El circuito de karts en el que Michael Schumacher dio los primeros pasos que le convertirían después en heptacampeón de Fórmula Uno desaparecerá una vez expiren en 2020 los derechos adquiridos sobre el terreno para hacer sitio a una mina de lignito a cielo abierto operado por el gigante eléctrico RWE.
El KSM Racing Club en la localidad de Kerpen, con 550 socios, 150 de ellos niños, es propietario de un tercio del circuito y anunció que la posible venta de su parte a RWE será tema en la asamblea anual de próximo 1 de febrero, informó este miércoles el diario local «Express».
Sabine Kehm, agente del expiloto, apartado de la vida pública tras sufrir hace cuatro años un grave accidente de esquí y propietario de los otros dos tercios del circuito, comentó a la publicación que «la familia Schumacher está al tanto del asunto».
«No habrá nueva pista de karts», confirmó por su parte el también expiloto de Fórmula Uno Ralf Schumacher y hermano de Michael, quien agregó que «la búsqueda conjunta con RWE de un nuevo emplazamiento que cuente con el apoyo de los vecinos no ha dado resultado».
Para Ralf Schumacher, quien como su hermano y también Sebastian Vettel dio sus primeros pasos en esta pista de karts, «es una vergüenza», porque la desaparición de este circuito supone a la vez el adiós a «una tradición y un exitoso apoyo a las nuevas generaciones».
Se estima que el valor del terreno de 20 hectáreas con el circuito de 1.107 metros y otros edificios asciende a entre ocho y doce millones de euros, una suma irrisoria para RWE, según «Express».
«Para nosotros lo importante no es una indemnización. Lo que necesitamos es una pista de karts. Sin instalación deportiva para nuestros socios tampoco habrá club», señaló su presidente, Gerhard Noack.
Según el alcalde de Kerpen, Dieter Spürck, mantener el circuito supondría para la mina una reducción únicamente del 0,25 % de la zona de extracción.
RWE, no obstante, rechaza mover los límites de la zona de extracción ante el temor de que ello pudiese sentar un precedente.