La UEFA envió un mensaje equivocado al rechazar que un estadio de Múnich se iluminara con los colores del arcoíris, en protesta por las políticas de Hungría contra las minorías sexuales. Así lo dijo el miércoles el ministro alemán de Relaciones Exteriores.
«Es verdad, un campo de fútbol no tiene nada que ver con la política. Se trata de personas, de igualdad, de tolerancia. Y por eso la UEFA envió un mensaje equivocado«, dijo en Twitter Heiko Maas, alentando a mostrar estos colores en el estadio y fuera del él el miércoles durante el partido de la Eurocopa entre Alemania-Hungría.
Al denegar a la ciudad de Múnich su solicitud para iluminar su estadio con los colores del arcoíris, la UEFA desencadenó las críticas. El hecho suscitó un movimiento de solidaridad en Alemania antes del partido de este miércoles que se anuncia tenso.
Como reacción, el alcalde de la gran urbe del sur de Alemania, Dieter Reiter, anunció que varios lugares emblemáticos de la ciudad lucirán los colores simbólicos. Entre ellos una torre y un aerogenerador visibles desde el estadio.
Antes del partido, los organizadores de las marchas del Día del Orgullo de Múnich, en colaboración con Amnistía Internacional, tienen previsto distribuir 11.000 banderas arcoíris a los espectadores. Solo 14.000 serán ocupadas, en el contexto de las restricciones del covid-19.
El ambiente podría caldearse con los aficionados húngaros. La Brigada de los Cárpatos, grupo de ultras reconocibles por sus camisetas negras, tienen intención de desembarcar por millares en Múnich, según su página de Facebook.