La escudería Mercedes de Fórmula 1 confía en resolver a lo largo de esta semana el problema detectado en la caja de cambios, que tendría su origen en una perturbación eléctrica que termina interfiriendo en diversos sistemas, de acuerdo con lo que explicó este martes su jefe de ingenieros, Andrew Shovlin.
Durante su intervención en el podcast «F1 Nation», Andrew Shovlin confesó que no les sorprendieron los problemas que tuvieron en carrera el finlandés Valtteri Bottas y el británico Lewis Hamilton puesto que la incidencia fue detectada en los entrenamientos libres del pasado viernes.
«Valtteri tuvo un problema al final de una de las sesiones, así que esa fue la primera señal de que teníamos un problema. Se repitió el sábado. Al entrar en la carrera lo esperábamos. Parece una característica del modelo. Es básicamente una acumulación de perturbaciones eléctricas, que comienza a interferir en diversos sistemas. En el coche de Valtteri vimos que a mitad de la carrera la caja de cambios empeoró progresivamente. Con Lewis apareció más tarde», detalló.
Pese a esta incidencia, Bottas logró la victoria en el Gran Premio de Austria, cita inaugural del Mundial de Fórmula 1. Hamilton fue cuarto.
El director de Mercedes confía en que se resuelva el problema esta semana
El director del equipo, Toto Wolff, confía en que los ingenieros puedan resolver el problema a lo largo de la semana y es que el Red Bull Ring de Spielberg repite como sede para la segunda carrera, que será este domingo.
«Entiendo que hay soluciones para mejorar la situación. Si encontramos una manera de proteger nuestro automóvil, el fin de semana deberíamos estar bien», expuso.
Andrew Shovlin apuntó que el circuito de Spielberg dificulta la puesta a punto de los monoplazas, por sus características.
«Normalmente empezamos la temporada en un lugar como Melbourne, con una pista donde es muy difícil adelantar, lo que te permite cuidar más el coche. En el Red Bull Ring es muy fácil adelantar, lo que te obliga a empujar con fuerza y a utilizar los bordillos para no perder posiciones. Aquí los bordillos son gruesos y de gran altitud. Además, el clima cálido empeora los problemas. Hace calor, casi 30 grados. No hay tanta refrigeración y la temperatura de los coches, en consecuencia, es alta», indicó.
El jefe de ingenieros de Mercedes subrayó que el Gran Premio de Austria es una carrera de desgaste, pero espera un buen rendimiento de las flechas plateadas.
«Tenemos dos carreras, una tras otra. Esperamos mejorar algunos de nuestros problemas para la segunda carrera», manifestó.