El español Fernando Alonso (McLaren), doble campeón mundial de Fórmula 1 (F1), fue despedido por todo lo alto por la organización del Gran Premio de Abu Dabi, su último cmpeonato en la categoría reina del automovilismo, en un homenaje que se le brindó en el circuito de Yas Marina.
Con 32 victorias, 22 poles y 97 podios en la F1, fue festejado en el ‘paddock’ de Yas Marina en un acto en el que recibió varios presentes, entre ellos un mural, y en el que participó el estadounidense Chase Carey, mandamás de la categoría, quien afirmó que espera que el asturiano «nunca deje de formar parte de la familia de la F1».
El español subió a un escenario presidido por una enorme foto suya, con su número 14 y el lema «Gracias, Fernando», desde el que se proyectaron numerosos vídeos. «Siempre llevaré la Fórmula Uno en mi corazón. Aunque me marche a otras categorías, siempre voy a estar aquí. Me enamoré del motor y de esta competición desde que era niño y siempre le estaré agradecido», afirmó Alonso, al que acompañaron en el emotivo acto su familia y numerosos allegados.
Entre el numeroso público se encontraban Ana y José Luis, sus padres; su hermana Lorena y sus sobrinas María y Bianca; así como el italiano Flavio Briatore, el jefe de equipo con el que ganó dos Mundiales de pilotos y dos de constructores; Luis García Abad, su representante; y el italiano Fabrizio Borra, uno de los dos fisioterapeutas que le acompañó durante sus 18 años de carrera en F1.
El también italiano Edoardo Bendinelli, su otro fisioterapeuta de confianza, no se encuentra en Abu Dabi; pero Alonso no se quiso olvidar de él y lo mencionó en su alocución a los asistentes, entre los que también se encontraba su compañero belga Stoffel Vandoorne y Zak Brown, su actual jefe de equipo, quien indicó que espera que el año que viene ganen juntos las 500 Millas de Indianapolis (EE UU).
Un triunfo con el que el piloto asturiano completaría, después de haber ganado dos veces el Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans (Francia) el pasado mes de junio, las otras dos carreras más emblemáticas del automovilismo, la Triple Corona, algo que hasta la fecha solo ha conseguido el inglés Graham Hill, fallecido en 1975 en un accidente de avioneta.
Desde el estrado fueron proyectados vídeos con numerosos mensajes, entre ellos, los del otro español en la Fórmula Uno, Carlos Sainz, hijo del bicampeón mundial de rallys anteriormente citado; o el ex piloto barcelonés Pedro de la Rosa. El español Carlos Sainz, doble ganador del Mundial de rallys, tampoco se quiso perder un acto en el que también estuvo presente el francés Alain Prost, cuádruple campeón mundial de F1 y leyenda viva del automovilismo.
También recibió mensajes de apoyo audiovisual de otros ex compañeros suyos en la F1: el brasileño Felipe Massa, el italiano Giancarlo Fisichella y el finlandés Kimi Raikkonen. Asimismo, hubo vídeos de numerosos integrantes de todos los equipos por los que pasó, destacando el mensaje de Aldo Costa, el que fuera su ingeniero de pista en Ferrari y ahora es el jefe de ingenieros de McLaren que indicó que se la va a hacer muy duro ver el siguiente Mundial y que Alonso no esté.
No faltó la misiva del que fuera su jefe en Ferrari, el italiano Stefano Domenicali, quien bromeó con que ahora Alonso compite en carreras como las 24 Horas de Le Mans; y por supuesto, la de Briatore, que afirmó en su vídeo que lo espera de vuelta en la F1 en 2020. Y entre todas ellas destacó el español Marc Márquez, cinco veces campeón mundial de la MotoGP.
El acto acabó en tono de humor, con el doble campeón mundial asturiano fotografiándose en el estrado sentado en una tumbona y emulando la ya mítica imagen del Gran Premio de Brasil 2016 en Sao Paulo, Brasil. La tumbona quedó a disposición de los asistentes, que en elevado número copiaron a Alonso y se fotografiaron en la silla plegable colocada en el escenario al que minutos antes se había subido un piloto irrepetible que la F1 ha sabido despedir, como no podía ser de otra manera, con todos los honores.