Miguel Cabrera dio otro paso para ser elegido a su duodécimo Juego de Estrellas, su primero desde 2016, gracias a lo que está haciendo en 2022 y no por un favor.
Cabrera remolcó tres carreras, incluidas dos mediante un sencillo luego de un par de outs en la quinta entrada, para que los Tigers de Detroit vencieran el miércoles 8-2 a los Guardians de Cleveland, a quienes barrieron en una serie de cuatro juegos por primera vez desde 2013.
Cabrera, que a comienzos de esta temporada se convirtió en el séptimo pelotero de la historia con 3.000 hits y 500 jonrones, rebasó a Dave Winfield en carreras producidas. Ahora está empatado con el cubano Rafael Palmeiro en el decimoséptimo sitio de la lista histórica, con 1.835.
El venezolano de 39 años de edad podría tener un sitio en el clásico de mitad de temporada el 19 de julio en Los Ángeles por decisión del comisionado de las Grandes Ligas, con base en los logros acumulados en su ilustre carrera por las pasadas 19 campañas.
Pero la realidad es que podría formar parte del equipo de la Liga Americana simplemente por lo que ha conseguido en la presente temporada, su número 20. Lidera a los Tigers con un promedio de .308, uno de los mejores de la campaña, y con 31 impulsadas.
Es quizás el jugador más productivo en un equipo decepcionante.
«Si el comisionado quiere añadirlo como leyenda, está bien», dijo el manager A.J. Hinch. «Pero cuando miras a los chicos en nuestro equipo, él ciertamente es un candidato viable por derecho propio».