fórmula 1.
«Lewis es el mejor Lewis que he visto en las últimas cuatro temporadas, tanto fuera como dentro de la pista. Se ha convertido en uno de los pilares de este equipo, como demostró en Melbourne», explicó el director ejecutivo.
Teniendo en cuenta el estado de forma tanto de Ferrari como de Vettel, que en Australia puso fin a un periodo de seis meses de sequía, Hamilton y Mercedes tendrán que dar respectivamente lo mejor de sí mismos.
Lo mismo ocurre con el compañero de equipo del británico, el finlandés Valtteri Bottas, tercero en Melbourne y que espera estar a la altura de su predecesor, Nico Rosberg, actual campeón del mundo, retirado de los circuitos.
Por su parte, Red Bull deberá continuar con sus ensayos en Shanghai, tras una primera carrera particularmente difícil, en la que el australiano Daniel Ricciardo -tercero en el campeonato del mundo de 2016- tuvo que abandonar por problemas técnicos.
Adelantamientos a examen
El prodigio holandés Max Verstappen, que firmó una discreta quinta plaza en Australia, intentará sobreponerse a la falta de potencia, adherencia y soporte aerodinámico que señaló tras la primera carrera de la temporada.
Además, los nuevos coches creados para este año, más largos de lo habitual, estarán bajo escrutinio también en el Gran Premio de China.
Mientras que se anunciaba una ganancia de cinco segundos por vuelta con respecto al año pasado, el récord de velocidad en carrera no se batió en Australia, aunque Hamilton sí consiguió el récord absoluto durante las clasificaciones.
Asimismo, la capacidad para adelantar de los nuevos monoplazas sigue planteando varias dudas. Shanghai, con un circuito favorable a los adelantamientos, debería arrojar alguna respuesta.
El interés deportivo, en cualquier caso, parece que se realza, una gran noticia para el proyecto de los nuevos propietarios, Liberty Media, que se propusieron como objetivo reavivar un deporte al que se le achacó en los últimos años la pérdida de intriga.
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